La hostelería conquense afronta con escepticismo una Semana Santa marcada por las incógnitas normativas y sanitarias

En las condiciones actuales la única tabla de salvación es el visitante regional. La bajada de precios es una de los 'argumentos' para favorecer las visitas

El sector hostelero afronta recibe con dudas la próxima campaña de Semana Santa que, según las circunstancias actuales, quedaría restringida al visitante procedente de Castilla-La Mancha dadas las actuales restricciones perimetrales.

José Manuel Abascal, presidente de la Agrupación Provincial de Hostelería y Turismo, afirma que «hay gente que es optimista y gente que no lo es tanto. Lógicamente creo que va a haber movimiento, como si fuese un pequeño puente entre castellano-manchegos principalmente. Nosotros somos 2,5 millones de habitantes en Castilla-La Mancha y el movimiento óptimo de viajeros estaríaa en torno a 1.250.000. Es decir, un 50%». 

Abascal pone de relieve que «hay que repartir a los viajeros entre toda Castilla-La Mancha. Con todos los sitios que tiene para visitar nuestra comunidad autónoma se iba a ver muy mermado. Sí intuimos un movimiento importante por parte de castellano-manchegos. Esperemos que sea así. Tendremos que sacrificar precios, otra vez, para que pueda moverse la economía».

Por su parte, Diego López, técnico de Hostelería de Ceoe Cepyme Cuenca, considera que «el turismo entre castellano-manchegos es muy residual y lo estamos viendo estos días de perimetración. Somos más atractivos para el turista de las grandes capitales que para los turistas de la región. No tengo muchas esperanzas».