Verónica Jiménez Pomares. Graduada en Arqueología por la US, estudiante en el Grado de Historia del Arte y profesora de Francés, actualmente del IES Alfonso VIII.
Este año me han destinado por trabajo a esta ciudad, ciudad que pese a ser española no conocía en profundidad. Me he animado a escribir en este periódico porque me encantaría compartir mi agradecimiento a esta ciudad con vosotros lectores. Para mi Cuenca era una ciudad que estaba ahí en el mapa de Castilla-La Mancha, pero ahora que: he paseado por sus calles; he compartido experiencias; y me inmerso en su gran cultura y arte, he de decir que Cuenca es mucho más que una ciudad, es impresionante la gran cantidad de museos que tiene empezando por el Paleontológico y terminando por el Museo de Arte Abstracto Español. El arte en esta ciudad se respira en cada rinconcito, desde Carretería hasta la Catedral en cada esquina encontrarás una belleza inigualable. Es más, en esta ciudad no muy grande pero tampoco pequeña te toparas con gente maravillosa, que amables sois vosotros los conquenses.
Cuenca ciudad encantada, Cuenca y su Semana Santa, Cuenca y sus mercadillos por Navidad, Cuenca y sus Iglesias, Cuenca y sus bares, Cuenca y su arte, Cuenca y su serranía, Cuenca y el Júcar, Cuenca y el Huécar, Cuenca y sus pueblos, Cuenca y el puente San Pablo, Cuenca y sus bibliotecas, Cuenca y su gran servicio de transporte y comunicación (como este medio desde el cual me dirijo a ustedes lectores), Cuenca y mi perpetuo amor por ella.