Aprovechando los meses veraniegos, los huertos solidarios de la Fundación Soliss se encuentran en plena producción con el objetivo de superar las cifras de 2019.
Conscientes de las especiales circunstancias derivadas de la pandemia por el COVID-19, que ha disparado la demanda de alimentos por parte de los colectivos más vulnerables, la red de huertos de la Fundación Soliss ha redoblado esfuerzos para abastecer a comedores sociales y bancos de alimentos.
Se han incrementado las superficies cultivadas durante el confinamiento, mediante acuerdos con otras entidades como por ejemplo el grupo de restaurantes Vive Toledo, que cedió durante esos meses sus parcelas a la Fundación Soliss para que no se perdiera la producción que habitualmente abastecía sus restaurantes.
Del mismo modo, una vez finalizado el confinamiento se han plantado las especies con mayor capacidad de producción (tomates, calabacines, cebollas, pimientos, pepinos…) para incrementar las cantidades de alimentos a repartir.
Si en 2019 fueron 8.000 las personas en situación de vulnerabilidad beneficiadas por la Red de Huertos Solidarios de la Fundación Soliss, en 2020 se estima que la cifra pueda dispararse hasta las 12.000 o 15.000 personas como consecuencia de las especiales circunstancias sociales y económicas derivadas de la pandemia. En 2019 la producción total de la red de huertos fue de unas 3 toneladas, cifra que se espera superar en 2020 hasta cerca de las 5 toneladas, aunque habrá que esperar al final del verano para confirmar estas cifras.
Desde la Fundación Soliss se recalca la importancia de este proyecto por suponer en muchos casos la única vía que muchas personas necesitadas (especialmente niños) tienen para acceder a alimentos frescos de calidad, cultivados bajo las premisas de la agricultura ecológica, de modo que su dieta sea lo más completa y sana posible.
En la actualidad, la red cuenta con huertos en Olías del Rey, Talavera de la Reina, Aranjuez, Cuenca y Motilla del Palancar.