¿Qué están haciendo con nosotros?

Nicolás Poveda Peñas – Exmagistrado conquense de la Audiencia Nacional

Pocas veces me ha costado tanto escribir una nota, aportando mi opinión sobre alguna circunstancia que afecte a nuestra vida, no lo digo en el aspecto material de poner una palabra tras otra, sino que lo digo respecto de lo no material de nuestro ser.

La tristeza y pena del que se siente abandonado por quien debía protegerle; de quien se siente engañado y al que solo le queda la esperanza de que algo o alguien les haga pagar sus desmanes, es la sensación que tengo.

El conocimiento de los hechos y las pruebas contrastadas de las graves cuestiones que planteo a continuación, las que, más que graves son gravísimas, me lleva a dudar con mucho fundamento de la gente política que nos manda, de su quehacer, y de cual es el  grado de cumplimiento de su principal obligación, que no es, como dicen, la de hacer posible lo imposible, sino de hacer posible al ciudadano alcanzar lo necesario para atender su bienestar material e inmaterial,  como diría nuestro paisano más Ilustre, que la política es oficio, más de dar, que de recibir, y sobre todo mucho mas de servir que de servirse de ello.

Es evidente que la pandemia, cuyo origen, tanto si es de laboratorio, o de murciélago, poco importa, cuando nuestros muertos alcanzan la cifra de más de 30.000, y siguen sin contarlos, de los que no debemos olvidar que, ni siquiera nos hemos podido despedir, ni dar sepultura como es debido, la muerte en soledad es más muerte, habiendo causado grave e irreparable daño a las familias, y en su conjunto a España.

La problemática que se denuncia por mi parte y por parte de muchos españoles , no es el origen de la pandemia, no es esa, sino la que se ha causado por la dejación de funciones en quienes son competentes para ello, en quienes tienen el deber, asumido voluntariamente de cuidar de nosotros, y no me refiero por supuesto, a los sanitarios, cuyo ejemplo merece más que un aplauso, aunque sea repetido diariamente, lo que al parecer, como símbolo de unión de los críticos frente a los políticos, ya empieza a molestar a estos, y proponen suprimirlo desde el lunes. Cabe preguntar, nos multaran si aplaudimos?, capaces son, lo mismo que el funcionario policial que tiene que multar a una señora que porta una bandera de España, cuando él porta al menos 2 en su uniforme, no cabe mayor desatino o barbaridad, cuando incluso la UE ha acordado multar al que prohíba o queme una bandera de un país de la Unión, pero claro como molesta al politicastro de turno, pues prohíbo y multo, y no castigo más porque ya no se lleva.

 Lo que vengo y venimos muchos en denunciar, es el nulo cuidado al ciudadano, la nula previsión de lo que nos caía encima, y la ausencia total de la diligencia debida en cuidar de los medios materiales y humanos precisos para evitar esta tragedia y el desbarajuste económico.

En eso, los políticos con competencia en hacerlo, no es que hayan fracasado estrepitosamente, sino que además, nos han mentido, nos han engañado, no han cuidado como debían de nuestro patrimonio común de la salud publica sin el menor remordimiento, y ello sin perjuicio de que alguno incluso se haya podido enriquecer con esto, ya que como hemos visto todos, hay gente para todo.

Los políticos no se han dedicado como era su obligación, a protegernos, sino a protegerse a ellos mismos y a sus amigos y partidarios, o a aquellos que les benefician.

Todo esto lo expongo, dentro del marco legal que sobre la libertad de opinión, se ha marcado, derivado de la última sentencia dictada en el caso Montaña Lehman donde el Tribunal Constitucional y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos consideran sana critica, las opiniones del que las dice, incluso sin fundamento documental, y a pesar de que puedan representar burla contra personas como el funcionario Ortega Lara, secuestrado por ETA durante cerca de 2 años.

 En el presente caso, de todo lo que es objeto de esta nota, por el contrario, a lo que hacen los politicastros de turno, existen los datos y se basa en documentos lo que ponemos de manifiesto para que no quede duda.

 En primer lugar, no cabe la más mínima duda de la falta de cualificación de nuestros gobernantes para el trabajo por ellos asumido, máxime en cuanto a los problemas derivados de la pandemia generada por el coronavirus.

 Empezando por el propio Excmo. Sr. Ministro D. Salvador Illa, el cual de medicina normal o científica no tiene mas conocimiento que el de algún comentario con algún medico conocido, ya que él, lo que ha estudiado, es Licenciado en Filosofía por la Universidad de Barcelona, que curso durante los años de 1.984 a 1.989, y los cargos públicos que ha tenido por gracia y encargo del PSOE o PSC, que es lo mismo, han sido relacionado con actividades de su partido exclusivamente como la preparación de acuerdo con ERC para la investidura y otros similares.

Sabemos que este ciudadano tiene asesores, lo sabemos porque alguien habla de ello, en esas charlas de autobombo que se programan en la oficina de Rosa María Mateo, persona vinculada al PSOE desde antes del 23.F de Tejero.

