La calidad del aire de Cuenca está por debajo del mínimo que marcan las nuevas guías de la OMS

Ecologistas en Acción advierte de los elevados niveles de dióxido de nitrógeno que la capital conquense duplicaba antes de la pandemia

coches

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado este jueves sus directrices sobre los niveles de contaminación del aire. Estas directrices, cuya última edición se aprobó en 2005, son recomendaciones científicamente reconocidas a nivel mundial sobre la calidad del aire, cuyo cumplimiento reduce significativamente los riesgos para las personas.

Ecologistas en Acción ha desatacado que las nuevas directrices «son mucho más estrictas, lo que demuestra el impacto extremo que tiene la contaminación atmosférica en la salud, incluso a niveles bajos. Así, la concentración anual recomendada de dióxido de nitrógeno (NO2), un contaminante tóxico cuya principal fuente en las ciudades es el tráfico motorizado, ha pasado de 40 a 10 µg/m3 (microgramos por metro cúbico). Por su parte, la guía anual para las partículas inferiores a 2,5 micras (PM2,5) –las más dañinas para la salud–  baja de 10 a 5 µg/m3, cuando la normativa permite 20 µg/m3«.

En este sentido, ponen de relieve que «muchas ciudades han avanzado en la reducción de la contaminación por NO2 y PM2,5 en los últimos años. Sin embargo, los datos muestran que todas las ciudades españolas superan actualmente las nuevas guías de calidad del aire establecidas por la OMS, pese a la fuerte caída de sus niveles en 2020 por efecto de las medidas de lucha contra la COVID-19″. De esta forma, y tomando como referencia el último año sin confinamientos (2019), «duplicaron la nueva directriz de la OMS para el dióxido de nitrógeno ciudades como A Coruña, Algeciras, Alicante, Almería, Avilés, Bilbao, Castellón, Ceuta, Córdoba, Cuenca, Donostia, Gijón, Girona, León, Lleida, Málaga, Murcia, Ourense, Oviedo, Palma, Las Palmas de Gran Canaria, Pamplona, Santa Cruz de Tenerife, Santander, Sevilla, Tarragona, Torrelavega, València, Valladolid, Vigo, Vitoria y Zaragoza».

Según señala este colectivo en nota de prensa, el NO2 provoca cada año en España «alrededor de 7.000 muertes prematuras, según el Instituto de Salud Carlos III y la Agencia Europea de Medio Ambiente» y pone de relieve que «la crisis de la COVID-19 ha demostrado que la reducción estructural del tráfico motorizado y los cambios en las pautas de movilidad son la mejor herramienta para rebajar la contaminación del aire en las ciudades. Por ello, si los ayuntamientos quieren proteger la salud de su ciudadanía deberán implantar de forma rápida y ambiciosa las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) a las que les obliga antes de 2023 la Ley de Cambio Climático, reduciendo de forma drástica el tráfico urbano».

En el Día Europeo Sin Coches y a la luz de estos datos, Miguel Ángel Ceballos, portavoz de Ecologistas en Acción, ha solicitado a las autoridades «que consoliden buenas prácticas adquiridas durante la pandemia como la compra de proximidad, el teletrabajo, la administración electrónica o el escalonamiento de horarios laborales, además de potenciar el transporte colectivo eléctrico y la movilidad activa peatonal y ciclista, redistribuyendo el espacio urbano en beneficio de estos medios”.