Bodeguita Capuz, la cocina casera del restaurante La Melgosa ahora en Cuenca

La Bodeguita recibe este nombre porque dentro del restaurante hay una cava de vinos para que el cliente pueda elegir entre sus variadas referencias.

Bodeguita Capuz es el nuevo sitio de moda. Y es que el restaurante conocido como ‘La Melgosa’, que se situaba en la carretera de Teruel, a cinco kilómetros de la capital, se ha acercado mucho más a Cuenca y el 23 de julio abrió sus puertas en el local que antes ocupaba el Mesón Candela (calle Alonso de Ojeda).

Pedro Valiente, como maitre, María Valiente, como jefa de cocina y María Felisa Lara, como chef, son los encargados de llevar Bodeguita Capuz: un negocio de una familia de hosteleros que lleva toda la vida trabajando en este gremio. «Estamos muy ilusionados, la gente nos está acogiendo muy bien y a la clientela fija que tenemos y que nos conoce le sumamos gente nueva que viene al local. De momento la apertura ha sido un éxito y queremos agradecérselo», aseguran los tres.

Pedro y María Valiente son hijos de María Felisa Lara, la que según ambos «es la artífice de todos los buenos resultados. La cocina de nuestra madre es la que ha impulsado todo esto. Sin ella no podríamos estar aquí».

Si en La Melgosa destacaban los guisos, los asados y los escabechados en la Bodeguita le han añadido una gran variedad en la partida de pescados y una cava refrigerada de vinos «para que los clientes puedan elegir el vino que les apetezca en cada momento. Todos están a la misma temperatura. En la carta de vinos destacan los caldos de Cuenca y Casilla-La Mancha así como Rioja y Ribera del Duero».

Para quien no lo haya visitado aún, la jefa de cocina presenta la comida del nuevo recinto como unos platos que «mantienen la tradición de cómo se hacían antiguamente los platos tradicionales. La materia prima sigue siendo la misma, pero le damos nuestro toque personal para hacerlo diferente».

Pedro afirma que cuando estaban en La Melgosa les iba bien, «pero estábamos a cinco kilómetros de aquí y queríamos darnos más a conocer». Además, indica que otro de los motivos por los que se han venido a la capital es porque también gestionan el bar Las Tortugas, en el Casco Antiguo, y genera más sinergias entre ambos locales.

En lo que respecta a las medidas sanitarias para la seguridad de los clientes, hay gel hidroalcohólico «por todos sitios». «Montamos las mesas con un mantel porque nos han recomendado que no lo hagamos con dos, desinfectamos las mesas cada vez que la gente se va y solo usamos servilletas de tela para poder limpiarlas y desinfectarlas», explica Pedro.

Además del servicio de comidas que da el restaurante, se continuarán sirviendo tapas y con ellas irán de la mano las tradicionales cañas en vaso peluquera (cañas pequeñas), un nuevo servicio que quiere recuperar Bodeguita Capuz sirviéndolas en los vasos fríos para que la degustación de su cerveza Mahou sea lo más placentera posible para sus clientes.

La carta

En cuanto a la carta, Pedro ha anunciado que «habrá tres o cuatro cambios de carta, según sea la temporada para tener buenos productos del momento». En invierno seguirán trabajando con los platos de cuchara que «se han perdido un poco». María y Pedro aseguran que el plato más demandado del establecimiento es el cabritillo frito con ajos tiernos. «También se piden mucho el estofado de rabo de toro, la carrillada y el calamar, que es una de las novedades de la carta, y que freímos con harina de garbanzo», añaden.

Por otro lado, continúan sirviendo platos tradicionales como el morteruelo y el gazpacho pastor, la ensalada de perdiz escabechada y otros escabechados de la casa que son obra de María Felisa Lara y que los lleva haciendo «toda la vida». De hecho, María Valiente, como jefa de cocina elige, de entre todos los platos que ofrece Bodeguita Capuz, el bonito escabechado como su favorito porque «me lo enseñó a hacer mi madre. Nadie lo hace como ella y, además, no te encuentras un bonito escabechado casero en casi ningún sitio».

Historia familiar

El primer negocio que tuvo la familia fue el bar El Trébol en Cuenca capital, que era del padre de familia, Pedro Valiente, y sus hermanos. Después, Pedro y María Felisa Lara se marcharon a La Melgosa, donde han estado 30 años. A mitad de camino unos socios de la familia y ellos abrieron Las Tortugas y desde hace dos años este bar es solo de la familia. Ahora, desde este 23 de julio, han abierto Bodeguita Capuz en el que, con Pedro (padre) ya jubilado quedan al mando sus hijos y su mujer.