La ausencia de lluvias que se está prolongando durante la totalidad del presente año 2022 está afectando de forma notable a las masas de agua de la provincia de Cuenca. Una de sus manifestaciones más evidentes es la prolongación del fenómeno conocido como estiaje, el nivel de caudal mínimo que alcanza un río o laguna en algunas épocas del año, debido principalmente a la sequía.
Asociado al verano, con menos precipitaciones y mayor evaporación por altas temperaturas, el estiaje parece que se prolonga más de la cuenta hasta mantener totalmente secos los ríos a mediados de octubre, en plena estación de otoño. Así, está ocurriendo en el Nacimiento de Río Cuervo y, por ejmplo, en el río Huecar a escasa distancia de la capital conquense.
El cauce del Huécar no lleva ni una gota de agua a unos tres kilómetros de la ciudad de Cuenca y hay pozas con una profundidad aproximada de dos metros en la que no queda ni rastro del líquido elemento. Al margen de las consecuencia medioambientales, el fenómeno también afecta a las huertas existentes en la ribera del río al privarles de agua para el riego.
