«Ver a Nadal ganar su 21º Grand Slam en directo fue una experiencia única, la grada se volcó con él»

Alberto García Gómez, conquense que reside en Australia desde hace una década, relata su experiencia en el Rod Laver Arena

El pasado domingo Rafa Nadal se convertía al ganar en el Abierto de Australia en el primer tenista en sumar 21 Grand Slams en categoría masculina. En un emocionante y apretado partido el mallorquín se impuso al ruso Medveded tras remontar dos sets en contra y una situación muy adversa también en la tercera manga. Un triunfo que hizo deshacerse en elogios a toda la prensa internacional y que levantó de sus asientos a los espectadores, especialmente los asistentes al Rod Laver Arena.

Uno de los pocos afortunados que pudo ver el partido en directo desde Melbourne fue el conquense Alberto García Gómez, que ha relatado a Voces de Cuenca la experiencia de vivir en primera persona este momento que ya ha pasado a la historia del deporte. Residente en Australia desde hace una década y aficionado a ver deportes -desde Fórmula 1 hasta cricket- asistiendo al evento personalmente, indica que en los últimos años ha estado cinco o seis veces viendo a Nadal en el Open de Australia, y que ya lo había hecho anteriormente en España viéndolo en la Copa Davis.

Eso sí, García Gómez reconoce que tuvo bastante suerte por poder conseguir las entradas para los partidos de Nadal, a los que asistió desde los cuartos de final y por poder compaginarlo con su turno en el hospital de Launceston (Tasmania) en el que ejerce de fisioterapeuta. “En muchos hospitales en los que he trabajado me llaman Rafa, porque además de lo que me gusta, tenemos el mismo cumpleaños”, bromea.

«Una experiencia única»

Sobre el encuentro, asegura que “fue una experiencia única, aquí el tenis se vive bastante y Rafa es un tío súper querido”. Por ejemplo, subraya que “aquí Djokovic ha ganado nueve años y sin embargo si juega contra Nadal o Federer la grada va a ir con ellos”. De hecho, asevera que “los que tenía al lado me solían decir que iban a estar a gusto conmigo porque eran muy fans de Nadal”.

En general España tiene buena fama en territorio australiano, tal y como señala Alberto García, “en los diez años que llevo aquí nunca nadie me ha hablado mal de España, y no creo que lo digan por regalarme los oídos. Todo el mundo habla muy bien de lo flexibles que son los españoles y que aunque a veces no sepan comunicarse en idioma inglés, tienen una forma genuina de ayudar y es receptiva con los extranjeros”.

La gesta conseguida por Nadal sirve de inspiración a los amantes del deporte: “Para mi siempre ha sido un modelo a seguir. Su tío siempre le inculcó que además de ser un buen jugador tenía que ser una buena persona y cuando estaba preparándome para ser profesor (tiene la titulación de INEF) era de las cosas que más me llamaban la atención”. “Es imposible que no te guste Rafa, tanto por su forma de ser, su tenis y cómo busca la perfección, mejorarse y aguantar física y mentalmente”, sentencia.

Alberto García otorga al partido un extra de excepcionalidad, porque a su juicio “fue el mayor nivel de todas sus virtudes, cuando nadie creía en él, demostró que se podía remontar. Es increíble cómo con sus gestos es capaz de animar a la grada y ponérsela de su lado. Fueron pequeñas victorias que le ayudaron a dar la vuelta al partido”.

Polémica Djokovic

El Abierto de Australia fue noticia por la polémica con el tenista serbio Novak Djokovic, al que se le revocó la visa por no estar vacunado contra la COVID. Por contextualizar, García Gómez señala que “en Australia han sido muy estrictos con el control del virus. Los estados por ejemplo han estado cerrados, y en Tasmania no ha habido ningún caso en dos años”. Además, resalta que “sin duda en Australia el sitio más castigado con confinamiento ha sido Melbourne, pero ahora se puede hacer prácticamente de todo, simplemente mostrando que estás vacunado y llevar la mascarilla obligatoria”.

Con este ambiente, advierte de que “si Djokovic llega a jugar en el estadio la gente le habría abucheado, porque lo hubieran visto como una tomadura de pelo porque en ese estado han tragado muchísimo, todo el mundo está vacunado y tiene muchísimo cuidado con las mascarillas. Hubiera habido incluso manifestaciones porque además mintió en la visa, que aquí es un tema muy serio”. “Yo me hubiera sentido decepcionado si le hubieran dejado pasar porque Australia siempre ha sido muy estricto con ese tema”, apostilla.

Las estrictas medidas de control de la pandemia en Australia han impedido por ejemplo que el conquense pudiera viajar a Cuenca para asistir a la boda de su hermana y ver a su familia. Una espina clavada que espera sacarse este verano, y aprovechar para reunirse con el gran grupo de amigos de Cuenca que todavía conserva.