El conquense Andrés Montero completa en Milán su estudio sobre la viabilidad del vehículo eléctrico en Cuenca: «Ya vamos tarde»

    El joven de Fuentes afirma en su trabajo de fin de Máster que la falta de estaciones de recarga es el principal inconveniente. "Está complicado utilizar el coche eléctrico en Cuenca cuando no tienes asegurado llegar al próximo punto de recarga", afirma

    Andrés Montero en la Piazza del Diomo de Milán

    El joven de Fuentes Andrés Montero Romero acaba de terminar sus estudios de Ingeniería Industrial en la Universidad Politécnica de Valencia y de Ingeniería Eléctrica en Politecnico di Milano (Italia). En estos momentos, se encuentra realizando un doctorado en la Universidad Carlos III de Madrid y su trabajo final de Máster ha sido un estudio de viabilidad sobre el uso del vehículo eléctrico en Cuenca y provincia. A finales de octubre ha presentado, junto a su profesora de tesis, un artículo científico sobre este proyecto en la International Conference of Transport and Smart Cities 2020 que se celebró en Madrid y en la que obtuvo el premio al mejor poster de la conferencia.

    Montero afirma que la viabilidad el coche eléctrico en Cuenca «depende del uso. Si lo vas a usar sólo en la ciudad de Cuenca o en un área cercana como Villar de Olalla, Arcas, Fuentes, Chillarón, podría valer. Eso sí, como quieras hacer un viaje largo, dentro incluso de la misma provincia, olvídate. En Cuenca capital sólo hay actualmente un lugar público en el que puedas recargar un vehículo eléctrico, como cuando cargas gasolina, y es la estación de servicio de las Quinientas, en Reyes Católicos. Es la única. Luego tienes estaciones de carga en el Mercadona del helipuerto, en el Parador, en hoteles como el NH o el Torremangana, también hay en algunos concesionarios… La diferencia es que la carga en la estación de servicio de las Quinientas está bien porque tiene una potencia de 50 kilovatios por lo que la batería la puedes cargar relativamente rápido, en unos diez minutos. En cambio en otras es de 3,7 kilovatios por lo que te puedes tirar cargando el vehículo más de una hora».


    Para que un conquense esté interesado en comprar un vehículo eléctrico «lo que tendría que asegurarse es que pueda hacer los desplazamientos que hace normalmente en un vehículo convencional. Por ejemplo, cuántas veces vamos a Ikea a Madrid o a Bonaire en Valencia….  He hecho una simulación desde Cuenca hasta Madrid, Valencia y Toledo conduciendo cuatro tipos de vehículos eléctricos con distinta autonomía, distinto precio… En el recorrido hacia Madrid desde Cuenca, la primera estación de recarga que te encuentras es en Tarancón. Tienes que hacer 86 kilómetros para encontrar la primera recarga. Desde Tarancón hasta Madrid hay en torno a 14 puntos de recarga. Ahí vemos la diferencia entre la provincia de Cuenca y Madrid. Desde Cuenca hacia Valencia la situación es muy similar. En un hotel de Arcas hay una estación de recarga pero la siguiente estación es en Utiel, ya en Valencia, y te has tenido que hacer unos 140 kilómetros. Y después ya hay en Requena, Buñol, Alboraya…».

    Andrés Montero, durante su graduación en Italia

    Montero afirma que la distancia entre los puntos de recarga y la actual autonomía de los vehículos son las variables que condicionan el ‘despegue’ del coche eléctrico en una provincia como Cuenca. «Con coches eléctricos relativamente baratos la autonomía está en torno a 44 kilómetros conduciendo en autovía a 120 o 60 kilómetros por carretera a 90. Por su parte, los coches eléctricos más vendidos en España rondan los 80 kilómetros. Por otro lado el Tesla puede tener 300 o 400 kilómetros. Conclusión, está complicado utilizar el coche eléctrico en Cuenca cuando no tienes asegurado llegar al próximo punto de recarga. Un Citroen C Cero cuesta un mínimo de 20.000 euros y tiene una autonomía de 40 km, más o menos. Luego he simulado también con BMW i3 y el Nissan Leaf que es más barato. Desde 40.000 euros, más o menos. Y por último con el Tesla que cuesta uno 120.000 euros.
    ¿Quién se va a gastar 20.000 euros en un coche eléctrico cuando no llegas a Naharros o a Almodóvar del Pinar? Con otros vehículos podemos llegar a Tarancón, por lo menos, pero tenemos que estar esperando media hora para recargar. Te vas a gastar más de 40.000 euros y vas a tener que parar sí o sí. Difícil ¿El principal problema? Pues que no hay puntos de recarga en la provincia. La solución, por tanto, es instalar más puntos de recarga».

    «Ya vamos tarde»

    El joven conquense reclama la necesidad de impulsar este tipo de infraestructuras para «evitar quedarnos de nuevo aislados. Si ya estamos abandonados, si en el futuro queremos ser una smart city o queremos evolucionar de forma sostenible…no es que lleguemos tarde, es que ya vamos tarde. Sí es cierto que en los últimos años, a nivel nacional se está impulsando el uso de los vehículos eléctricos. Pero en cuanto a demanda, España ya va mal respecto a Europa. También es verdad que ahora no hay una gran demanda, por ejemplo, en la ciudad de Cuenca porque no hay muchos coches eléctricos. Pero instalar más puntos de recarga puede atraer a turistas, otras empresas…y sobre todo, es necesario mirando hacia el futuro». 

    El joven ingeniero conquense afirma que en la provincia hay bastantes puntos de recarga en torno a la A-3 «desde Tarancón, Uclés, Saelices, Honrubia, Motilla…ahí te encuentras bastantes porque Iberdrola y Endesa llevan unos años con un plan de implantación en las principales autovías. Intentan que como máximo haya 100 kilómetros entre dos estaciones de recarga. En una mapa de España se ve que está Madrid llena de puntos de recarga, Barcelona parecido, Sevilla, Bilbao…la costa también y se distinguen las principales autovías. Y en Cuenca ocurre como en el mapa de la España vaciada. Hay puntos en la A-3 pero el resto, casi vacío».

    Puesto a poner soluciones a los problemas planteados, Montero ha incluido en su trabajo de fin de carrera la ubicación concreta de las ubicaciones de recarga que considera necesarias atendiendo a criterios de seguridad, viabilidad y rentabilidad social. «He situado la primera en Naharros, la segunda en Carrascosa y ya llegaríamos a Tarancón. Hacia Valencia, la primera estaría en Almódovar y la segunda en Minglanilla. Junto a criterios de seguridad y viabilidad he teniendo en cuenta a los pueblos porque puede ser una forma de darles actividad y ayudar a combatir la despoblación. Que quien pare para cargar se tome un café, coma o pueda comprar algún producto y así descubra nuestros pueblos».