«Hay que movilizarse, si no hay presión vecinal es mucho más complicado parar a las macrogranjas»

Entrevista a Remedios Bobillo, presidenta de Pueblos Vivos

Remedios Bobillo es la presidenta de Pueblos Vivos, una asociación que aún numerosos colectivos que reivindican la preservación de los entornos naturales de los pueblos de Cuenca y que se posicionan en contra de la instalación de más macrogranjas de porcino y aves en nuestra provincia, así como de un mayor control de las ya existentes. El pasado 13 de noviembre celebraron una manifestación en Cuenca en protesta por lo que consideran una “moratoria fraudulenta” en vigor en nuestra comunidad autónoma.

– ¿Qué es Pueblos Vivos?

Es una asociación que aglutina a todas las plataformas y asociaciones de la provincia de Cuenca que buscan preservar el entorno de sus pueblos mirando al futuro.

– ¿Quiénes componen la asociación?

Hay colectivos vecinales de toda la provincia. Tenemos colectivos de la Serranía, de la Alcarria, de pueblos como Quintanar del Rey, Mota del Cuervo, Campillo de Altobuey, Priego, Cañete, Cardenete, Mariana, Villar de Domingo García y alguna más que me dejo en el tintero. Tenemos un mapa interactivo en el que se ve todas las localidades que participan en Pueblos Vivos.

– Me decía que su objetivo es preservar el entorno de los pueblos conquenses. Si hacen esto será porque de alguna manera ven amenazado ese entorno.

Sí, casi todas nacen por las macrogranjas de porcino y de aves, pero a partir de que los vecinos se unen empiezan a ver que también hay otras cosas, que los pueblos hay que cuidarlos. Ahora también estamos con las plantas de biogas, que nos las venden como una alternativa verde pero por lo que vemos en otras localidades siguen contaminando. Todo lo que sea contaminar el agua, el aire y la tierra, como estamos viendo en otros lugares donde las macrogranjas llevan más tiempo, es un peligro para nuestros pueblos.

“Todo lo que sea contaminar el agua, el aire y la tierra, como estamos viendo en otros lugares donde las macrogranjas llevan más tiempo, es un peligro para nuestros pueblos”

– Ustedes están en contra de la implantación de las macrogranjas de porcino. ¿Por qué?

Lo primero que piensan los vecinos de los pueblos donde se van a instalar es que, como están a 3 kilómetros, no hay problema y que son muy modernas. Pero no podemos olvidar que hay muchos animales en esas granjas que orinan y defecan. Todo eso se limpia con agua, que va a parar a unas balsas donde se acumulan los purines, que son la mezcla de esos residuos y otros productos como detergentes, antirraticidas, etc…. Más o menos cada tres meses una cuba los saca de ahí y se esparcen en la tierra con unos aperos que existen para ello. Eso día, tras día, tras día, hace que el suelo ya no admita más y se contaminen de nitratos tanto los acuíferos como la propia tierra, que llega a quemarse igual que cuando se le echa demasiado fertilizante; y además está lo que no se ve, que son las partículas que van por el aire, que cuando hay exceso provocan unos olores muy desagradables. Y todo eso lo provocan los purines.

– ¿Esos purines dónde se esparcen, en unos terrenos dedicados específicamente para eso o se esparcen en cualquier sitio?

En los proyectos que se presentan para la instalación de las macrogranjas ya viene donde se van a esparcir, pero luego además hay agricultores que también piden que se les esparzan en sus tierras porque al principio ven un beneficio. El problema es que esos purines se pueden echar cada cierto tiempo, pero no siempre. 

– Algunos de los argumentos que se esgrimen a favor de las granjas es que son granjas de última generación que no generan malos olores y que los purines son un fertilizante natural que es beneficioso para la tierra. ¿Qué tienen que responder a esto?

Que todo en exceso es perjudicial, eso es lo que está ocurriendo. Si tú te tomas una copa de vino en la comida es muy beneficioso, pero si te tomas dos botellas diarias tienes un problema. El problema es que no hay control, no se sabe dónde se llevan los purines y las veces que se han echado, ni tampoco hay gente que lo pueda controlar y al final tienen que ser los mismos vecinos los que tienen que estar pendientes de los vertidos, es complicado. El problema es que tanto cerdo junto, como tanto pollo junto, genera mucho purín y eso trae consecuencias nefastas para el campo.

