El Conquense espanta temores con un triunfo inapelable ante el Getafe B (3-0)

Primeros puntos de los blanquinegros en La Fuensanta en este año en un partido en el que Raúl Caba hizo doblete

La Unión Balompédica Conquense consiguió este domingo su primera victoria del año en La Fuensanta y lo hizo a lo grande. Contra uno de los rivales más fuertes del Grupo V de Segunda Federación -el Getafe B, que llegaba tercero- y con autoridad, dominio y un derroche tanto de actitud como de aptitud. Un 3-0 inapelado e inapelable que sirve para espantar miedos y moderar urgencias y, sobre todo, ha sido un regalo a la afición.

Los locales salieron ya bien desde el inicio: entonados, bien plantados, apostando por el balón y por trenzar un buen fútbol. Y no tardó en llegar la recompensa, que arribó de penalti en el minuto 15. En un balón disputado en el aire, Facu Esnáider se apoyó sobre sobre Raúl Caba e incluso le propinó un codazo involuntario. Fue el propio Caballero el que tiró la pena máxima sin que le pesara la responsabilidad de su fallo de la semana pasada y puso el 1-0.

A pesar de adelantarse en el marcador los blanquinegros no se relajaron, bien prevenidos por experiencias previas. Al contrario, el dominio del balón siguió siendo suyo y no dejaron de mirar a portería frente a un rival que ofreció en esos minutos una de sus peores versiones de la temporada. Los balones llegaban rápido por la banda y se acumulaban los córners, sin que los getafenses pudiesen acreditar mucho más allá que un par de ocasiones desbaratadas por Chete.

En el minuto 34 de la segunda mitad llegó el 2-0, otra vez con la firma de Caba. Fue el broche a una jugada de esas que encantan a los entrenadores: los conquenses subieron el balón desde su área casi al primer troque, dibujando la trayectoria con la maestría de un orfebre. Un potente disparo de Extebe fue repelido por el portero y allí estaba Caba en una posición inversímil para anotarse otro en su cuenta particular.

Tras el descanso el partido tomó otros derroteros. El Getafe B fue mucho más incisivo y esa actividad se tradujo en varias ocasiones y acercamientos que los blanquinegros supieron contener con eficacia. Tanta, que el siguiente gol no sirvió para acortar distancias, sino para acrecentarlas. El el 75 Antonio Fernández puso el 3-0 con un disparo cruzado tras una asistencia de Yuya aprovechando su desmarque. Fue más que suficiente para aquilatar los tres ansiados puntos.