“UFIL no se va a cerrar, tiene que seguir para que Cuenca sea un punto clave en la bioeconomía forestal”

Entrevista con Jesús González Arteaga, profesor de la Politécnica de la UCLM y coordinador de formación del proyecto Urban Forest Innovation Lab

Jesús González Arteaga es arquitecto técnico y superior y ejerce su labor docente en la Escuela Politécnica de Cuenca de la UCLM, institución a través de la cual accedió a ser coordinador de formación del proyecto Urban Forest Innovation Lab (UFIL), que esta semana ha estado de actualidad porque se han entregado los premios de su 2ª promoción y porque afronta ya la 3ª, que en principio será la última de este proyecto cofinanciado con fondos europeos que busca un mejor aprovechamiento de la ingente masa forestal de la provincia de Cuenca. En esta charla Jesús nos detalla la trayectoria del proyecto hasta ahora, su momento actual y las perspectivas de futuro en la búsqueda de la generación de proyectos sostenibles de bioeconomía forestal.

¿Por si alguien todavía no lo sabe qué es UFIL?

UFIL son las siglas del Urban Forest Innovation Lab, que es un laboratorio urbano financiado por la Unión Europea que busca experimentar y buscar soluciones para las ciudades y sus entornos. Cuenca se presentó a esta convocatoria con un proyecto que buscaba mejorar nuestra economía por medio de un recurso muy importante como es el bosque, pero que tiene un problema de poca explotación, que éste fuera un dinamizador de la ciudad y que ayudara a frenar la despoblación y a generar empleo. 

¿Cómo funcional UFIL?

UFIL es un laboratorio, y dentro de este laboratorio uno de los apartados fundamentales es la formación de emprendedores. Se han hecho tres promociones de personas que querían emprender en torno a la bioeconomía forestal, aprovechando los recursos que se tienen y generando una empresa o una idea de negocio. Para esto se han hecho campañas de captación buscando perfiles de personas que tuviera una idea y capacidad para emprender. En este proceso ha habido personas de diferentes perfiles: recién titulados, otros con experiencia empresarial, gente con más o menos estudios, gente sin formación superior, y a todas esas personas se les propone un programa formativo que tiene una parte inicial de formación en bioeconomía y luego se les da formación en habilidades de emprendimiento, liderazgo, finanzas, branding, etc… y se les va  preparando para el Demo Day, que es el día de la presentación de su proyecto de cara a que un futuro inversor pueda financiarlo.

El dinero proviene en un porcentaje muy importante de fondos europeos. ¿Qué presupuesto tiene este proyecto?

El proyecto tiene financiación europea al 80% y el resto lo ponemos los socios. En total son 4,5 millones de euros, que es una cantidad importante. En cuanto a los socios el Ayuntamiento es el principal, la UCLM es la segunda y tenemos un presupuesto importante porque es donde se está dando toda la formación y hemos tenido que equipar esos espacios.

Ahora estamos terminando de cerrar los acuerdos con las empresas de la tercera promoción para que presenten retos para los nuevos participantes”

¿Aparte de estos dos qué más socios participan en UFIL?

 Una de las cosas interesantes que tiene el proyecto es haber generado un ente público-privado con el Ayuntamiento de Cuenca como líder y luego están la UCLM, la Universidad Politécnica de Madrid, la Junta de Comunidades, el Instituto Europeo de Diseño, FSC España como entidad certificadora de productos forestales y gestión sostenible, CEOE CEPYME Cuenca, la Fábrica de Maderas de Cuenca y la consultora Khora Urban Thinkers, que es la coordinadora de proyecto. Además tenemos como colaboradores a la Diputación Provincial de Cuenca, Globalcaja y sus fundaciones y Prodese.

¿Qué son los retadores dentro de UFIL y cómo funciona este sistema de retos que se plantean?

