Entre 300 y 400 cabezas tractoras han participado en la marcha convocada por el sector del transporte de mercancías por carretera. Más han sido las personas asistentes desde dentro de los vehículos, ya que en la mayoría de camiones iban ocupados por varios acompañantes.
La marcha ha salido desde la estación de servicio La Motillana en la salida 212 de la A-3, con un retraso de 15 minutos sobre la hora que se había fijado desde un inicio, las 11:00 horas. Este retraso se ha debido a que la convocatoria ha superado las expectativas de los organizadores y muchos han sido los que se han sumado a esta marcha para pedir condiciones de trabajo justas, y soluciones ante el aumento incontrolado de los combustibles, que está generando que estos profesionales estén trabajando en pérdidas económicas.
Santiago Arcas, es de San Clemente, y ha acudido junto a otros 50 compañeros de cooperativa de conductores. «Ha sido un éxito total, de mucha participación, y un día de fiesta a pesar de que ha llovido», admite Arcas. El convoy formado por los camiones ha sufrido al comienzo lo que se denomina un ‘efecto acordeón’, que ya que no todos han comenzado a la misma velocidad. Un inconveniente que se ha solucionado con los kilómetros y la marcha ha continuado con normalidad. El trayecto ha recorrido la autovía A-3 desde la altura de Motilla hasta Villalgordo del Cabriel. Desde ahí se ha invertido el sentido en dirección Madrid hasta Honrubia.
«Yo me he sorprendido de que haya respondido la gente así», explica Santiago que había gente de San Clemente, Quintanar del Rey, Villanueva de la Jara, Iniesta, en definitiva, de toda la comarca. Este camionero confiesa que el paro es indefinido y que ahora mismo las negociaciones van «de posiciones políticas» y de quienes «se están sentando» con el Ministerio. «En el momento en el que la ministra se siente con la cabeza visible de todas las plataformas, el paro se puede resolver en dos o tres días si quieren», finaliza.
Uno de los ‘daños’ colaterales de este paro de transportista son las adversidades a las que se están enfrentando sectores como el ganadero denuncia una situación insostenible por la falta de piensos por la guerra de Ucrania, y ahora la imposibilidad de transportar a los animales por el paro. En este sentido, Eugenio, camionero de Belmonte dedicado al transporte de cereales, admite «que hay unos servicios mínimos que se están cumpliendo, y a los camiones que les reparten pienso a las granjas no se les toca; que les falte algún viaje eventualmente puede ser, pero lo que se está diciendo es mucho exagerar».
Añade sobre este tema Santiago Arcas que «no está faltando suministro de nada», y que a día de hoy «la mitad de los camiones en las autovías son frigoríficos que van a los lineales, la otra cuarta parte son camiones de pienso, y la otra cuarta parte son jaulas de ganado», sentencia.
