La vicealcaldesa de Valencia y candidata a la alcaldía por el PSPV-PSOE, Sandra Gómez, ha nacido y se ha criado en la ciudad del Turia, pero se considera “ tan valenciana como manchega, tan del Cabanyal como de Campillo de Altobuey”. Su familia es una de esas miles que protagonizaron el éxodo rural de mediados del siglo pasado, emigrando de la localidad conquense a la capital valenciana en busca de una vida mejor. Un pasado del que manifiesta que hace gala cada vez que se le presenta la ocasión: “forma parte del relato de lo que soy”.
En los primeros compases de la larga carrera hasta las elecciones autonómicas y locales de mayo de 2023, esta identidad en parte manchega ha sido una de sus cartas de presentación como candidata a la alcaldía, una política que, manifiesta, “representa a las personas corrientes, a las familias trabajadoras, a familias como mis yayos y sus hijos e hijas, que venían a Valencia a hacer de esta ciudad una ciudad mejor, a toda esa generación a la que nunca nadie la ha regalado nada, que lo ha tenido muy difícil, que ha hecho muchos sacrificios para que generaciones como la mía hoy puedan prosperar y desarrollarse”.
“Me gusta reivindicar esa España, esa generación de inmigrantes muy silenciada que no ha protagonizado tanto nuestra historia como puede ser la España de la Guerra Civil o la de la Transición, pero que sin lugar a dudas explica la sociedad de hoy, una sociedad próspera, una sociedad rica, una sociedad con bienestar. Es gracias a los enormes sacrificios que tuvieron que hacer muchas personas que abandonaron todo lo que conocían, su pueblo, su familia, su entorno, para buscar una vida mejor”, añade la vicealcaldesa.
El pasado mes de septiembre, Gómez tuvo “la suerte” de ser la pregonera de las fiestas de Campillo de Altobuey, “una de las cosas más bonitas y emocionantes que he hecho”. En su discurso quiso “poner en valor a muchas personas que emigraron o que quedándose en Campillo han conseguido entre todos hacer florecer comunidades o ciudades como la mía”.
La vicealcaldesa afirma que el pueblo es para ella “un relato vital”, que ha formado parte de todas las etapas de su biografía. “Desde bien pequeñita, cuando me iba a jugar a la era con los hijos e hijas de mis vecinos y con mis primas, a ya más adolescente en la piscina, conociendo a los chavales del pueblo, ya más mayor en la Loren-Lu de fiesta y ya hoy, llevando a mi hijo a conocer el pueblo”, rememora la candidata socialista.
Sobre el futuro de estas zonas rurales, amenazadas por la despoblación, tiene una postura optimista, y contrapone el contexto actual al que vivieron sus abuelos hace sesenta años: “España es muy distinta hoy, es un país próspero, con bienestar, con oportunidades económicas”. Y pone el acento en que “estamos en una sociedad universalmente conectada y digitalizada, y eso va a permitir que los polos de desarrollo económico puedan ser desde cualquier parte del mundo”.
Además, señala el potencial las energías renovables, y pone como ejemplo que “los molinos de viento están ayudando a pueblos como Campillo a tener más flujos de dinero, a tener más aprovechamiento y más rentabilidad económica de sus terrenos, y eso está generando que pueblos como Campillo puedan por lo tanto ofrecer mejores servicios públicos”. Esto, continúa, redunda en una “mejor calidad de vida”, por lo que muchas personas apuestan por seguir viviendo en los pueblos.
De cara al futuro, confía en mantener los lazos de su familia con el pueblo de sus abuelos, aunque desarrolle su vida a unos cientos de kilómetros. La vicealcaldesa de Valencia va ahora acompañada de su hijo en sus visitas a Campillo de Altobuey: “también forma parte de él, también es su pueblo”.