Tambores y clarines resuenan por todos los barrios de Cuenca en el Viernes Santo conquense

Seguimiento masivo desde los balcones y ventanas de la capital conquense en este Viernes Santo de confinamiento en el que mucha gente respondió al llamamiento lanzado por el Grupo Turbas para que, a partir de las doce de la mañana, se tocaran desde las casas los instrumentos que abroncan a Jesús durante la procesión Camino del Calvario.

El miserere de la Torre de Mangana fue el punto de inicio marcado para que los turbos se asomaran para tocar desde sus hogares, muchos vestidos con sus túnicas y con crespones negros por los hermanos fallecidos. Se pudo escuchar también el Miserere desde San Felipe Neri y los servicios municipales y sanitarios acompañaron este simbólico gesto desfilando con sus vehículos por la ciudad.

Tampoco faltaron las marchas procesionales que suelen acompañar a los pasos de Camino Calvario en la procesión de la madrugada del Viernes Santo conquense. La lluvia, que con toda seguridad hubiera obligado a suspender la procesión por tercer año consecutivo, fue en este caso parte de esta composición musical improvisada desde todos los puntos de la ciudad.

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