La idea del proyecto era probar soluciones y una de las cosas que se vio claro que era necesaria era implicar un tejido empresarial. En el primer reto fue el propio Ayuntamiento de Cuenca el que planteó el problema de cómo aprovechar mejor sus bosques. Hicimos esa prueba, salió bien y ya en la segunda promoción se decidió contactar con empresas que tenían que plantear un problema que sirviera para que los participantes desarrollaran las habilidades que estaban adquiriendo durante su formación. Esas empresas han sido diversas, hemos tenido desde construcción con madera con Vía Agora, Grupo Suez con gestión del agua, Ikea con gestión de muebles y CIVICA, que es el centro de investigación biológica del Cabriel. Son empresas muy variadas de ámbito internacional, nacional y provincial que aportan a los participantes un reto para desarrollar sus habilidades y en julio hicimos la presentación de la segunda promoción con los proyectos que daban solución a estos retos planteados por las empresas. Ahora estamos terminando de cerrar los acuerdos con las empresas de la tercera promoción para que presenten retos para los nuevos participantes y que en esta ocasión van a ser más cortos y que tendremos cerrados a finales de marzo. 

¿De estas dos promociones que ya ha habido en UFIL de dónde provienen las personas o empresas que se interesan por acceder a esta formación?

Ha sido curiosa la evolución de la procedencia. En la primera promoción predominaba gente de Madrid y Valencia con un porcentaje bajo de conquenses de la provincia o la ciudad. Sin embargo en la segunda promoción subió mucho el número de personas de Cuenca y en la tercera se han vuelto a reducir los participantes de Cuenca y han aumentado los participantes de fuera, incluidos algunos extranjeros. En la primera tuvimos gente de Colombia y Perú pero en esta tenemos de Chile, de Reino Unido y de Austria.

Se acaban de entregar los premios de la segunda promoción, pero antes de hablar de ellos me gustaría que nos comentara cómo ha sido esta promoción, cuánta gente ha participado y cuántos proyectos se han presentado.

Esta promoción ha sido la primera en la que hemos podido tener una formación como nosotros buscábamos, totalmente presencial y con prácticas, ya que nada más empezar la primera llegó la pandemia y tuvimos que hacerlo online. Esta segunda promoción se empezó con 30 personas y tras un proceso que duró de marzo a diciembre de 2021 se consiguieron presentar 17 proyectos, lo que es un porcentaje muy alto, ya que en los programas de emprendimiento el número de bajas suele ser muy elevado, así que los resultados nos dejan muy satisfechos. De esos 17 proyectos ya hay bastantes que se han constituido como empresa, no le puedo dar el número exacto pero sí que hay algunos que están generando ingresos y dando trabajo. 

¿Qué tipo de proyectos había?

Lo bonito de UFIL es que se mezclan cosas muy dispares. Hemos tenido proyectos de turismo relacionados con el bosque desde unos enfoques muy innovadores, otros de desarrollo de nuevos materiales para construcción que aprovechan los residuos de otras industrias, en un claro ejemplo de lo que es economía circular. Y me gusta mucho también un proyecto que se ha hecho partiendo de los residuos del lavandín para generar un compost.  Hemos tenido proyectos muy llamativos en espacios de distribución y de mejora de las redes de venta, mejorar la cadena de valor, contactar productores con futuros clientes, u otros menos ambiciosos que buscan el desarrollo de productos más artesanos, incluso hay uno muy llamativo de dos chicos de Andalucía que van a desarrollar una leche extraída de la bellota, aprovechando ese recurso que está en las dehesas para sacar una bebida vegetal.

De esos 17 proyectos ya hay bastantes que se han constituido como empresa, no le puedo dar el número exacto pero sí que hay algunos que están generando ingresos y dando trabajo”

Esta semana se han entregado los tres premios de esta segunda promoción. ¿Qué proyectos han sido los premiados en esta ocasión?

Son tres premios sin distinción entre ellos pero que coinciden en que pueden desarrollar más economía, que es lo que más nos interesa. Uno es un proyecto que propone unos bloques de construcción en base a cal y fibra de madera, que aprovecha los residuos de las cortas o de los aserraderos y genera un producto kilómetro cero, con huella de carbono negativa y da un material de construcción ligero que nos va a ayudar a conseguir una construcción más industrializada y más acorde a los criterios de sostenibilidad. Otro proyecto premiado ha sido la Consultoría Dendron, que es una consultoría forestal que va a permitir el desarrollo de iniciativas para que los propietarios de montes le saquen más rendimiento a sus bosques aplicando nuevas tecnologías. Este tipo de proyectos son muy importantes porque en UFIL buscamos dinamizar, que no se quede el monte parado e infrautilizado. Y el último, que además también ha recibido el premio especial de Globalcaja como mejor proyecto del año, se llama Modus Habitare y busca una construcción industrializada en madera con módulos de vivienda prefabricados hechos con madera de Cuenca para construir viviendas totalmente adaptables, modulables y ligeras.

