«La mujer que sufre violencia de género nunca debe esconderlo para poder darle la protección que necesita»

Entrevista con Lourdes Luna, delegada provincial de la Consejería de Igualdad

El asesinato de Victoria Cristina en Nohales ha puesto sobre la mesa con toda su crudeza la tragedia de la violencia machista en nuestra provincia. Un drama silencioso con el que convivimos a diario, que tenemos al lado de nuestra casa pero que pasa inadvertido hasta que revienta con dramáticas consecuencias sin que hayamos sido capaces de intuirlo ni evitarlo. Lourdes Luna ocupa el puesto de delegada provincial de Igualdad desde hace casi tres años y conoce la realidad de la violencia de género en el territorio conquense. Un lucha para la que todos los recursos son bienvenidos y que merece los esfuerzos de una sociedad para poder ser considerada avanzada y justa. La provincia de Cuenca tiene registrados siete asesinatos machistas desde 2006, una cifra que asciende hasta 48 en Castilla-La Mancha

¿Estamos condenados como sociedad a convivir con la violencia machista? ¿Tenemos que acostumbrarnos?

No deberíamos. Si nos tuviéramos que acostumbrar no haríamos lo que estamos haciendo y lo dejaríamos pasar. Como no tenemos que acostumbrarnos, tenemos que saber que hay recursos a disposición de las mujeres que la sufren, de las familias porque también es muy importante el entorno a la hora de denunciar. Cuando hablamos de denunciar no nos referimos a acudir al cuartel de la Guardia Civil o de la Policía para poner una denuncia. Denunciar es hacer público, visibilizar…Muchas veces las mujeres nos dicen que no quieren denunciar…no estamos diciendo que vayan al cuartel, aunque vayan cuando lo estimen oportuno, queremos que sea capaz de manifestar que está sufriendo violencia de genero para que te podamos ayudar. A eso nos referimos cuando desde el Instituto de la Mujer o la Consejería de Igualdad hablamos de denunciar. Para que una mujer pueda ingresar en nuestros recursos de acogida no necesita denunciar ante la Guardia Civil o en la Policía. Simplemente con que lo manifieste, con que nos llamen a la línea 900 100 114 y manifieste que necesita ayuda…no hay ningún requisito más. Lo que me gustaría trasladar es que no intenten ocultar la situación que están sufriendo. Las entiendo perfectamente porque es una situación muy complicada y muy difícil de afrontar psicológicamente. Sobre todo, aceptar que una persona con la que has compartido tu vida y se supone que te quiere, y además con la que has tenido dos hijo, es muy difícil asumir que te pueda hacer daño. La mayoría de las mujeres esconden o no reconocen el peligro que sufren. Tenemos que insistir mucho No se trata de decir que ‘no pasa nada, no os preocupéis…’

¿Puede ser que aún pese en exceso ‘el que dirán’, que se intente ocultar en cierto modo para evitar juicios de valor…?

Tampoco lo veo así. Puede ser que algunas mujeres actúen por el qué dirán pero pueden ser un porcentaje muy pequeño. Creo que es más a nivel personal. Es una situación tan complicada…Unas vienen con secuelas físicas pero todas llegan con secuelas psíquicas que son las más difíciles de ver.  Aunque ellas se den cuenta de que han estado sufriendo, esa violencia psicológica durante años es un proceso muy largo. Las mujeres víctimas de violencia machistas vienen a los recursos porque han visto amenazada su vida y, sobre todo, la de sus hijos e hijas. Cuando una mujer deja su casa es porque ya ve amenazada no sólo su vida sino, sobre todo, la de sus hijos.

