Nueva propuesta para el nombre del instituto número 7: el filósofo conquense Luis de Molina

La Platafoma en Defensa del Patrimonio considera necesario restituir "su nombre y su honor" como "eminente teólogo, filósofo y jurista español nacido en Cuenca en 1535"

Una iniciativa ciudadana ha propuesto el nombre del filósofo Luis de Molina para denominar el instituto número 7. La propuesta se suma a la que también se ha planteado con anterioridad en favor del imaginero Luis Marco Pérez.

El centro docente acoge desde el curso pasado a los estudiantes de ESO y Bachillerato del IES San José, un centro que se desdobló en dos. En el edificio original situado en la calle Fuensanta permanecen los estudios de Formación Profesional mientras que en las nuevas instalaciones están estas enseñanzas de Secundaria y también está previsto implantar las de Arte Dramático.

La iniciativa en favor del filósofo conquense se ha planteado desde la Platafoma en Defensa del Patrimonio de Cuenca a través de las redes sociales. Este colectivo considera necesario restituir «su nombre y su honor» como «eminente teólogo, filósofo y jurista español nacido en Cuenca en 1535 y muerto en Madrid en 1600». Entre los argumentos aportados figura que «combatió el determinismo, oponiendo a él el libre albedrío. Fue muy importante su posición en la Polémica de auxiliis. Sobre esta cuestión, introdujo la noción de la ciencia intermedia, o ciencia media, aquella posterior a la anterior a la creación, llamada ciencia de simple inteligencia pero anterior a la ciencia de visión, que es plena consecución de la perfección de la creación toda, y en la cual Dios ve los entes posibles en este mundo, pero que no se concretarán». Asimismo, destacan que en cuestiones de filosofía política, Luis de Molina «llegó a enunciar que el poder no reside en el gobernante, que no es más que un administrador, sino en el conjunto de los administrados, los ciudadanos considerados individualmente, adelantándose así a los postulados sobre la libertad de pensadores de los siglos XVIII y XIX». Su obra principal, publicada en 1588, ees conocida generalmente como La Concordia.

Por otro lado, desde la Plataforma señalan que «sin menospreciar la figura de Luis Marco Perez, al que consideramos uno de los grandes imagineros españoles del siglo XX y recuperador absoluto de la Semana Santa, entendemos que son sobrados los reconocimientos que ya tiene: Escultura homenaje en la plaza de san Andrés. Sección propia en el museo de la Semana Santa. Calle. Enterramiento privilegiado en san Isidro. Esculturas públicas. En cambio, el gigante del pensamiento Luis de Molina no cuenta con ningún recuerdo ni reconocimiento en su ciudad».