La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) ha reclamado al Gobierno regional el aumento de la plantilla del Servicio de Prevención de Riesgos Laborales del Sescam, el cual «se encuentra actualmente infradotado y desbordado para evaluar la exposición al Covid-19 de los profesionales de ámbito sanitario».
CSIF lamenta a través de una nota de prensa que «este Servicio no se haya visto incrementado a pesar del aumento de la presión asistencial en los centros sanitarios y hospitalarios a causa de la segunda ola de coronavirus. Actualmente las unidades de Prevención de Riesgos Laborales, con más de 80 trabajadores, cuentan con ratios superiores a la recomendación de Inspección de Trabajo en las gerencias de Toledo y Ciudad Real, una sobrecarga extensible al resto de la región dentro de una plantilla insuficiente para atender no sólo a los más de 26.000 trabajadores del Sescam, sino también a los empleados del resto de la Administración regional».
Según este sindicato, «en Castilla-La Mancha se han contagiado 2.770 profesionales desde el 11 de mayo, de acuerdo a los últimos Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, los cuales se suman a los más de 3.000 notificados por el Sescam en abril. La región es la cuarta comunidad autónoma, por detrás de Cataluña, Castilla y León y Comunidad Valenciana, con más positivos en ámbito sanitario».
Así pues, «la Administración debe contratar más técnicos, enfermeros y médicos adscritos a la Prevención de Riesgos Laborales, es algo fundamental», expone el responsable autonómico de Prevención de Riesgos Laborales de CSIF, Carmelo Gómez, que añade que «no sólo no se han añadido efectivos, sino que no se han cubierto las plazas vacantes que se han producido en Guadalajara y Toledo».
En este sentido, el Servicio de Prevención de Riesgos Laborales del Sescam es el encargado de proponer medidas para evitar la transmisión aérea de la Covid-10 en las zonas de admisión de pacientes en los centros sanitarios, entre las que se encuentran la instalación de purificadores de aire con filtros homologados y la separación de salas de espera, así como en el resto de servicios y dependencias. Gómez señala que «se trata de una cadena, ya que si se invierte en Prevención se reducirán los contagios, se reducirán las bajas de profesionales de ámbito sanitario, menguaría el impacto económico y mejoraría la calidad asistencial de los pacientes».
Estas medidas son extensibles al ámbito educativo, donde CSIF también ha reclamado a la Consejería de Educación la instalación de estos purificadores ante la bajada de temperaturas, además de la creación de un servicio propio de Prevención de Riesgos Laborales, ya que actualmente toda la responsabilidad recae en los propios docentes a través de la figura del ‘coordinador Covid’.