Una región sensible al modelo de cooperación empresarial

Ángel Villafranca Lara. Presidente de Cooperativas Agro-alimentarias Castilla-La Mancha


El 4 de julio es el Día Internacional de las Cooperativas, declarado por Naciones Unidas

Hablar de economía en Castilla-La Mancha, es hablar en gran medida de alimentos, agricultura, ganadería, de territorio rural, de lucha y esfuerzos de todos orientados contra el despoblamiento, de respeto por el medioambiente, por lo rural,  es en definitiva hablar de  cooperativismo y es, muy concretamente, hablar de cooperativas agro-alimentarias.

Empresas que en gran número de localidades de la región son la principal empresa, vertebradora de ese tejido económico y por tanto social.

Las cooperativas son empresas que se centran en las personas, son propiedad conjunta y están dirigidas de forma democrática por y para sus miembros, de forma que estos puedan satisfacer sus necesidades y aspiraciones socioeconómicas comunes. Dado que son empresas basadas en valores y principios, dan prioridad a la justicia y la igualdad, y permiten a las personas crear empresas sostenibles que generen empleos y prosperidad a largo plazo. Gestionadas por productores, usuarios o trabajadores, las cooperativas se dirigen según la regla de «un miembro, un voto».

Este año, en el Día Internacional de las Cooperativas de  2020 nos unimos y sumamos al reto de la lucha contra el cambio climático. Nos unimos más de tres millones de cooperativas –de todos los sectores económicos-  de todo el mundo. Más del 12% de la población mundial es cooperativista y generamos  unos ingresos de aproximadamente 2,035 billones de dólares, según Alianza Cooperativa Internacional.

En Castilla-La Mancha  existen más de 450 cooperativas agroalimentarias integradas por 160.989 socios, cuya facturación anual es de  1.811 M/€  (ejercicio 2018).

Sirva solo de ejemplo para poner en valor la fortaleza y sensibilidad de nuestra región a este modelo empresarial los siguientes datos: el 75% del volumen de producción de vinos y mostos se encuentra en nuestras cooperativas. Así mismo, las cooperativas agroalimentarias de Castilla-La Mancha aglutinan el 60% de la producción de aceite de oliva de la región.

No en vano, Toledo ha sido elegida como Capital Europea 2021 de la Economía Social, tomando el testigo a Estrasburgo (Francia).

Cifras económicas, que no tendrían valor si cerráramos los ojos y no viéramos que estos datos permiten a nuestra tierra fijar población, combatir el despoblamiento y, por tanto, luchar unidos por el  futuro de la tierra del Quijote en una dirección que todos compartimos: queremos una Castilla-La Mancha repleta de vida, en todos sus rincones. Y las cooperativas son el instrumento empresarial idóneo para conseguir este reto que nos une a todos los castellano-manchegos.