La Asociación del Comercio lamenta el fallecimiento de Pedro Notario Verdú, «uno de los pioneros del sector en Cuenca»

La organización sectorial recuerda la gran trayectoria de este relojero y óptico que prestó múltiples servicios cuando su establecimiento era de los pocos que había en la ciudad y cuya trayectoria como empresario abarcó prácticamente toda su vida

La Asociación del Comercio de Cuenca ha lamentado el fallecimiento de Pedro Notario, al que califica como «uno de los pineros del sector en Cuenca cuya prioridad siempre era prestar un servicio de calidad al cliente».

Desde la Asociación de Comercio quieren agradecer el papel jugado por este empresario cuya trayectoria abarcó prácticamente toda su vida que quiso satisfacer las distintas necesidades sus clientes. Además, desde esta organización sectorial de CEOE CEPYME Cuenca valoran que haya donado a la ciudad y a los propios comercios del centro un elemento atractivo como el reloj de su establecimiento, lugar incluso de encuentro.

La trayectoria profesional de Pedro Notario Verdú comenzó a una edad temprana porque muy pronto quedó huérfano de padre y tuvo que coger las riendas de la relojería familiar, atendiendo este negocio. En este establecimiento consciente de las necesidades de los conquenses pronto comenzó a vender, además de relojes, tocadiscos, discos, televisores, radios e incluso todo lo relacionado con el mundo de la fotografía para atender la demanda de los usuarios.

Poco a poco se fue centrando en la relojería y aprovechó para sacarse el título de óptica de anteojería por lo que empezó también a prestar este servicio a los ciudadanos de Cuenca.

Con la llegada del reloj digital, el servicio de relojería comenzó a tener menos demanda y en ese momento Notario quedó solamente como Óptica, siendo este el negocio al que se incorporó su hijo Pedro.

En cuanto a los míticos relojes, el primer modelo fue puesto por el padre de Pedro Notario y estaba en una columna al borde de la acera, pero luego se integraron en la fachada e incluso se conservaron al hundirse el edifico para volver a colocarlos en la nueva edificación.