El Proyecto Arraigo acaba de arrancar su tercera edición. Desde que en 2022 comenzara su actividad en la provincia de Cuenca al amparo de la Diputación Provincial, este proyecto, cuyo objetivo es contribuir a la repoblación de nuestro territorio, ha conseguido que más de un centenar de personas se hayan arraigado en las zonas más despobladas de Cuenca. Miguel Chavarría, director del proyecto en nuestra provincia, concedió a Voces de Cuenca una entrevista en la que hace balance de lo hecho hasta ahora y avanzó algunos aspectos de la edición que acaba de comenzar.
– Quisiera que nos hiciera un balance de lo que se ha hecho desde que Proyecto Arraigo comenzó a trabajar en la provincia.
Llevamos ya dos ediciones y estamos comenzando la tercera. La primera fue como una prueba piloto que sólo contó con cuatro o cinco municipios y sirvió para validar que la provincia de Cuenca tenía posibilidades para realizar una repoblación efectiva en los pueblos. Se hizo un estudio previo donde se definieron bien las características del territorio y las posibilidades que tenía la provincia. Y en la última edición, que tuvo lugar el año pasado, podemos decir que es donde se produjo el salto cualitativo, con 25 municipios y trabajando muy estrechamente de la mano de estos ayuntamientos y de la Diputación de Cuenca para detectar tanto las oportunidades laborales como de viviendas. En resumen, podemos decir que en estas dos ediciones se ha logrado el objetivo de que se hayan arraigado 138 personas y concretamente en el último año fueron 20 familias con 58 personas.
– ¿Cómo trabaja el Proyecto Arraigo?
En primer lugar, hay que decir que en Cuenca el Proyecto Arraigo es un proyecto emprendido por la Diputación Provincial que se enmarca dentro del Proyecto 360º de Repoblación y Reto Demográfico de esta institución. Nuestro primer paso es la selección de los municipios que van a participar en cada edición, y eso lo hacemos de la mano de la propia Diputación, que contacta con todos los municipios de la provincia y les propone participar, haciendo una serie de preguntas que nos ayudan a validar y hacer la selección final según los criterios que forman parte de la licitación de la propia Diputación. En concreto en esta nueva edición se han seleccionado 22 municipios y todavía se podría ampliar en algunos más si estuvieran interesados.
Una vez que están seleccionados los municipios nosotros contamos con una red de técnicos del territorio que se encargan de detectar sobre el terreno las oportunidades, es decir, posibilidades de empleo, de vivienda o de emprendimiento. Estos técnicos después se ponen en contacto con familias potenciales, porque contamos con una base de datos de más de 22.000 familias que están interesadas en dejar las ciudades y trasladarse al medio rural. De ellas hay en torno a 600 familias interesadas específicamente en la provincia de Cuenca. La labor del técnico es hacer un buen filtrado para encontrar a la familia idóndea para el pueblo en cuestión y que sea ideal para cubrir las necesidades que ha mostrado ese municipio.
– ¿Sólo trabajan con familias o también con personas solas?
Lo más común es que trabajemos con familias, pero también hay casos individuales, pero es verdad que nuestra base de datos tiene más del 80% de familias con hijos.
– ¿Cuál es el perfil mayoritario que ofertan los municipios?
El perfil que suelen buscar es una familia con niños, porque la mejor forma de que arraigue unas personas en un territorio es que sus hijos crezcan en él y se establezcan vínculos con la zona. En determinados casos, por cubrir una oferta laboral muy concreta, hay personas solas que sí que las pueden cubrir. En general es muy volátil, aunque se buscan familias dependemos mucho de lo que se ofrece en cada momento.
“El perfil que suelen buscar es una familia con niños, porque la mejor forma de que arraigue unas personas en un territorio es que sus hijos crezcan en él y se establezcan vínculos con la zona”
– ¿Y esas oportunidades que se plantean se suelen cubrir con vuestra base de datos?
En general, como nuestra base de datos es tan amplia, encontramos lo que se nos demanda con cierta facilidad. A veces hay perfiles muy concretos que requieren una formación específica que es difícil encontrar, en ese caso solemos hacer una campaña de difusión en redes sociales, LinkedIn, etc…, hasta que encontramos el perfil concreto que se busca. Buscamos que sea un servicio integral, canalizando todo en la medida de lo posible a través de nuestra base de datos, que es donde está el valor de nuestra empresa, en la que hay muchas familias dispuestas a instalarse en el medio rural y que conocen el proyecto.
– ¿Qué tipo de oportunidades surgen con más frecuencia?
Al ser el sector agroganadero el más importante de la provincia, ofertamos bastantes puestos de peón agrícola, ganadero o derivados. Luego también está el sector servicios, especialmente la hostelería, y vemos también últimamente que está creciendo la demanda de todo lo relacionado con cuidado a domicilio de personas mayores, residencias de la tercera edad, etc… También tenemos perfiles de emprendimiento, por ejemplo el año pasado se abrió una panadería en Saelices, y ahora tenemos oportunidades para abrir una carnicería o una farmacia.
