El nuevo curso trae un «aluvión» de solicitudes a los equipos de atención educativa hospitalaria y domiciliaria

El nuevo curso escolar ha traído un «aluvión» de solicitudes a los equipos de atención educativa hospitalaria y domiciliaria de Castilla-La Mancha. Así lo indica el equipo de Cuenca en un escrito informativo que ha remitido a algunos solicitantes «para resolver posibles dudas, ya que se están registrando numerosos casos que no son competencia de estos equipos».

Según señala en el documento, la atención educativa que otorga el equipo es «prevenir y evitar la marginación en el proceso educativo del alumnado que por prescripción facultativa deba estar hospitalizado o convaleciente y no pueda asistir a clase». Recalca que este servicio no llegará al alumnado de riesgo o especialmente vulnerable si se contagiara de COVID-19: «Está claro que en ningún momento se podría prever una situación como la actual, pero a falta de nuevas instrucciones u órdenes que modifiquen la actual, los equipos de atención educativa hospitalaria y domiciliaria no se crearon con ese objetivo».

Además, incide en que la orden donde se regula la atención educativa hospitalaria y domiciliaria en Castilla-La Mancha dice que «en un primer nivel la respuesta se organiza a través de los recursos propios del centro, dando prioridad a las actuaciones en el marco de la respuesta a la diversidad, y en un segundo nivel a través de los equipos de atención educativa hospitalaria y domiciliaria».

Así, el equipo de atención educativa hospitalaria y domiciliaria de Cuenca aclara que de la atención educativa de los niños en situación de riesgo o alto riesgo de infección con posibilidad de agravar mucho la situación normal se tienen que encargar los centros educativos donde estén matriculados los alumnos.

También recuerda el escrito que «la guía educativo sanitaria de C-LM de inicio de curso dice que el alumnado que presenta condiciones de salud que les hacen más vulnerables a la COVID-19, como por ejemplo enfermedades cardiovasculares, diabetes, enfermedades pulmonares crónicas, cáncer, inmunodepresión o hipertensión arterial podrán acudir al centro siempre que su condición clínica esté controlada y lo permita. Este alumnado deberá mantener las medidas de protección de forma rigurosa, salvo indicación médica de no asistir».

Celestina Soria, madre de una de las niñas que hasta ahora recibía el servicio de atención educativa domiciliaria, ha denunciado en declaraciones a Voces de Cuenca que «el día 15 de septiembre el colegio me comunicó que aprobaba la solicitud de apoyo domiciliario y el 22 del mismo mes el coordinador del servicio me notificó que aún habiendo sido admitido el apoyo y de haber comenzado con las clases, se debía finalizar».

Soria argumenta en sus quejas que ha presentado «un documento del especialista en el que detalla la enfermedad que sufre su hija de seis años de edad, una miocardiopatía dilatada del ventríluco izquierdo, así como los motivos por los que no puede asistir a clase».

En declaraciones a Voces de Cuenca, fuentes de la Junta de Comunidades han afirmado que la Delegación de Educación se ha puesto en contacto con su centro educativo, que es quien debe encargarse del refuerzo, porque entienden que los informes médicos dicen que la niña ya puede volver a las clases.

Una afirmación que ha sido desmentida por la madre de la niña, e incluso ha presentado un recurso a la decisión de retirar este profesor de apoyo a domicilio. A su juicio, la decisión se debe «a la escasez de personal y no a la situación sanitaria de la niña, y por eso el día 15 de septiembre dijeron que sí y siete días después cambiaron de opinión». Es por esto que solicita que «se dote con el número de profesores necesario para poder atender la demanda del servicio».