Accidentes en espacios confinados: qué son, cuáles son sus consecuencias y cómo evitarlos

La Viceconsejería de Empleo, Diálogo Social y Bienestar Laboral organiza para el martes 19 de octubre una jornada telemática con personal experto en esta materia

Depósitos. Fotos: Tamorlan (Licencia Creative Commons 3.0)

Periódicamente aparecen en los medios de comunicación noticias que informan de sucesos en los que una o varias personas trabajadoras fallecen o sufren graves problemas de salud tras acceder a un recinto con ventilación deficiente. En algunos casos las víctimas padecen los daños cuando intentan rescatar a otras personas que previamente habían desfallecido. Los accidentes en espacios confinados son un riesgo real; un peligro cuyas características y maneras de evitarse son todavía demasiado desconocidas a pesar de su recurrencia y sus letales consecuencias. Aquí algunas respuestas para saber qué son y cómo se pueden combatir.

¿Qué es un espacio confinado?

La normativa define espacio confinado como el recinto con aberturas limitadas de entrada y salida y ventilación natural desfavorable, en el que pueden acumularse contaminantes tóxicos o inflamables o puede haber una atmósfera deficiente en oxígeno. Son espacios que no están concebidos para su ocupación continuada por los trabajadores.

¿En qué actividades o centros de trabajo existen?

De la definición anterior se puede deducir en qué centros de trabajo existen este tipo de espacios: tanques, pozos, alcantarillas, depósitos, silos, cisternas y galerías subterráneas, entre otros. En alguno de ellos, como las redes de alcantarillado de una ciudad, es evidente que el acceso está muy restringido a personal especializado, que realiza su actividad cotidiana en este tipo de espacios y que, por tanto, en condiciones normales tiene conocimiento de su peligrosidad y emplea las medidas preventivas necesarias.

¿Y que sucede con otros espacios a los que se accede esporádicamente?

Junto a esos ejemplos evidentes existen otro tipo de espacios, utilizados habitualmente para otros fines, a los que hay que acceder de manera esporádica y no siempre por parte de personal especializado. Se llevan a cabo tareas que son, en cierto modo, consideradas excepcionales, como la limpieza anual, el mantenimiento y reparación o, incluso, meras tareas de inspección, ejecutadas por personal cuyo cometido principal es otro y no siempre con las medidas preventivas adecuadas.

En el ámbito laboral, y también en otros, la prevención de accidentes en estos lugares parte de una premisa básica: es preciso conocer si el espacio al que se pretende acceder tiene la consideración de confinado.

¿Cómo se sabe?

Una buena forma es responder a través de tres preguntas básicas:

-¿El espacio está total o parcialmente cerrado?

-¿Ha sido concebido y construido para una ocupación continuada?

-¿Presenta o puede presentar atmósferas peligrosas como contaminantes tóxicos, sustancias inflamables o deficiencia de oxígeno?

Si la respuesta a dichas preguntas determina que la persona trabajadora va a acceder a un espacio confinado, es innegociable la adopción de una serie de medidas preventivas. No hay peros ni excusas que valgan. Apelaciones a que la estancia será de corta duración o a que accederán varias personas pavimentan el camino hacia la desgracia. Hay que huir de afirmaciones como «esto toda la vida se ha hecho así y nunca ha pasado nada».

Son múltiples las ocasiones en las que la gravedad del suceso se ha visto lamentablemente acrecentada por intentar socorrer a la persona accidentada.

¿Qué ocurre con las bodegas?

No es un secreto que Castilla-La Mancha es el gran viñedo de Europa. Una tierra de excelentes vinos que se producen en bodegas que se distribuyen por la práctica totalidad de su territorio, en comarcas como La Mancha o La Manchuela, entre otras. En estas instalaciones vinícolas existe un elevado número de espacios confinados, como depósitos y cubas, a los que periódicamente es necesario acceder para su limpieza y otro tipo de tareas. No es necesario retroceder demasiado en el tiempo para tener recuerdo de accidentes de gravedad en este tipo de centros de trabajo.

¿Cuáles son, por tanto, las medidas a implantar?

Esencialmente se pueden agrupar en dos tipos: técnicas y organizativas. No son excluyentes o sustitutivas entre sí, todo los contrario. Deben aplicarse de manera combinada y, esto es muy importante, adaptarse a las características del espacio confinado. Las soluciones generales sirven como guía y primer paso, pero hay que diseñar actuaciones específicas para cada recinto.

Por ejemplo, hay que prever si puede formarse una atmósfera explosiva al soldar en el interior de un depósito. O anticipar si puede existir una atmósfera deficiente en oxígeno con origen en algún proceso de fermentación o similar, como es el caso de depósitos o cubas.

¿Qué se puede hacer desde el punto de vista técnico?

La lista de posibles actuaciones es abultada pero, sin ánimo de ser exhaustivo, se plantean precauciones como la utilización de equipos de respiración autónoma, sistemas de ventilación forzada, equipos de medición del nivel de oxígeno y otros gases, barandillas u otro tipo de barreras para impedir el acceso a personal no autorizado e, incluso, trípodes y sistemas análogos para eventuales situaciones de rescate de emergencia.

¿Y desde la perspectiva de la organización?

El catálogo de medidas es muy amplio desde ese punto de vista también. Algo fundamental es valorar si es viable la realización del trabajo desde el exterior, sin acceder al recinto o espacio confinado, a través de medidas alternativas. Si no hay plan B que valga y el acceso ha de producirse sí o sí, es procedente dejar por escrito un procedimiento de trabajo que detalle todas las fases a realizar y los puntos de especial peligrosidad, incluyendo la correcta utilización de los equipos, máquinas y herramientas que se emplean durante los trabajos.

Asimismo, es una buena y necesaria práctica establecer un permiso de trabajo que garantice que la entrada al espacio confinado se realiza en condiciones seguras, evitando el acceso a personas no autorizadas, para lo que también es útil la vigilancia en el exterior. La correcta aplicación de estas medidas organizativas, así como las técnicas, ha de garantizarse a través de acciones de formación e información a las personas trabajadoras.

¿Cómo puedo formarme?

Con el fin de facilitar y contribuir a la prevención de los riesgos en espacios confinados, con especial atención a los existentes en bodegas, la Viceconsejería de Empleo, Diálogo Social y Bienestar Laboral, en el marco de las acciones de difusión y divulgación de la cultura preventiva del Acuerdo Estratégico para la Prevención de Riesgos Laborales en Castilla-La Mancha, 2017-2021, ha programado una jornada técnica telemática con la participación de personal experto en esta materia, abierta a la participación de las empresas y personas, trabajadoras o no, interesadas en ampliar su conocimiento sobre esta materia.

¿Cuándo se celebra?

El próximo martes, 19 de octubre, a partir de las diez de la mañana. Durará aproximadamente una hora y media.

¿Cuál es el programa de esa jornada?

La información sobre la jornada, de carácter gratuito, está disponible en la página web de Seguridad Laboral de Castilla-La Mancha. En este enlace puedes descargar el programa completo, que incluye intervenciones de profesionales como Miguel León, técnico superior en Riesgos Laborables; Juan Domingo Martínez, jefe de bodega; y Belén María de Luis Sánchez, subinspectora de Seguridad y Salud Laboral. La viceconsejera de Empleo, Diálogo Social y Bienestar Laboral, Nuria Berta Chust, inaugurará el acto.

¿Cómo puedo inscribirme?

Los interesados en unirse al evento telemático pueden hacerlo en este enlace. La inscripción no tiene coste económico alguno pero es necesario registrarse.