A favor de la agricultura, la ganadería, y el transporte

Jesús Patiño

La agricultura y ganadería, así como los transportistas, comparten dos importantes problemas. Uno es la falta de rentabilidad de sus negocios, principalmente por el aumento de costes de producción (energía, carburantes, fertilizantes, piensos…), y otro es la falta de apoyo de un gobierno que se ha convertido en la excepción de Europa al no tomar medidas a tiempo para hacer frente a esta situación.

Pero esto no es todo ni todos los inconvenientes vienen de ayer, llevan mucho tiempo acarreándolos y lo que se ve es solo la punta del iceberg. Pese a ser estratégicos, están olvidados por unas instituciones que alejan de ellos sus planes políticos y fondos públicos, considerando suficiente la modificación y aprobación de leyes que en su mayoría no solucionan problemas, sino que imponen más obligaciones y cargas.

Esta dinámica es muy perjudicial para provincias como la de Cuenca, para cuya economía son esenciales la agricultura, la ganadería y el transporte. En contra de lo que nos quieren hacer ver, es decir, que la solución está fuera de lo que somos; aumentar la actividad económica, y por tanto el empleo y la población, pasa por fortalecer y dar a estos sectores la relevancia que merecen.

Cuando no tienes el suficiente reconocimiento, y, en una balanza pesan más los gastos y los riesgos que asumes que el precio de tus productos y servicios, nos encontramos con explotaciones, autónomos y empresas, que desaparecen a diario, con falta de incentivos y estímulos para el relevo generacional y las nuevas incorporaciones.

Estas actividades deberían haber sido suficiente base para que hubiéramos experimentado, por otra parte, una diversificación económica con la que haber podido crecer. La ausencia de la misma es una prueba de que la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, al menos en Cuenca, no ha cumplido con su obligación de planificación de la actividad económica y fomento del desarrollo económico.

El número y tamaño de empresas agroindustriales (incluidos talleres, fabricación y venta de maquinaria, comercialización y transformación de productos, etc.) es reducido si se tiene en cuenta que dentro de España somos una verdadera potencia en producción agrícola y ganadera o en superficie forestal. En el plano del transporte y aunque contamos con una ubicación privilegiada, el hecho es que, por ejemplo, las plataformas logísticas, puertos secos, etc., se están instalando en otros lugares.

Si no contamos con poderes públicos que sean capaces de mantener y hacer crecer lo que ya se tiene, difícilmente vamos a poder atraer más inversión privada que dé lugar a la creación y atracción de nuevas empresas y aprovechar el tirón de otros sectores como el turístico, el de la innovación, la investigación o el tecnológico.