La Asociación de Familiares de Bulimia y Anorexia en Cuenca alerta sobre un aumento «considerable» de casos

La presidenta de Afebac, Ana Sepúlveda, expone que en Cuenca se ha dado un incremento de 17 pacientes con respecto al año pasado

«Mi hija se hizo invisible. Llego un momento en que venía a casa, comía súper rápido, se iba de la habitación y desaparecía». Ana Sepúlveda es la Presidenta de la Asociación de Familiares de Bulimia y Anorexia en Cuenca (Afebac) y hace 15 años, a raíz de su vivencia personal como madre, comenzó a trabajar con personas que sufren Trastornos de la Conducta Alimenticia (TCA).

La situación que expone Sepúlveda es la que viven actualmente 51 conquenses que han aceptado su TCA y están recibiendo tratamiento psicológico por parte de Afebac y 9 tratamiento nutricional. Según cuenta Sepúlveda, este año ha habido un aumento «considerable» de casos, con un incremento de 17 con respecto al anterior. Además, subraya que mientras que en 2020 las psicólogas que llevan la Asociación realizaron un cómputo de alrededor de 200 consultas, «en lo que va de año llevamos 218 visitas», apunta.

Sepúlveda define el TCA como «un trastorno emocional que puedes haber desarrollado por cualquier motivo, en el que no has podido ver la cara de lo que está pasando. Hay muchas personas que sufren una lucha con ellas mismas. Si el exterior no lo estás controlando, lo haces con lo que comes», a lo que añade que «son anorexia y bulimia; pero también hay casos inespecíficos en los que hay un cruce de ambos». Y es que, según apunta, los perfiles de edades que acuden a consulta varían desde adolescentes (de 14 a 16 años) a personas que van de los 20 hasta más de 30 años. Si bien es cierto, la presidenta señala que es difícil de determinar la causa de este tipo de trastornos: desde situaciones de bullying, seguimiento de dietas estrictas o, incluso, la búsqueda de aceptación social.

Prevención

Pese a que se asocian con la imagen corporal, según expone la presidenta, los TCA parten de «cualquier emoción que nos desborda y que no sabemos cómo resolver o cómo encajar» y que «puede derivar en una depresión». En cuanto al género al que afecta esta enfermedad, Sepúlveda apunta que, aunque «parece un problema más de ellas, puede que haya una dificultad de expresión por parte de los chicos y que no se llegue a detectar».

En este sentido, Afebac ha comenzado un proyecto pionero financiado por la Diputación de Cuenca con el que se quiere visibilizar que «la parte masculina también sufre TCA como ocurre en el mundo femenino». Para ello, se han repartido cuestionarios en los gimnasios y clubes deportivos de la localidad con el fin de indagar sobre comportamientos y hábitos saludables y dibujar la trayectoria de los hombres que puedan padecer este tipo de trastornos con el fin de «conocer si hay más de los que salen», apunta Sepúlveda.  

Asimismo, las dos psicólogas que trabajan en Afebac desarrollan a modo de prevención talleres sobre autoestima, autoimagen y hábitos saludables en los centros de Educación Secundaria de Cuenca. Desde la Asociación también utilizan la fotografía como medio de catarsis emocional a través del taller ‘Vamos a salir’.

Familias y redes sociales

«Ahora que lo reviso con más atención, me culpo pensando cómo no me di cuenta», asegura Sepúlveda desde su rol de madre. «Te sientes culpable de ver que tu hija está en este proceso, de no haber sido capaz de darte cuenta de lo que estaba pasando en casa y hay un momento de hundimiento a nivel personal». Desde la Afebac inciden en que en los TCA «no solamente está el afectado, sino también el conjunto familiar», por este motivo también ofrecen asistencia a las personas que tienen un vínculo cercano a las que atraviesan un trastorno de este tipo. A lo largo del 2020, recibieron apoyo psicológico 39 familiares (25 mujeres y 14 hombres).

La presidenta, además, asegura que este tipo de trastornos es «mucho más de lo que se puede divulgar por redes sociales». Internet es el caldo de cultivo que posibilita la visibilización de la problemática de los TCA y que, a su vez, genera un espacio en el que se desarrollan comunidades que los incentivan. Aguilar alerta sobre las páginas pro-ana y pro-mía (a favor de la anorexia y de la bulimia, respectivamente) «cuyo afán es llevar a las chicas a ser ‘princesas’ y subsistir a base dietas cuya pirámide nutricional se base en agua y poco más». «Me consta que la presidenta de la Federación Española de Asociaciones de Ayuda y Lucha contra la Anorexia y Bulimia (Feacab), Mari Carmen Galindo, está trabajando para promover una legislación que permita cerrar este tipo de páginas a través del Ministerio de Justicia», afirma esperanzada Aguilar, que se muestra firme en la lucha por la concienciación social sobre los TCA.