El Vaticano ha abierto la puerta a celebrar las procesiones de Semana Santa en otras fechas. Así consta en un decreto emitido por la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, en el que indica textualmente que “las expresiones de piedad popular y las procesiones que enriquecen los días de la Semana Santa y del Triduo Pascual, a juicio del Obispo diocesano, podrán ser trasladadas a otros días convenientes, por ejemplo, el 14 y 15 de septiembre”. Estas fechas de ejemplo no son casuales, puesto que se celebran respectivamente las fiestas de la Exaltación de la Cruz y la Virgen de los Dolores.
Por tanto y según este decreto, recae en el obispo de la Diócesis, José María Yanguas, la decisión de trasladar la celebración de las procesiones en otras fechas.
La Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos también ofrece indicaciones generales y algunas sugerencias a los obispos. La celebración de la Pascua no puede ser trasladada a otras fechas por ser el «corazón del año litúrgico no es una fiesta como las demás, celebrada durante tres días, el Triduo Pascual, precedida por la Cuaresma y coronada por Pentecostés”. Sí se permite el traslado de la Misa crismal.
Respecto al Triduo Pascual, se indica que “los obispos darán indicaciones, de acuerdo con la Conferencia Episcopal, para que en la iglesia catedral y en las iglesias parroquiales, incluso sin la participación física de los fieles, el obispo y los párrocos celebren los misterios litúrgicos, avisando a los fieles de la hora de inicio para que puedan unirse desde sus propias casas y a través de emisiones en directo en los medios de comunicación”.