“El problema es que no hay control, no se sabe dónde se llevan los purines y las veces que se han echado, ni tampoco hay gente que lo pueda controlar y al final tienen que ser los mismos vecinos los que tienen que estar pendientes de los vertidos”

– ¿Quiénes tienen, según la normativa, la responsabilidad final de que una granja se abra en un municipio concreto?

A los ayuntamientos lo primero que les llega es la compatibilidad urbanística, si no hay nada que sea incompatible el ayuntamiento en cuestión tiene la obligación de seguir con el proceso. A partir de ahí se pueden presentar alegaciones, que van al promotor, que lo que hace con ellas es modificar lo que estiman conveniente, luego continúa el proyecto su trámite y lo último es la licencia de obra, que es lo que tienen en su mano conceder los ayuntamientos, pero muchas veces tienen las manos atadas porque además suelen ser municipios muy pequeños con ayuntamientos con pocos recursos.

– ¿Entonces los ayuntamientos no tienen el control sobre estas instalaciones?

Lo ideal sería que los ayuntamientos consultaran a los vecinos. En La Peraleja se actuó así, cuando llegó un proyecto el alcalde les consultó a los vecinos, se dio una charla informativa y el alcalde decidió que los vecinos votaran, salió que no y la granja no siguió para adelante.

– ¿Realmente hay posibilidades de parar las macrogranjas o esto algo que va a seguir su curso sí o sí?

Hay que luchar, hay que presionar. Hay muchas cosas en la vida que nos han parecido imposibles de cambiar pero poco a poco se han ido cambiando. Es importantísimo para nosotros la parte legal pero también lo es la movilización de la gente, si no hay presión vecinal es mucho más complicado parar estas explotaciones. Las macrogranjas, aunque haya muy pocos habitantes en el pueblo, no van a solucionar nada.

– ¿Hay algún caso en el que se haya parado la construcción de estas granjas?

Sí, en la provincia hay tres casos y seguro que va a haber más. Hay uno en Cañete, otro en Mota del Cuervo y otro en Campillo de Altobuey, y cada uno de ellos por una vía diferente. Aparte de La Peraleja, pero es que ese no se llegó ni a tramitar. 

– Estamos en un periodo de moratoria establecida por la Junta de Comunidades para la instalación de estas explotaciones, pero ustedes se han quejado de que no está siendo totalmente efectiva.

El otro día estuvimos en Cuenca manifestándonos precisamente por esto. Cada año hacemos una manifestación cercana a la festividad de San Martín y este año el lema era «Moratoria fraudulenta». Hace un año el presidente García-Page anunció la moratoria en Cenizate, un pueblo de Albacete donde también tienen este problema. Allí anunció la moratoria y dijo que iba a hablar con las partes implicadas, que son las cárnicas y supongo que se referiría también a los vecinos, pero a nosotros no nos ha llamado. Creemos que habrá hablado con los cárnicos o con Asaja, que también está en esto, pero con nosotros no. 

La moratoria se pone en funcionamiento en enero y en el texto ya vemos que hay muchas excepciones, como permitir las granjas de menos de 2.000 cerdos, o si se hace un tratamiento de los purines también, aunque esto ya venía de antes. Luego, no entendemos muy bien porqué, aumentan hasta 2.500 cabezas. Incluso el consejero de Desarrollo Sostenible manifestó hace unos días en un medio de comunicación que hay que ordenar el tema de las macrogranjas, es algo que tiene que quedar más limitado de lo que está ahora.

– Hay un caso reciente en la Alcarria que habéis puesto como ejemplo de cómo se está sorteando la moratoria. Hablo de unas granjas que se van a poner en Moncalvillo, una pedanía de Huete, y en Portalrubio de Guadamejud.

