Juan Carlos Evangelio completa la maqueta monumental del Casco Histórico tras nueve años de trabajo

Durante los trabajos se han empleado un total de 1.000 kilos de cartón para la recreación que ocupa una superficie aproximada de 230 metros cuadrados

Juan Carlos Evangelio se marcó hace casi una década un objetivo: construir una recreación del casco histórico de Cuenca. Nueve años después, lo que comenzó siendo unos bocetos, se ha convertido en una gran labor artesana en la que se recoge los puntos más icónicos de la Ciudad Patrimonio. Por sus manos han pasado el Puente de San Pablo, las Casa Colgadas, la Catedral, la Bajada de las Angustias, la calle San Pedro, la Plaza Mayor o la Iglesia de San Miguel. Pero también los centenares de casas, plazas, vegetación que existen en este entorno.

Tras este trabajo existen «casi 9.000 horas de trabajo», en las que este vecino se ha marcado el objetivo de plasmar todo el encanto y la proporcionalidad de una las ciudades con mayor patrimonio natural e histórico de Castilla-La Mancha y del país.

«Yo quería que reflejara las calles de la ciudad de Cuenca de la forma más fiel a la realidad posible, incluso los balcones. Hoy después de muchos años, he acabado el Casco Antiguo», señala Juan Carlos Evangelio, que además señala que las dimensiones de la maqueta son de 22 metros de ancho por 10 metros de ancho.

«Ocupa una superficie aproximada de 230 metros cuadrados, de hecho, por más que le digo a la gente que van a ver algo que no se imaginan, cuando lo ven y estás frente a la maqueta se quedan asombrados. No se imaginan que pueda ocupar tanto espacio», indica Evangelio.

El principal material con el que ha trabajado este artesano conquense ha sido el cartón, aunque también existen otro tipo de componentes como alambre, madera o pintura, que se han encargado de ofrecer los detalles de cada trabajo. «Yo calculo que habrá más de 1.000 kilos de cartón, de ahí que sea tan grande la maqueta», sentencia Juan Carlos.

Para conseguir mayor perfección, Juan Carlos reconoce que ha pasado mucho tiempo en la calle observando sus detalles, «se trata de partearte la ciudad y pensar qué quieres trabajar. En mi caso hago muchas fotografías y miro las dimensiones de las edificaciones. Los tejados los he realizado gracias a ‘Google Maps'», reconoce el conquense Juan Carlos Evangelio.

«Esta maqueta, a falta de reconocimiento oficial, se trata de maqueta de cartón más grande del mundo de una Ciudad Patrimonio de la Humanidad», señala el artista, que ahora busca la forma de exponer su trabajo al público. Debido a sus dimensiones y al lugar en el que está instalado, en el Centro de Atención a Personas con Discapacidad Intelectual Grave ‘El Crisol’, ubicado en barrio de Villarromán, las vecinas son coordinadas con el autor de la recreación. «Cuando voy a trabajar sobre la maqueta, suelo avisar a la gente que quiere verla», explica Evangelio.

Aunque en la maqueta se recrean las zonas más icónicas de la ciudad, Juan Carlos reconoce que piensa en su ampliación. «Ahora voy a hacer el Parador para poder poner el Puente de San Pablo, que lo hice hace mucho tiempo. Cuando termine con el Parador, el puente podrá conectar ambos lados. El único problema son las columnas del local donde trabajo, que limitan mucho la maqueta. Tras el Parador, hay gente que me dice que haga Los Tiradores, San Antón… pero bueno ya veremos», reconoce Juan Carlos, quien no descarta recrear zonas aledañas a la ciudad.

Sobre la dificultad de estas labores, el vecino explica que una de las calles más complicadas has sido la calle de la Moneda. Su estrechez y las proporciones del lugar le han dificultado los trabajos. «La Bajada de las Angustias también ha sido un poco complicado, por las rocas y el túnel, el Archivo Histórico… todo tiene su complicación, pero todo se ha sacado adelante».