«Para Edu Zafra»: Cuando un amigo se va

Jesús Millán de las Heras

Este fin se semana son los cultos en honor al Jesús, el de las seis, y llevo unos cuantos días con mariposillas en el estómago, por el hecho en sí de poder celebrar después de dos años la función, que sin duda para mi familia es el día más importante del año y por acordarme de Edu Zafra.

No quise escribir nada los días posteriores a su fallecimiento, no tenía fuerzas y mi corazón aún hoy está roto, pero al acercarse nuestro día grande sentía que le debía algo a un nazareno ejemplar, trabajador discreto y buena gente, y encontré las palabras con la ayuda ese trovador magnífico que mi madre nos obligó a todos mis hermanos y a mí, a conocer a base de ponernos sus canciones un domingo sí y otro también, D. Alberto Cortez.

Tenemos la suerte de tener en el piso inferior del domicilio familiar a nuestra querida tía Nines que aún hoy casi octogenaria conserva ese halo hippy e intelectual que ya tenía cuando nosotros éramos unos críos. Poseía un tocadiscos de esos que la tapa era a su vez el altavoz y bajábamos a su casa a escuchar en su pequeña habitación del fondo a Joan Baez, Serrat, Labordeta, Los Beatles, que nos parecía lo más. Pero cada Domingo mi madre subía el tocadiscos y nos despertaba con María Dolores Pradera y Alberto Cortez. A la primera casi conseguí odiarla no solo por la hora a las que mi madre a todo volumen nos despertaba, sino que luego con su horrible oído nos canturreaba todo el día. Al segundo aprendí a apreciarlo y al día de hoy lo tengo en todas mis listas de favoritos ya con tecnología digital, y no encuentro mejores palabras para describir como me siento que con uno de sus mejores pemas.

“Cuando un amigo se va queda un espacio vacío que no puede llenar la llegada de otro amigo, cuando un amigo se va queda un tizón encendido que no se puede apagar ni con las aguas de un río, cuando un amigo se va una estrella se ha perdido la que ilumina el hogar donde hay un niño dormido, cuando un amigo se va se detienen los amigos y se empieza  a revelar el duende manso del vino, cuando un amigo se va galopando su destino empieza el alma a vibrar porque se llena de frío, cuando un amigo se va se queda un árbol caído que ya no vuelve a brotar porque el viento lo ha vencido, cuando un amigo se va queda un espacio vacío que no puede llenar la llegada de otro amigo “.

 En fin, Edu, rogaremos al Jesús para que Marta consiga en su vida la felicidad que le permita seguir adelante y que tus queridísimas gemelas encuentren siempre lo que busquen manteniendo el recuerdo de su padre que dio todo por ellas.

Edu cada Viernes Santo vaya con el cetro, la horquilla, la tulipa o simplemente en mi mente la curva de Alonso de Ojeda con San Vicente, ya nunca será la curva de Paco Zafra, será la de Paco y Edu Zafra.

Sabes que todos te queremos.