«Cuando una víctima de violencia machista deja su casa es porque ve amenazada su vida y, sobre todo, la de sus hijos»

Cuando asesinan a una mujer es la tragedia evidente de la violencia machista pero los dramas que se evitan a diario con las medidas preventivas no salen a la luz, esos no se ven…

Claro, efectivamente. Que una sola mujer tenga que venir a nuestros recursos es suficiente motivo para que sigamos trabajando en esta materia. Es evidente que el esfuerzo que se está haciendo por parte de la administración está surtiendo efecto y las estadísticas de hace unos años a ahora evidentemente han ido descendiendo. Las denuncias aumentan pero soy de las que piensan que, afortunadamente, las denuncias aumentan porque las mujeres se sienten más seguras a la hora de denunciar. Saben que hay recursos a su disposición y que las pueden ayudar a salir de esa situación. Si hay más denuncias creo que es por este motivo y no porque haya más violencia de género. ha habido siempre pero ha estado oculta.

¿Qué le pasa por la cabeza cuando escucha a algunas formaciones políticas rechazar la violencia machista y utilizar la expresión violencia intrafamiliar?

Lo primero, es que me da mucho miedo. Sinceramente. Porque supone querer volver a ocultar la violencia de género. Es querer volver a decir que es un problema de la familia, que se soluciona en familia y la mujer tiene que volver a aguantar lo que les venga encima porque es un problema de tu familia y de nadie más. De verdad, la palabra que utilizaría, aunque no sé si es la más correcta, es miedo. Me da mucho miedo que vuelvan a utilizar ese término personas y partidos políticos que tienen mucha visibilidad y hay gente que les compra ese discurso. Tenemos que enterarnos todos de que existe violencia de género para poder prevenirla, sobre todo, y si se produce poder intervenir.

«El término violencia intrafamiliar me da miedo porque supone querer volver a ocultar la violencia de género en la familia»

¿Cuál es la situación actual de la violencia machista en la provincia? ¿Cuántas mujeres tienen órdenes de protección o cuántas denuncias se han presentado?

Este dato no lo tengo porque son datos que maneja la Subdelegación del Gobierno. A nosotros nos llega cando está relacionado con la asistencia y la intervención con las mujeres. Denuncias y medidas judiciales a nosotras no nos llega.

¿Y cuántas mujeres están acogidas en pisos tutelados actualmente en la provincia de Cuenca?

Aquí tenemos dos recursos de acogida. Uno de corta estancia y otra larga. La de corta estancia es para un máximo de dos meses aunque se puede ampliar porque cada mujer es un mundo y se puede prolongar para poder aportar autonomía hasta poder valerse por sí misma. Si la intervención es para más tiempo se deriva a una casa de acogida. El de corta estancia es el CAVI (Centro de Atención y Valoración Integral) en el que tenemos siete plazas para mujeres: cuatro específicas para violencia de género y tres para trata y explotación sexual. Y en la casa de acogida hay cuatro plazas para víctimas de violencia de género. En la actualidad tenemos cuatro en el CAVI pero el mes pasado, por ejemplo, pasaron nueve mujeres. La movilidad es muy elevada. En la casa de acogida la movilidad es menor porque son estancias e intervenciones más largas. Hasta el mes de marzo hemos tenido las cuatro plazas ocupadas. Y en estos días de abril han salido dos pero ya tenemos solicitud para el ingreso de otras dos. Nunca estamos más de dos o tres días sin que estén los recursos completos. También nos derivan de otras provincias, no tienen por que ser mujeres de la provincia de Cuenca. En la provincia no tenemos pisos individuales pero como nuestra red es regional, cuando alguna mujer lo solicita se la deriva al piso tutelado que se requiere.

«Los asesinos de mujeres no tienen un perfil definido, no son previsibles»

¿Trabaja el Gobierno regional en la incorporación en alguna medida adicional, de refuerzo, para combatir la violencia machista?

Las medidas son las que venimos trabajando siempre: prevención, sobre todo desde la base con los colegios; ayuda a las mujeres victimas de violencia de género; reforzando los programas y recursos y si fuera necesario los ampliaríamos porque el compromiso del Gobierno regional y del presidente, Emiliano García-Page, está claro. Ha apostado desde el principio por la igualdad y contra la violencia de género. Y también hay que valorar los fondos del Pacto de Estado del Ministerio de Igualdad que son un refuerzo de las administraciones que nos dedicamos a esta labor. Con el Gobierno de Castilla-La Mancha no va a haber ningún recorte en esta matera. Al contrario, ha ido aumentando el presupuesto y va a seguir siendo así.

