El Rebi Cuenca ha empezado su periplo en la segunda vuelta de la Liga Asobal con derrota ante el Bada Huesca por 32-30. Los conquenses tuvieron balón a menos de medio minuto para el final para empatar, pero una parada del meta Daniel Arguillas lo impidió e incluso permitió a su equipo ampliar la renta final. El conjunto conquense se estampó contra el muro del portero pero también de un arbitraje que fue especialmente perjudicial para sus intereses en las decisiones finales y contra sus propios deméritos. Los de Lidio Jiménez cuajaron un encuentro irregular, con muy desiguales rendimientos según el tramo o los jugares de la plantilla que se analice. Y eso, aunque los locales tampoco brillaron, se acaba pagando fuera de casa con la presión de un pabellón en contra.
Entre los momentos más grises de los visitantes figuraron los inicios de sendas partes, cuando les costó aclimatarse. En la primera, los locales firmaron un parcial de 3-0 en los seis primeros minutos gracias a su portero y a pesar de que Tonicher iba conteniendo algunas de las consecuencias de los errores de sus compañeros. Los castelanos se fueron recomponiendo poco a poco pero tuvieron que esperar al minuto 15 para lograr el empate, un 6-6, gracias a un gol de Sergio López que fue de los mejores del equipo en contraste con un Pozzer y un Fede Pizarro que no tuvieron su día.
Con mucho trabajo consiguió incluso el Cuenca ponerse por delante (8-10, 11-13) pero finalmente los oscenses aguantaron la reacción y se llegó al descanso con unas tablas a 13 que, seguramente, eran el resumen más justo.
En el arranque de la segunda mitad, como ya se apuntaba, se repitió el más comienzo del Rebi. Exclusiones de Perbelini y Pozzer y errores de Tchitombi Aurelien-Morgan frente a un mayor ímpetu aragones dejaron el luminoso en un 19-15 en el minuto 36 de partido. Pero el propio Tchitombi comenzó a acertar en sus asistencias y reparto de jugo y los Hackbarth y comapañía a acertar. Mientras, la defensa crecía y agostaba a su rival, por lo que en un parcial casi supersónico se ponía el empate a 21 en apenas ocho minutos.
A partir de ahí se entró en un periodo de muchos nervios, donde se fueron sucediendo empates y ligeras ventajas alternativas (más de Huesca que del Cuenca, la verdad) y donde cualquier detalle iba a ser crucial. Andaron algo menos finos los conquenses y los colegiados tampoco ayudaron, con ciertas omisiones y decisiones más bien caseras como una expulsión postrera de Pozzer o 7 metros evidentes que quedaron sin pitar.
Los elementos se fueron sumando y faltó también el acierto y el temple final para haber amarrado al menos uno de los dos puntos en juego.
