Cuenca recupera uno de sus locales míticos; reabre «La Churre»

'La Churre' abre sus puertas de nuevo en la calle Alonso Chirino manteniendo la esencia de siempre pero con un toque de modernidad. Además, regresa a los orígenes con una carta de tapas

No hay conquense que se precie que no haya pasado en su infancia por la Churrería del Tío Santos y se haya quedado para por el olor a churros que desprendía el local, o que no guarde un recuerdo familiar especial en torno a unos boquerones y patatas del mítico local.

Hace años ‘La Churre’ cerraba sus puertas para tristeza de una ciudad que despedía a uno de los locales hosteleros con más tradición de Cuenca. Una tradición que se remonta hasta 1929, cuando Santos González ponía en marcha esta churrería de estilo castizo, muy similar a las que se pueden encontrar en Madrid, como por ejemplo la famosa de San Ginés.

Ahora, como quien ve cumplido un sueño, este local volverá a reabrir sus puertas de la mano del empresario hostelero Carlos Martínez Gorriz, que confiesa a Voces de Cuenca que en un momento dado «vendió todos sus negocios de hostelería» y decidió apostar por ‘La Churre’ «con empeño, por lo que suponía para la ciudad».

El local que antaño albergase desayunos, reuniones, y celebraciones de tantos conquenses se ha reconvertido con un punto de modernismo decorativo, pero sin perder su esencia castiza de churrería de primer tercio del siglo XX, como si algo de ese 1927 se hubiese quedado impregnado para siempre en sus paredes.

En palabras de su nuevo propietario, «lo hemos recuperado, hemos intentado mantener su esencia, con toques modernos pero intentando recuperar lo que ha sido».

Esta reapertura coincide con una de las semanas más importantes del año en la ciudad como la Semana Santa, algo que se ha notado en las reservas que ya ha recibido la churrería con encargos de hermandades, y también para cualquier conquense, que por ejemplo, tras vivir la Procesión de Las Turbas vuelve a tener un punto mítico donde reponer fuerzas.

Una Semana Santa que ya de por sí está muy presente en este renovado establecimiento con una exposición temporal de AFOCU, la Asociación de Fotógrafos de Cuenca, que retrata instantes únicos de esta semana tan especial de la ciudad. Y todo ello con un ambiente que se mezcla con las mesas de marmol con pie de forja de estilo colonial, que le da ese toque genuino.

Además, se recupera la cultura de las raciones que tan asociada estaba al local en sus primeros años, y que se había perdido en sus últimas etapas. Una carta sin florituras, pero solvente y con calidad, entrando incluso la opción de hacer encargos de platos como paellas o carnes.

Vuelve así a la oferta hostelera de Cuenca un local mítico, con historia, y que habita en los recuerdos de muchos conquenses, una churrería que quiere seguir dejando su huella a través de las nuevas generaciones.