Pilar Plaza, la enfermera que se jubila tras completar una trayectoria profesional ‘coronada’ con una pandemia

Compañeros y compañeras le han ofrecido este viernes una despedida en el Virgen de la Luz con los protocolos y las medidas de seguridad impuestas por la pandemia

Pilar Plaza

Pilar Plaza es una de las personas que forma parte del colectivo sanitario que lleva casi dos meses combatiendo la pandemia en primera línea en el hospital Virgen de la Luz. Recientemente ha culminado toda una vida dedicada a la enfermería pasando a la etapa de la jubilación.

El último escalón, los últimos momentos de su carrera profesional rodeada por el coronavirus, quizas hayan sido los más duros. Sin embargo, su carácter afable y su simpatía no le hacen perder la sonrisa y el buen carácter de que ha hecho gala en los diferentes servicios en los que ha trabajado. La fortaleza forjada a base de años aplacando el sufrimiento de los demás no ha evitado que este viernes se le haya escapado alguna lágrima de emoción este viernes cuando compañeros y compañeras le han ofrecido una despedida por sorpresa a las puertas del recinto hospitalario. Las circunstancias obligan y la despedida ha tenido que desarrollarse manteniendo las medidas de seguridad y protección dictadas por la crisis sanitaria: distancia de seguridad, ausencia de besos y abrazos, mascarillas…pese a todo, feliz y emocionada.

Pilar Plaza ha reconocido sentirse «muy, muy contenta porque no me lo esperaba. Me han hecho una encerrona, en el buen sentido. Cuando he visto a mis compañeras en la escalinata, con sus mascarillas, guardando las distancias, aplaudiéndome…. Para mí ha sido el mejor homenaje que me han podido dar».

De esta forma, cierra una amplia etapa profesional que se ha prolongado durante más de tres décadas. Un periodo en el que ha sido testigo, en primer persona, de la evolución de la sanidad conquense. «Me he podido jubilar con 63 años después de muchos años cotizando, además tengo bastantes problemas de espalda, estoy operada…He aguantado hasta ahora pero ya no podía más. El pasado día 2 de mayo fue el primer día de mi jubilación después de estar unos 33 años trabajando, principalmente en el hospital además de otros sitios. Durante este tiempo me he recorrido todo el hospital, me lo sé de arriba a abajo. Donde más he trabajado ha sido en la UCI, donde estuve unos 18 años, y luego diez años en Quirófano, que ha sido mi último destino».

«Esta última etapa ha sido lo más duro que he vivido profesionalmente en toda mi vida»

Pilar no duda en señalar que esta última etapa en medio de la crisis de la COVID-19, ha sido el peor momento de su trayectoria laboral. «Esta última etapa ha sido lo más duro que he vivido profesionalmente en toda mi vida. Ha sido horroroso. En UCI he vivido muchos momentos muy malos pero no era como esto. Esto era algo imprevisible y venía uno, otro, otro…Hubo días al principio muy malos. Aún me acuerdo de un paciente y la cara con la que llegaba, tuvimos que intubarlo corriendo. Lo único que tenía era el teléfono móvil y no nos lo quería dar, era su tabla de salvación. Luego, desgraciadamente, me enteré que falleció».

Sin embargo, paradojas de la vida, estos últimos momentos también han sacado algunos de los mejores recuerdos de este veterana enfermera. «Tenía experiencia en UCI pero mis compañeras han sido lo mejor. Lo han dado todo. No tenían experiencia en este servicio. De la noche a la mañana tuvimos que dejar el quirófano y hacer una UCI desde cero. Se volcaron y sacamos adelante el trabajo. Después ya fuimos sacando la cosa adelante pero al principio fue muy complicado, fue impresionante, ayudándonos unas a otras…ha sido un equipo excepcional. Aún me acuerdo de los primeros días de la pandemia y me da por llorar de emoción y de pena de todo lo que vivimos».

Treinta años al pie del cañón dan para rellenar una gran maleta de emociones y experiencias donde, afortunadamente, siempre queda un amplio hueco para los buenos momentos. «Lo mejor de todos estos años ha sido el compañerismo. Para mí, la profesión ha sido lo mejor porque siempre me he sentido enfermera. Hice Magisterio pero prefería ser enfermera y, al final, lo conseguí. Siempre me ha gustado ayudar a los demás». 

A partir de ahora, comienza un nuevo libro en blanco que Pilar Plaza podrá escribir con todo aquello que ha tenido, en cierto modo, aparcado debido a sus obligaciones profesionales. «Lo que más me gusta es viajar y, en cuento pueda, pues seguiré viajando. También me gusta leer y estar en mi pueblo, Villar de Olalla. Paso los veranos allí y me apetece un montón ir. Estos días lo hecho mucho de menos». 

Pilar Plaza, durante la despedida que le han ofrecido compañeros y compañeras en la entrada del Hospital Virgen de la Luz