¿Qué perspectivas de futuro tienen estos proyectos y de qué manera pueden ayudar a generar empleo en nuestra provincia?

Los tres proyectos premiados son de gente que no es de Cuenca pero que se van a quedar aquí, han establecido su sede social en nuestra provincia, van a usar la madera de Cuenca, van a comprar materiales en Cuenca, van a conseguir el residuo de los aserraderos y además van a crear empleo partiendo desde un mínimo viable y creciendo luego. Lo principal que nos gustaría conseguir con UFIL es que tengamos conciencia de que se puede vivir de los recursos forestales y que Cuenca tiene unos recursos con los que puede crecer y atraer población.

Hablamos de cientos de miles de hectáreas en toda la provincia, sólo el Ayuntamiento de Cuenca es titular de 55.000.

Claro, no sólo está el Ayuntamiento de Cuenca, que es el que más masa forestal tiene de Europa, sino que hay muchos más bosques de titularidad pública y privada. Con el Covid hemos valorado más lo que tenemos aquí y debemos aprovecharlo de una forma sostenible, no decimos que no haya que cortar árboles pero hay que hacerlo de forma sostenible. 

Los tres proyectos premiados son de gente que no es de Cuenca pero que se van a quedar aquí”

Quizá la palabra más pronunciada en este planeta en los últimos años sea sostenibilidad. ¿Es económicamente viable y asequible para la población en general todo lo sostenible? ¿De qué manera se puede compaginar la sostenibilidad con la vida cotidiana de mucha gente con ingresos bajos?

El hacer sostenibles las cosas a veces nos cuesta más, pero tenemos que saber valorar y ser conscientes de que si estamos pagando tres euros más por una carne de ganadería extensiva estamos consiguiendo que por un lado el ganado está haciendo un control del propio entorno, hay personas que viven en esos municipios dándoles vida, tenemos que valorar todo lo que conlleva ese sobrecoste. El uso de tejidos de origen natural, aparte de quitarnos de encima todos los plásticos contaminantes, supone aprovechar recursos que tenemos aquí, que son kilómetro cero, todo eso hay que valorarlo. Tenemos que ir hacia que las cosas sean sostenibles y lógicamente tenemos que buscar que esa sostenibilidad sea compatible con nuestras vidas y debemos ser conscientes de ello. ¿Es sostenible pedir una cosa de muy lejos cuando la podemos comprar al lado de nuestra casa por muy poco dinero más? Habrá que comprarle a los que tienes cerca y que a su vez te van a comprar aquí y saber valorar el por qué tienes que pagar un poco más.

¿Hasta cuándo va a durar UFIL?

UFIL está previsto que acabe el 31 octubre, porque es un proyecto europeo y tiene unos plazos para cumplir sus objetivos. Aparte de la parte de formación tenemos que concluir unos estudios del sector forestal porque UFIL no se queda sólo en estos emprendedores, busca cómo potenciar el sector. Se está haciendo un mapeo de oportunidades, se van a editar una serie de publicaciones y este año vamos a hacer acciones de divulgación, a salir a la calle para que se vea que UFIL está aquí y que ese recurso forestal es aprovechable. 

La pregunta que nos estamos haciendo todos los socios es qué va a ser después, cómo queremos que sea UFIL, y eso lo estamos respondiendo en base a todas las enseñanzas que hemos sacado de este laboratorio. Uno de los objetivos del proyecto es qué modelo va a seguir, cómo darle continuidad al proyecto y ahora estamos trabajando los socios para que esto continúe sin financiación europea pero siendo sostenible económicamente, que el laboratorio que tenemos, que es una maravilla, lo podamos usar los ciudadanos. Tenemos que definir qué modelo queremos y ver cómo cada uno de los socios interviene, pero UFIL no se va a cerrar, tiene que seguir siendo un referente para Cuenca que la posicione como un punto clave en la bioeconomía forestal.