La farmacia rural no necesita limosnas, necesita soluciones

Ante las declaraciones de la Delegada Provincial de Sanidad sobre las ayudas a determinadas farmacias de la provincia, el Colegio Oficial de Farmacéuticos quiere manifestar lo siguiente:

No es motivo de satisfacción ni de alegría que en nuestra provincia existan farmacias que necesiten ayuda económica para poder subsistir y seguir prestando servicio a la población. La farmacia de Cuenca está entre las más pobres de España y de Europa. Tiene un ratio poblacional de 1.134 habitantes por farmacia, frente a la media en CLM que es de 1.633 y de España que es de 2.136. También está Cuenca a la cabeza en cuanto al número de farmacias económicamente inviables (Viabilidad Económica Comprometida o VEC). Se ha aumentado de 35 farmacias VEC en 2022 a 48 en 2023 lo cual no es ni mucho menos motivo de orgullo. La ayuda institucional media que reciben estas farmacias es de 211,81 € al mes. A ello se suman la constante bajada del precio de los medicamentos, el veto de las novedades farmacéuticas al canal de la farmacia comunitaria, el aumento de costes empresariales…

Todo ello preocupa seriamente al colectivo farmacéutico porque revela que el modelo de ordenación farmacéutica de CLM no es el correcto ni se ajusta a la realidad, y así lo hemos denunciado. Se está llevando a la farmacia rural a un mayor empobrecimiento, las ayudas son limosna, no cubren las necesidades más básicas para permitir al farmacéutico seguir ejerciendo su profesión en estas zonas más deprimidas, la población envejece y no se regenera, aumenta la despoblación, aumentan los gastos y las farmacias se ven obligadas a cerrar. Muestra de ello es que en los últimos 10 años se han cerrado en la provincia de Cuenca 12 farmacias, 11 de ellas en municipios de menos de 500 habitantes.

No podemos entender que la administración, que debe garantizar el servicio farmacéutico a la población, no esté apoyando de manera decidida a la farmacia rural, que no comprenda su realidad, ni sus necesidades, ni sus obligaciones desproporcionadas. No entendemos la falta de apoyo a las iniciativas que desde la organización colegial se ofrecen, cuando todos defendemos trabajar por la mejor asistencia farmacéutica posible.

Desde la organización colegial no nos cansaremos en demostrar que el papel de la farmacia rural es fundamental e indispensable, no solo por su labor sanitaria que asegura la accesibilidad de la población a los medicamentos en condiciones de calidad, equidad y seguridad, que realiza funciones de salud pública tanto en atención primaria como en atención sociosanitaria, sino también porque la farmacia rural es generadora de empleo de calidad, contribuye a la fijación de población en el territorio y es un medio necesario para su desarrollo

socioeconómico.