«Podemos aprovechar para hacer una cocina más sana y participativa aparcando los alimentos-consuelo»

El nutricionista David Espadas aporta consejos y recomendaciones para afrontar una dieta saludable durante el confinamiento y evitar los recurrentes 'viajes' a la nevera

La crisis sanitaria y el estado de alarma han confinado a los ciudadanos en sus domicilios y, de forma paralela, también se han disparado los ‘viajes’ a la nevera y los momentos de ‘picoteo’. La permanencia continuada en las viviendas requiere un especial cuidado en la alimentación y de los productos que consumimos.

El nutricionista y pediatra del hospital Virgen de la Luz, David Espadas, advierte que esta situación excepcional que atraviesa el país puede ser aprovechada como una oportunidad para adquirir hábitos saludables y enfocar la alimentación de una manera más sana y creativa, sobre todo contando con la participación de los más pequeños.

«La verdad es que las recomendaciones en cuanto a alimentación son las mismas que en circunstancias normales. Eso sí, podemos aprovechar ahora para meternos más en la cocina y elaborar platos a base de productos frescos como verduras, hortalizas, pescado, fruta… y, sobre todo, hacer partícipes a los peques en la elaboración de las comidas. No hay que ver sólo el problema sino también la oportunidad que nos proporciona estar tanto tiempo en casa. No hay que verlo como un hándicap sino intentar sacar la parte productiva y evitar recurrir a comidas rápidas o precocinadas», señala Espadas.

El facultativo reconoce que, en circunstancias como las actuales, la comida se transforma en una especie de «antídoto contra el aburrimiento» y se ‘relajan’ los buenos hábitos alimenticios. «Así es. En los niños no tanto pero sí ocurre más en los adultos. La comida se utiliza mucho como consuelo y para eliminar la ansiedad. Muchas veces, y especialmente ahora, se recurre mucho a los alimentos-consuelo que suelen ser hipercalóricos, procesados, etc. Hay que intentar evitar esta dinámica porque puede convertirse en un brote secuencial de obesidad. Si estamos tanto tiempo en casa, reducimos la actividad y, encima, consumimos muchos alimentos de este tipo pues, claro, la gente puede ganar peso. Los alimentos-consuelo son aquellos a los que ante situaciones de stress, ansiedad, debilidad emocional…se recurre a ellos porque te hacen sentir mejor, activan circuitos de recompensa…».

Planificación

Estas mismas fuentes han indicado que las limitaciones de movimientos establecidas por el estado de alarma no tienen por qué influir de forma negativa para poder llevar una alimentación adecuada siempre que haya un proceso previo de planificación. «Sí, ir a la compra es una actividad más limitada que antes pero creo que, cuando vamos a hacer la compra, podemos comprar para toda la semana. Con tanto tiempo, además, podemos planificar menus para la semana y evitar tener que ir más veces de las necesarias. Eso sí, resulta especialmente recomendable ir a comprar cuando no se tiene hambre porque ir a comprar con hambre es lo peor que se puede hacer».

La información disponible en internet también abre otra ventana de posibilidades que pueden ayudar a mejorar las posibilidades culinarias. «Podemos aprovechar para ampliar el abanico de elaboraciones a través de redes sociales e internet ahora que estamos más conectados y hacer recetas nuevas y más elaboradas. También para que los niños, que pueden estar más ociosos, también participen y si lo toman como un juego, siempre les interesará. Así los hacemos partícipes y pueden probar cosas nuevas que habitualmente no les atraían mucho».

Como pediatra, Espadas resalta la necesidad de promover el ‘confinamiento activo’ entre los más peques. «Ahora que hay múltiples opciones en internet para realizar ejercicio físico habría que intentar que los más pequeños no estén delante de la pantalla para su ocio más de dos horas al día e intentar realizar otras actividades como la cocina, juegos de mesa,…los niños tienen mucha imaginación y se pueden hacer muchas cosas aparte de estar delante de una pantalla».