¿Qué vías complementarias se podrían abordar para luchar de forma más eficaz contra esta lacra social? Quizás el refuerzo de la vía judicial, personal de fuerzas de seguridad…

En eso estamos siempre…nuestro fin es reforzar lo que tenemos y ampliarlo. Nos estamos dando cuenta de que, lamentablemente, es necesario. Ojalá no lo fuera. Pero en este caso lo que la Consejería de Igualdad puede hacer es trasladar al Ministerio de Interior o a quien corresponda esa necesidad que nosotras detectamos en el día a día hablando con las personas que lo sufren. Todo aquello que nos trasladan, lo decimos. Sí que es verdad que es muy difícil pero todas las mejoras que podamos conseguir, las pedimos. No dejamos ninguna propuesta que consideremos necesaria y que nos llegue a través de los Centros de la Mujer, de los recursos de acogida, de los testimonios directos… Que hubiera un juzgado de Violencia de Género en cada provincia permitiría agilizar muchísimo todos los trámites y procedimientos que, no nos vamos a engañar porque es público, no tienen la agilidad que podrían tener. Ahora sólo hay un juzgado de Violencia de Género y está en Albacete.

«Hasta el asesinato de Cristina, llevábamos seis años sin crímenes machistas en la provincia de Cuenca»

Al nivel de la calle muchas veces cuesta comprender tanto procedimiento cuando se conoce un nuevo asesinato machista. ¿No sobran protocolos y faltan recursos?

En los pueblos se queman contenedores, la gente aparca en doble fila…Si tuviésemos que tener un policía en cada esquina de cada pueblo nunca habría personal suficiente. Con el tema de violencia de genero es similar. Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado se dejan la piel también en esto. Cuando hacemos la Comisión de Seguimiento conocen perfectamente a las mujeres, sus nombres y apellidos, su situación, dónde están…Lo importante es que la mujer no esconda nunca la situación que están sufriendo porque si no lo sabemos, no podemos darle la protección que necesita. Y que nadie que conozca una situación de violencia de género se la calle. Hemos tenido mujeres valoradas de riesgo alto o extremo y tienen una patrulla en su puerta porque han manifestado su miedo y que se sienten amenazadas. Esa mujer está vigilada las 24 horas del día en su casa. Los asesinos de mujeres no tienen un perfil definido. No puedes decir se ha comportado de esta manera ahora, luego de otra y va a terminar matando a su pareja. No es previsible Además, si quieren matarla como no tengamos una pareja las 24 horas del día, se buscarán las maneras de hacerlo. Además, no tiene perfil de un asesino porque la ha matado a ella y no va a volver a matar a nadie más. Nunca negaré la necesidad de reforzar, en todo, sea el ámbito policial, judicial,…cuanto más recursos tengamos mejor. ¿El refuerzo de las penas? Ojalá. Pero son cosas que también se nos escapan. 

¿Cuál ha sido la evolución de la violencia machista en los últimos años en la provincia de Cuenca? ¿En qué tendencia nos encontramos?

Se recogen datos sobre esta materia desde el año 2003. En la provincia de Cuenca hemos tenido, contando con Cristina, siete mujeres asesinadas. En 2006 fue una, en 2010 dos, en 2012 una, 2013 una, 2015 una y 2022 una. Llevábamos seis años sin asesinatos machistas. En Castilla-La Mancha han sido 48 mujeres asesinadas desde 2003 hasta 2021. Para mí una sola ya es mucho. El peor año en la región fue 2007 que tuvimos seis. Seguiremos peleando, no queda otra. No nos podemos rendir. Desde el momento que haya una mujer que lo necesite, tenemos que seguir ahí. Ojalá llegue un momento en que no seamos necesarias ni delegadas de Igualdad, ni Consejerías, ni Pacto de Estado…. pero mientras sea necesario, ahí estaremos.