«Trabajar en una peluquería en estas condiciones es muy complicado pero hay que hacerlo»

Hamid es uno de los empresarios del sector de la peluquería que ha abierto este lunes en la nueva fase de desescalada con estrictas medidas de higiene y cita previa

Hamid, en plena faena, con un cliente en su establecimiento de la Calle Colón

«The Barber`s Hamid Casablanca» ha reabierto sus puertas este lunes tras casi dos meses cerrada al público. La nueva fase de desescalada ha permitido a Hamid, su propietario retomar la actividad en unas condiciones muy particulares condicionadas por la crisis sanitaria y la incidencia del coronavirus.

La adopción de medidas de protección, limpieza y desinfección, tanto para empleados como para clientes, y el funcionamiento mediante cita previsa marcan el día a día de una nueva etapa profesional y empresarial. «Trabajar en una peluquería en estas condiciones es muy complicado pero hay que hacerlo. No queda otra. Hay que afrontar pagos, facturas…No queda otro remedio de volver pero los que trabajamos y los clientes estamos muy expuestos ya que es una actividad en la que hay contacto, mucha proximidad. Date cuenta que cuando estás cortando una barba estás a escasos centímetros». Por tanto, Hamid ha tenido claro que la seguridad era una prioridad desde el primer momento. «Es dificil pero te tienes que adaptar. Usamos mascarillas y pantallas, mantenemos distancias todo lo que podemos y después de atender a cada cliente se hace una limpieza y desinfección intensa de la zona».

La clientela, como siempre, ha respondido y se ha amoldado a las nuevas condiciones del servicio. «La gente sigue viviendo con la cita previa y, de hecho, suele haber gente esperando fuera porque también hay que tener en cuenta que esto no es exacto, hay gente que se retrasa, con otro estás un poco más de tiempo…». Lo que ha sido inevitable es encontrarse con situaciones excepcionales. «Hay que darse cuenta que hay gente que esto le pilló sin cortarse el pelo desde hacía mes y medio. Si le sumas otro mes y medio son tres meses sin contarse el pelo. Imagínate cómo vienen. También nos encontramos gente que se lo han cortado ellos en sus casas o se lo han cortado y vienen a arreglarse y cleintes que vienen a hacerse un repaso».

El panorama, en definitiva, supone un reto obligado por las circunstancias derivadas de la pandemia. «Hay preocupación porque no sabes si el que acaba de entrar está contagiado y, si yo me contagio, puedo estar contagiando a la gente sin saberlo. Pero, claro, tengo una niña, una mujer…y hay que estar aquí».

Como tantos otros negocios, la reapertura se ha producido adaptando el capítulo de personal a la nueva realidad. «Ahora estamos dos de los cinco trabajadores que estábamos. Esperamos ir adelante poco a poco deseando que la situación de normalice», señala Hamid.