Pero, lo gravísimo e ilegal es que nuestros políticos impidan que sepamos quienes son esos asesores, quienes forman el denominado Comité de Expertos, porque resulta que el gobierno incumpliendo con la Ley y la obligación que se desprende del artículo 11 de la denominada Ley General de Salud Pública de 4.10.2011, que impone la publicidad de tales nombramientos, publicidad y trasparencia, como digo por imperativo legal; saltándose a la torera tal obligación, se amparan en su negativa, a que los miembros del Comité son funcionarios, circunstancia  que no tiene nada que ver con lo que decimos, se  acaban de inventar la excusa, como tantas autojustificaciones que han dicho Yo mismo he sido Juez y Magistrado, es decir funcionario de la Administración de Justicia, y mi nombre salió publicado, cuando me nombraron, cambié de destino o cesé por jubilación, en el BOE; en cuanto a los demás funcionarios, se saben sus nombres e incluso números del DNI, publicados igualmente en el BOE cuando son elegidos para el correspondiente concurso, oposición o traslado, para su nombramiento y para su cese, y todo ello con indicación del destino, el cual puede recurrirse por quien se crea perjudicado por el nombramiento. Para nosotros trasparencia, para ellos ocultación maliciosa para impedir responsabilidades.

Ha tenido que ser un periodista o periodistas de investigación quienes nos han dado los nombres y apellidos, así como cuales sean sus actividades propias. No lo tenemos confirmado oficialmente, pero algo es algo, y nada han dicho en contra.

Que en nuestro país con 40 años de democracia estemos así, sin transparencia y con ocultación por parte del que manda. Como dijo el Presidente del Congreso, manda huevos.  

 La realidad es que evidentemente, de ser cierto el dato, resulta que son: 

D. Rafael Yotti, Médico; 

D. Manuel Cuenca, microbiólogo; 

D. Carlos Crespo, Técnico Comercial del Estado especializado en temas inmobiliarios; 

D. Manuel Muñiz, Abogado, relacionado con el despacho en el que colabora la esposa del Presidente; 

D. Ángel Alonso, Periodista; 

D. Diego Rubio, Licenciado en Historia; 

D. Diego Martínez, técnico en Asuntos Exteriores; 

Doña Carmen Artigas Licenciada en químicas e inteligencia artificial, su esposo fue procesado penalmente por adjudicaciones ilícitas; 

Doña Ana María García, Médico; 

Don Antonio Plasencia, Médico; 

Don Miguel Ángel Hernández, oncólogo; 

D. Miguel Otero, economista; 

D. Borja Barraque, Profesor de Filosofía el Derecho; 

Don Bruño Sánchez, Astrofísico con estudios del Sol y cambio climático. 

4 médicos, 1 microbiólogo, 2 economistas, un licenciado en derecho, un historiador, un químico, un diplomático, un astrofísico y un licenciado en ciencias políticas.

Bien, este plantel de ser cierto, con todos los respetos, representa una burla grave al pueblo español en orden a quienes tienen que decidir técnicamente sobre los cambios de fase y otros aspectos de la pandemia como expertos.

Existen médicos, pero ya me dirán para que sirven los otros, pues la contestación es muy fácil, para cobrar dinero.

Es evidente que los ocultan para evitar que la ciudadanía los identifique y en su caso puede ejercitar acciones contra ellos.

Porque es público y notorio, que la conducta de los politicastros tendrá repercusiones judiciales. El Tribunal Supremo ya está investigando sobre la aplicación del estado de alarma, habiéndole solicitado a la Ministra Dª Carmen Calvo, la documentación necesaria.

Ocultación y engaño en un aspecto tan fundamental como el que exponemos.

Estamos en manos de un grupo de incompetentes que lo que hacen es cobrar, elevando la deuda pública como nunca había sucedido en nuestra Historia, y  como ha reconocido expresamente el Sr. Iglesias, con clarividente expresión, al ser preguntado por el número de cargos que se estaban nombrando y su incidencia en el déficit, dijo, que al haber más cargos «claro, se produce mayor gasto», el problema es que eso lo pagamos Vds. y yo, que no hemos tenido la «suerte» de tener una casona en Galapagar con jardín y piscina, como dijo Carlos Herrera, suerte es que te toque la Lotería, lo de Iglesias se llama de otra forma. Y no debemos dejar fuera de comentario al ciudadano Echenique, nacido en Rosario (Rep. Argentina) que se trasladó a España con 13 años, dadas las facilidades de curación de su enfermedad y la Seguridad Social gratuita, de la que se ha beneficiado sobradamente, pero que cuando tiene que pagar las cuotas de seguridad social de un empleado que le atendía, no las paga, siendo expedientado, del mismo modo qu8e lo fue cuando realizo obra sin licencia en un piso en Madrid, abriéndole expediente nada mas y nada menos que el Ayuntamiento dirigido por Doña Manuela Carmena.

Estos últimos pertenecen a un partido Podemos, que se vanagloria de transparencia y según se manifestó en su ultimo congreso o lo que fuera y reconoció Echenique, la Comisión de garantías tiene 800.000 asuntos sin resolver, eso son las garantías de este partido.

Incompetentes, y aprovechados, ya que mientras que los ciudadanos nos apretamos el cinturón por el déficit que existe y el que viene, ellos han llegado a decir, que bajar su sueldo o recortarlo al menos un poco, es «populismo». Deberían mirar a los países de nuestro entorno y a sus políticos, pero claro ellos no usan el avión del Estado, con la tripulación del Estado, para ir a un concierto, o en adquirir una casona con jardín y piscina.

Debían aprovechar la ocasión y tener un poco de dignidad y soportar lo mismo que los demás ciudadanos soportamos, no estar sobre estos, por su mero capricho, sino dar ejemplo de dignidad y vergüenza siendo los primeros no en cobrar, sino en soportar lo malo, que es mucho.