El Ayuntamiento de Carboneras advierte de las consecuencias patrimoniales y naturales de demoler la presa de Cristinas

La actuación correría a cargo de la Confederación el Júcar. El alcalde asegura que su origen se remonta a la presa que tenían en el siglo XVIII los frailes del convento de Carboneras y en la zona se reproduce una libélula en peligro de extinción

El alcalde de Carboneras de Guadazón, Carlos Arteche, ha advertido del riesgo de demolición de la presa de Cristinas, en el río Cabriel, por parte de la Confederación Hidrográfica del Júcar basándose en las directivas europeas en materia fluvial. El primer edil destaca que la zona puede albergar restos de una presa anterior del siglo XVIII así como a una especie de libélula en peligro de extinción y que sirve de barrera para las especies invasoras situadas aguas abajo. En definitiva, considera que «el remedio sería peor que la enfermedad».

Carlos Arteche ha indicado que «hay una normativa europea que dice que para el año 2030 se tienen que eliminar todos los obstáculos que hay en el río. Pero la misma norma también dice que si hay hábitats de riqueza ambiental se deben conservar. La presa ya se ha naturalizado, parece una cascada natural, está al lado de la N-420 y del puente de Cristinas, que fue restaurado hace poco por la Diputación, y a un kilómetro ya empiezan las Corbeteras de Pajaroncillo. Creemos va a ser peor el daño que se va a provocar en el río y en el entorno, ahora que se está promocionando el turismo rural y medioambiental».

El primer edil de Carboneras de Guadazaón asegura que nos han comentado, de manera extraoficial, que la Confederación Hidrográfica del Júcar «pidió un informe a la Delegación Provincial de Desarrollo Sostenible y le dieron informe favorable para hundirla. Ahora ya depende de lo que haga finalmente la Confederación Hidrográfica del Júcar». 

Estas mismas fuentes destacan que «tenemos constancia de que en 1794 los frailes del convento de Carboneras tenían una presa y un molino harinero allí, sobre el que se hizo una central eléctrica. Es decir, que sabemos que desde hace siglos allí existía una presa. También está la central eléctrica que suministraba luz a todos los pueblos de la zona, que forma parte del patrimonio industrial de la provincia de Cuenca. Además, ahí vive una libélula que está en peligro de extinción y, creo que en Castilla-La Mancha,  sólo se encuentra en las lagunas de Cañada del Hoyo y en esa zona del Cabriel, en la zona de la presa. No entendemos que se ponga en peligro especies en peligro de extinción. El daño medioambiental de derruirla va a ser mayor que si se queda como está». 

Arteche refuerza los argumentos de naturaleza medioambiental y social. «Esa presa también sirve para que las especies invasoras que viven en la parte de abajo del río no suban a la parte de arriba del Cabriel. Y está totalmente integrada en el paisaje, es una zona de recreo. Está en el término de Pajaroncillo pero nosotros la consideramos como si fuera nuestra porque la gente de Carboneras la ha usado mucho, como muchos pueblos de aquí de la comarca para ir a pasar el día».