El paso de Cristo Descendido pasará a recibir culto en la Parroquia San Julián de la Fuente del Oro

La Cofradía de la Virgen de las Angustias ha acordado el cambio de ubicación del conjunto de Vicente Marín, que hasta ahora permanecía en la iglesia de Nuestra Señora de la Fuensanta

La Cofradía de Nuestra Señora de las Angustias ha decidido este domingo en junta general que el segundo paso de la corporación, Cristo Descendido, pase a recibir culto en la Parroquia de San Julián, situada en el barrio de la Fuente del Oro de la capital conquense. 

De esta forma, el conjunto gubiado por el escultor conquense Vicente Marín abandonará la Iglesia de Nuestra Señora de La Fuensanta, donde permanecía desde 1988 procedente de la iglesia de Los Salesianos. Fue en ese año cuando fue bendecido y estrenado en sustitución del misterio de la misma temática que había realizado el taller de Luis Marco Pérez en 1976 para la misma corporación pasionista. 

José Manuel Vela, secretario de la Cofradía, explica que el principal objetivo del cambio de iglesia es «dar mayor facilidad de visita para los cofrades al tener la Parroquia de San Julián mayor franja de horas de apertura». Ya se han realizado mediciones y, aunque todavía no se puede hablar de plazos concretos, «la intención es preparar la estructura donde va a ir asentado y preparar su traslado posterior».

El cambio de sede durante el año no afectará al lugar de incorporación a la procesión En El Calvario del Viernes Santo que seguirá siendo el Convento de las Madres Concepcionistas de la Puerta de Valencia, punto igualmente de finalización de su recorrido. Allí sale y termina también desde 1991 la imagen de la Virgen de las Angustias, que continuará durante todo el año en la Parroquia de Nuestra Señora de la Luz (San Antón), desde donde se desplaza cada Sábado de Pasión hasta las Concepcionistas en solemne traslado. 

La Parroquia de San Julián, cuya primera piedra se colocó en 1981, era hasta ahora uno de los escasos templos abiertos al culto de la capital conquense que no albergaba ni había albergado ninguna imagen de Semana Santa entre sus muros.