Las últimas nieves en la capital conquense no han alcanzado las proporciones casi históricas con las que han amanecido otros municipios de la provincia, pero aún así se mantiene la estampa de tejados y cornisas colmados de blanco. Más allá de su atractivo estético, la imagen esconde el peligro de los riesgos de desprendimiento por lo que desde el Ayuntamiento se ha pedido a los peatones que presten atención y eviten caminar debajo de ellas por peligro de que pueda caer algún acúmulo.
Junto a este consejo se mantienen los ya habituales de la jornada previa: evitar todo desplazamiento innecesario, huir de pendientes y cuestas, usar el transporte público preferentemente y, en caso de moverse con vehículo privado, circular por vías principales.
A las ocho de la mañana todas las vías principales estaban abiertas y los autobuses urbanos funcionaban con normalidad.