La huelga de transporte mantiene en vilo a las empresas conquenses que ya empiezan a notar su impacto

Retrasos, desabastecimientos puntuales, aumento de precio en algunos productos... son algunos de los efectos aunque el conflicto aún no condiciona de forma severa la actividad productiva habitual

La huelga de transportes está pasando factura a las empresas conquenses y aunque su impacto no es dramático, de momento, sí comienza ha notarse un impacto cada vez más acusado. Cuando ha transcurrido una semana del inicio del conflicto laboral que ha puesto en pie de guerra a los camioneros, los efectos más palpables entre e tejido productivo de la provincia están siendo los retrasos en los suministros y el incremento de los precios. Los efectos, sin embargo, son variables y dependen del sector y la actividad.

En todos los casos, las fuentes consultadas esperan una resolución rápida del conflicto del transporte. Se trata de evitar futuras consecuencias graves para la actividad productiva que se puedan añadir a los problemas ya existentes como el incremento de precios en la energía, los combustibles, la pandemia, la guerra de Ucrania…

La Clementina, empresa fabricante de patatas fritas y distribuidor de productos de alimentación, no ha sufrido hasta ahora problemas con el suministro ni con la distribución. Alberto, administrativo de la compañía, precisa que «con el reparto no hemos tenido ningún problema y con la materia prima tampoco porque hicimos el pedido de patatas hace poco y nos ha pillado con la despensa llena, como podríamos decir. Pedimos sacos de 1.000 kilos e hicimos el pedido la semana anterior así que hasta dentro de un mes o así, más o menos, no necesitaremos».

En el caso del aceite de girasol, uno de los productos ‘conflictivos’, señala que procede de la zona de Utiel «y sí hemos recibido este viernes. El transportista nos comentó que le había retenido un rato en el trayecto pero lo recibimos sin problemas». Las dificultades están surgiendo con la llegada de «productos puntuales como rosquilletas, tortas…que proceden de Andalucía. Y el pan de molde también lo tenemos parado». Así, continúan «pendientes» de la evolución del conflicto a la espera de que la resolución sea lo más inminente posible para evitar consecuencias mas adversas.

Eustaquio de la Panadería Chapela, con base en Tarancón, destaca que «hasta ahora no hemos tenido falta de suministro y el reparto lo hemos podido hacer bien, como siempre. Hay que tener en cuenta que nosotros lo hacemos por la comarca y hasta Madrid. Lo que sí hemos notado es la subida de precios en todo: materias primas, productos auxiliares…».

En este caso, el mayor problema se está registrando en la llegada de «huevo liquido, que lo utilizamos mucho. Está tardando. Tenía que haber llegado el viernes y se está retrasando». En este caso, se trata de un producto que tiene que realizar un recorrido más prolongado y, por tanto, está más expuesto al conflicto del transporte. Llega desde Madrid pero tiene su punto de origen en Asturias.

La alimentación es uno de los sectores que más está notando las consecuencias de la huelga. Edison, de la Pescadería La Dorada de la capital conquense, señala que «claro que nos afecta y va faltando género. Por ejemplo, boquerón y sardina que nos llega de Levante. Nos va llegando pero se nota que falta Lo empezamos a notar la semana pasada pero va a más. Llega poco género y caro».

Por su parte, Vanesa, empleada de Aluminios Juan Carlos, afirma que «de momento no nos está afectando apenas la huelga de transporte. Ni en cuanto a los proveedores ni en la salida de nuestros productos. Sí es verdad que los plazos se están dilatando, se están haciendo más largos». Sí tiene claro que lo que sí ha ocurrido ha sido un notable aumento de los precios de las materias primas. «Lo precios sí han subido mucho en el aluminio, vidrio, persianas…Aunque en este caso no es por la huelga porque ya se empezó con la pandemia, ahora la guerra de Ucrania,…y es generalizado energía, el combustible de los camiones…».