Agosto letal. Durante el mes recién terminado murieron más personas por coronavirus en la provincia de Cuenca (12) que durante abril, mayo, junio y julio juntos (9 en total). Además, los fallecimientos multiplican por seis los registrados en el mismo periodo del año pasado, cuando se contabilizaron dos.
El análisis de los datos que ha ido proporcionando la Consejería de Sanidad de lunes a viernes no festivos muestra que agosto se ha convertido en el tercer mes de 2021 con más defunciones atribuidas a la COVID-19, únicamente superado por enero y febrero (67 y 51 respectivamente), cuando se produjo el pico de la denominada tercera ola. Es incluso peor que marzo (7).
El repunte de la mortalidad sigue un dibujo en la gráfica muy similar al que se experimentó en 2020 de agosto a septiembre, cuando se pasó de dos a trece muertes, cifras casi idénticas a la más reciente evolución mensual. El de entonces fue el primer eslabón de una cadena de tres subidas consecutivas.
De los 17 meses transcurridos desde que la Organización Mundial de la Salud declarada la pandemia de la COVID-19, agosto de 2021 es el décimo con más decesos en territorio conquense. Es decir, en términos de mortalidad, la quinta ola aún por remitir está siendo mucho menos intensa que lo fueron la primera y la tercera, probablemente también la segunda, pero supera con claridad a la cuarta que se asoció entonces parcialmente con un factor estacional al comenzar el otoño y finalizar las temperaturas estivales.
Estas muertes se relacionan con unas cifras elevadas y sostenidas de contagios desde mediados del mes de julio que han llegado en un contexto inédito en la evolución de la enfermedad: la cobertura de vacunación ha ido extendiéndose hasta superar el 70% de la población de Castilla-La Mancha pero, paralelamente, se ha disparado la movilidad y actividad social y han desaparecido la mayoría de las restricciones.