– ¿El índice de permanencia de las personas que llegan es muy alto o hay gente que prueba y luego se va a otros lugares?
Hay que tener en cuenta que trabajamos con personas y algunas, por mucho que filtremos, a veces no se adaptan al municipio, aunque es verdad que es un porcentaje bajo, menor del 15%. En el dato de las 138 personas ya están descontadas las que se han ido, todas siguen viviendo en la provincia. Cuenca es una provincia con muy buenos datos.
– Hubo una tendencia muy importante, provocada por la pandemia, de querer volver al mundo rural. ¿Se ha revertido esta tendencia o continúa igual?
En 2020-21 hubo un boom, eso está claro. Con el paso del tiempo se ha ido atenuando, pero, a pesar de ello, el interés por vivir en el medio rural sigue siendo muy superior al que había antes de la pandemia, o sea que se sigue considerando mucho más que antes la opción de cambiar la vida en una ciudad por la vida en el medio rural, porque se ve que hay una calidad de vida que no existe en las ciudades.
“Se sigue considerando mucho más que antes la opción de cambiar la vida en una ciudad por la vida en el medio rural, porque se ve que hay una calidad de vida que no existe en las ciudades”
– Para que la gente se pueda arraigar no sólo hace falta un trabajo y una vivienda, sino también unos servicios públicos imprescindibles. ¿La provincia de Cuenca está bien preparada a acoger a la gente que quiere vivir en el medio rural?
Rotundamente sí, de hecho siempre decimos que Cuenca es una de las provincias que ofrece más posibilidades para la repoblación, primero por ubicación geográfica, muy cerca de Madrid y Valencia, que son dos focos que generan sinergias en el territorio. Respecto a los pueblos en concreto, tenemos la suerte de que, en general, a nivel de conexión a internet, que es algo que hay que valorar mucho por el teletrabajo, más del 80% de los municipios conquenses tienen conexión a fibra óptica. Si hablamos de comunicaciones terrestres, tenemos una red de carreteras que vertebran muy bien el territorio y en general los pueblos tienen los servicios básicos, como centro de salud o colegio, en el propio pueblo o en un radio inferior a 30 km y eso es clave para poder arraigar familias.
– Hace escasos días se presentaron los 22 municipios que participan este año en Proyecto Arraigo. He visto que mayoritariamente pertenecen a la Serranía y a la Alcarria, hay alguno de La Mancha, como El Provencio, pero básicamente son de esas dos comarcas, que por otra parte son las que tienen los municipios más pequeños de la provincia.
En nuestro proyecto tiene cabida cualquier tipo de pueblo, pero es verdad que nos encontramos con que la Serranía y la Alcarria son las dos comarcas más despobladas y sienten que hay una necesidad real de un proyecto como el nuestro. Yo soy de la Alcarria, conozco muy bien el territorio, y todos los municipios, inscritos finalmente o no, tenían interés por el proyecto, lo que pasa es que nosotros también valoramos que haya posibilidad real de traer familias y, por ejemplo, si no existe vivienda, que es uno de nuestros grandes problemas, es muy difícil poder trabajar en algunos municipios y eso nos marca. La Serranía tiene un potencial tremendo, es una zona que los urbanitas valoran mucho, porque es gente que buscan un entorno natural importante, y la Serranía de Cuenca es única.
– ¿Son muchos los municipios que repiten de ediciones anteriores?
Sí, no llega a la mitad, pero casi, ya sea en la del año pasado o en la anterior. En general es un proyecto que funciona bien, que a los municipios les interesa porque es una forma de trabajar a la que rápidamente le ven efectos y suelen estar contentos con el trabajo. Otros no siguen porque ya ven que no hay oportunidades para la siguiente edición y prefieren parar para retomarlo en futuras ediciones.
– ¿Cuáles son los objetivos para la edición de este año? No tanto numéricos como generales.
Nuestro objetivo fundamental es contribuir a situar a la provincia de Cuenca como un referente a nivel de repoblación, sobre todo dando a conocer el territorio y los pueblos con los que trabajamos a través de los distintos medios de que disponemos, porque esto ayuda a que haya lo que nosotros llamamos arraigo indirecto, es decir, gente que viene llamada por los que han participado ya en el proyecto financiado por la Diputación de Cuenca. Partiendo de esa base queremos que Cuenca sea un lugar de acogida en el que los pueblos verdaderamente quieran recibir a gente y donde haya oportunidades tanto laborales como para iniciar una nueva vida, queremos fomentar el emprendimiento, ayudando a reabrir negocios que han cerrado por falta de relevo generacional y completar esto con repoblación internacional, y es la primera vez que la Diputación de Cuenca ha apostado por trabajar con un agente internacional para captar familias o perfiles de trabajo que a nivel nacional está costando mucho cubrir. Y para eso contamos con la contratación de un agente internacional que va a trabajar desde Cuenca.