Cuando se analizan los tres proyectos se ve que son de 2.496 cabezas y que las tres están muy juntas, a un kilómetro, donde se juntan los dos términos municipales. Pero la realidad es que son una única explotación, porque la tierra es de la misma persona y el agua igual. Además, mirando los proyectos se ve claramente que esto era un proyecto de una única granja de más de 7.000 cabezas que lo que han hecho ha sido fraccionarlo en tres. Y ha habido más ejemplos en otros pueblos como Mira, Pajarón y Villar de Domingo García. Después de la manifestación el coordinador de Economía Circular declaró que la moratoria está funcionando porque hay 61 proyectos parados, pero nos gustaría que nos mandaran la lista para saber por que motivos se han parado, porque puede ser por diferentes motivos distintos a la moratoria.

“En la Alcarria hay tres granjas que viendo los proyectos se ve claramente que es una única granja que la han fraccionado en tres para sortear la moratoria”

– El TSJ de Castilla-La Mancha ha fallado en contra del Ayuntamiento de Almendros por una normativa muy restrictiva en el tema de los purines. ¿Qué significa este fallo para ustedes? ¿Creen que puede retraer a algunos ayuntamientos para actuar en estas cuestiones?

Por una parte sí, pero lo que pasa es que aquí hace falta dinero para todo y para hacer unas buenas ordenanzas habría que hacerlas entre muchos pueblos para pagar los costes que suponen y para que trabajaran muchos profesionales en ellas, porque para un pueblo pequeño resulta muy complicado trabajar en ello. Pero no queremos que la gente se desanime porque estamos cada vez mejor organizados y hemos contactado a nivel nacional con abogados muy preparados para que asesoren a los ayuntamientos que se animen a dar estos pasos.

– Hay mucha gente que cuando oye hablar de esta polémica piensan que no hay que oponerse al progreso, a que la industria cárnica esté abastecida de la materia prima necesaria para su funcionamiento, que esto es ecologismo de salón y que si hay una regulación de la materia por qué no se pueden abrir este tipo de instalaciones. ¿Qué tiene que decir a estos argumentos?

Que cuando algo es tan perjudicial para el futuro del medio ambiente, porque cada vez hay más, hay que intentar pararlo. Cuenca se está convirtiendo en un estercolero. Si no hay futuro a nivel de medio ambiente qué más da que haya riqueza. Si no estamos rodeados de un medio ambiente limpio no hay futuro, no hay más explicación que esa. Tenemos que conservar nuestro entorno por el bien de todos y no someterlo a cuestiones exclusivamente económicas.

– ¿Y quién puede legislar para que esta tendencia se revierta?

La Junta de Comunidades, esto es una competencia autonómica. Y tan importante es que no se pongan más como que se controlen las que ya existen. Y otra cosa muy importante es que el impacto que tienen las macrogranjas se mira una a una pero lo que no se mira es que puede haber varias juntas y el agua se coge del mismo sitio y se contaminan las mismas aguas. Cuando se ponen las de menos de 2.500 ya se ve en los planos que están previstas ampliaciones en cuanto se pueda, eso está claro. Hay pueblos, como Balsa de Ves, en Albacete, donde estamos viendo los efectos tan perniciosos que tienen estas instalaciones. El pueblo tenía más de 200 habitantes y en diez años se han quedado en menos de 140.

– ¿Tienen ejemplos de cómo han afectado estas instalaciones en otros lugares?

Por supuesto que sí. En la provincia de Toledo hay una zona que está muy afectada. En Huesca hay malos olores que llegan a la capital. En Cataluña hay zonas que están totalmente saturadas de purines. Donde llevan instaladas más tiempo ya saben que los efectos son muy negativos.

– ¿Qué iniciativas y movilizaciones van a tener en los próximos meses?

El día 13 tuvimos una manifestación en Cuenca y por ahora a nivel provincial no tenemos nada en mente porque estamos preparando la semana de la lucha a nivel estatal, porque nosotros estamos integrados en la organización de toda España que lucha contra la instalación de las macrogranjas. Más adelante en cada pueblo donde hay una también se va a realizar una acción en contra de estas instalaciones que se va a incorporar a las acciones a nivel estatal. También vamos a tener algunas charlas en distintos puntos de España para intentar concienciar al mayor número de personas posible de esta problemática.