El Gobierno de España se ha comprometido con la Unión Europea a cobrar por el uso de las autovías. La medida, que según el Ejecutivo no se aplicará antes de 2024, se plantea con el objetivo de que esos peajes «permitan cubrir los costes de mantenimiento de las carreteras e integrar las externalidades negativas del transporte por carretera».
La iniciativa está incluida en «el Plan de Recuperación, Transformación y Resilencia», texto en el que se no se concreta cuáles son las tarifas deberán pagar los conductores por viajar por la red pública de autovías. Para calcular cuánto costará viajar, por ejemplo, de Cuenca a Madrid o Valencia es necesario a recurrir a fuentes externas, estimaciones de medios de comunicación y al ejemplo de otros países europeos en los que ya se aplican cobros similares.
El periódico La Razón aseguraba este jueves, remitiéndose a fuentes no identificadas del Ministerio de Transportes, que se baraja un coste aproximado de un céntimo de euro por kilómetro. Eso supondría que desplazarse en coche de la capital conquense a la madrileña supondría 1,67 euros. 3,34 la ida y vuelta con gastos de combustible aparte.
Entre Valencia y Cuenca -suponiendo que solamente hubiera que pagar por el tramo de autovía desde Minglanilla- habría que abonar 1,20 euros por trayecto. Y de Tarancón a Motilla del Palancar, por citar una de las numerosas combinaciones posibles, la factura se quedaría casi igual, en 1,19.
Otras estimaciones elevan esas cifras. Así, la OBS Business School señala que si se aplicase el modelo de las ‘viñetas’ o ‘euroviñetas’ de varias naciones europeas la tasa sería de 9 céntimos para turismos. Un trayecto Madrid-Cuenca se iría a los 15,03 euros sólo en peaje, aproximadamente la mitad de lo que cuesta un billete estándar de AVE. El tramo de autovía del Valencia-Cuenca supondría 10,8 y el Tarancón-Motilla 10,7.
Las cifras se multiplican si se habla de camiones, donde se eleva el coste unitario por kilómetro a 19 céntimos. Es decir, 31,73 euros un Madrid-Cuenca o un 22,61 un Motilla-Tarancón. Sin embargo estos números hay que abordarlos con mucha precaución. En su documento, el Gobierno se compromete a consensuar con el sector del transporte por carretera las condiciones y asegura, sin especificar la fórmula, que el coste no repercutiría en los camioneros sino en los contratistas de la carga.
Los cálculos de la OBS coinciden con la propuesta planteada en varias ocasiones por Seopan, la Asociación de Empresas Constructoras y Concesionarias de Infaestructuras. Otra entidad similar, la Asociación de Empresas de Conservación y Explotación de Infraestructuras (Acex) aboga por peajes de entre 3 y 5 céntimos el kilómetro. Un punto intermedio que supondría detraer 6,68 euros de los bolsillos de los conductores conquenses cuando fueran a Madrid y 4,80 a Valencia. La ruta entre el municipio taranconero y el motillano estaría en el entorno de 4,76 euros. 9,52 la ida y vuelta.
No obstante, según apunta el Ejecutivo de Pedro Sánchez en su exposición de planes a las autoridades europeas, la tarificación no será única sino flexible ya que que se pretenden implantar bonificaciones para usuarios habituales.
Todas las simulaciones se están planteando en autovías ya que estos «mecanismos de pago» se plantean en una primera fase para carreteras estatales de dos o más carriles. «Esto es, en las autopistas, autovías y carreteras nacionales si tienen más de dos carriles. El texto legal incluirá también medidas que permitan a las comunidades autónomas aplicar ese pago por uso en las vías de alta capacidad de sus territorios», según explica La Vanguardia.
No obstante, en el propio documento remitido por el Gobierno a Bruselas se habla de un sistema «escalable y progresivo», es decir, que se cobre inicialmente en la red de autovías y se extienda de forma progresiva a otras redes, abriendo a la puerta de que las carreteras convencionales puedan ser de peaje, como interpretan medios como AutoBild y Heraldo de Aragón.
El impacto en la economía de los conquenses sería entonces mucho más acusado, ya que las nacionales, autonómicas y provinciales constituyen el grueso de la red viaria provincial. En el medio rural la necesidad de usar el vehículo privado para gestiones médicas, académicas, administrativas y para obligaciones laborales suelen ser mucho mayores que en las grandes ciudades. No existe además la alternativa de una oferta equiparable, ni remotamente parecida, de transporte público.