136 días en la UCI del Hospital ‘Virgen de la Luz’: la historia de superación de Sebastián Escribano

Este lunes Sebastián ha salido de la Unidad de Cuidados Intensivos tras cuatro meses y medio

El coronavirus solo tiene una cara que mostrar y es la de la fatalidad y los llantos. La tristeza de ver cómo la vida se puede apagar y cómo un ser querido se puede marchar. Lo menos feo que deja el COVID-19 son las historias de superación y de batalla constante con el virus; las victorias de los guerreros que pelean junto a los sanitarios y los respiradores por poder recuperar su vida. Sebastián es uno de esos guerreros que ha ganado al coronavirus, pero que sigue peleando por poder llegar a una normalidad que de momento se atisba en el horizonte.

Sebastián Escribano vive en Villar de Cañas, tiene 69 años y ha estado en la UCI del Hospital Virgen de la Luz hasta la mañana de este lunes, 3 de agosto, un total de 136 días. Hoy, además de una rehabilitación intensa por delante le queda «una fuga» provocada por la traqueotomía que se le tuvo que realizar por el coronavirus.

Voces de Cuenca se ha puesto en contacto con el aún paciente del ‘Virgen de la Luz’ para que cuente cómo ha sido su experiencia de principio a fin. «Cuando me ingresaron no me enteré. Yo estaba en casa, pero no me enteré y fui derecho a quirófano prácticamente ‘doblao’. Estuve dos meses doblado hasta que fui ganando algo de movimiento y ahora estoy bastante bien».

Sebastián asegura que el principio fue muy malo, ya que «quería hacer movimientos con las manos y no podía. Las tenía casi juntas, pero no podía llegar a tocármelas entre sí». Además, afirma sin ninguna duda que su familia ha padecido más que él por el hecho de verlo desde fuera.

Por otro lado, dice no saber cuándo va a recibir el alta porque este martes empiezo el gimnasio y dependiendo cómo evolucione, así irá la cosa». Cuatro meses y medio dan para mucho y Sebastián cree que en este último mes ha estado «mejor», dentro de lo malo.

«Ha sido una tremenda ilusión cuando he salido de la UCI», finalizaba Sebastián que tiene una recuperación intensa por delante. Tanto su esposa, como el personal sanitario realizaron un vídeo del momento en que el paciente pasó a planta, donde se palpa la alegría, la emoción y el sufrimiento acumulado.

Su mujer, que lo ha acompañado en todo momento, ha preferido no declarar porque piensa que «el protagonismo entero es para él, para el doctor Centeno y para las enfermeras de quirófano y de la UCI que se han portado maravillosamente bien».