Un paradón providencial de Ante en los últimos segundos salva la victoria del Rebi Cuenca en Pamplona (26-27)

Los conquenses logran ante el Anaitasuna su cuarto triunfo en la liga, de cinco posibles, tras un igualado y emocionado encuentro

Últimos segundos del partido. El Anaitasuna intercepta un balón del ataque conquense. En la contra, Aitor García Duro se encamina, solo, ante la meta rival con opciones de empatar el partido. Hay tiempo suficiente para armar el salto y el lanzamiento. Lo hace, pero ahí está Ante Grbavac para desviar el balón lejos de la red y salvar la victoria de su equipo. 26-27 para el Rebi Balonmano Cuenca, que con la conseguida este sábado en Pamplona suma cuatro victorias de cinco partidos disputados y una única derrota, frente al Barça.

En esta ocasión no hubo rodillo ni exhibición, sino igualdad, mucha igualdad, algunos errores y nervios, pero también grandes dosis de oficio y templanza para conseguir los dos puntos en un pabellón siempre difícil. El partido empezó con goles relativamente fáciles para los navarros, quienes se aprovecharon de un Ante -luego héroe del encuentro- aún renqueante y una defensa a la que le costó unos minutos ir afinándose. Así, se sucedieron algunas ventajas de 5-3 o 6-4 que, no obstante, fueron rápidamente igualadas. Dos 7 metros casi consecutivos ejecutados con éxito por Nacho Moya marcaron el volteo del marcador para los conquenses, que no obstante no consiguieron irse y marcar distancias tan rápido como les hubiera gustado (6-8, 8-9).

Pablo Simonet está en estado de gracia y se nota su presencia, su descaro mirando a portería y la fluidez que le da al juego, como sus ausencias. Fue precisamente una de ellas la oportunidad que los pamploneses usaron para ponerse otra vez arriba con un 11-9. Lidio Jiménez supo detectar rápido el problema y con un Ante que mejoró por momentos dio con la tecla para cortar la racha y llegar al descanso con un 14-14 que daba razón al tópico: todo se iba a decidir por detalles.

El Rebi BM Cuenca comenzó muy serio la segunda parte, desplegando algunas de las virtudes que le han convertido en uno de los fenómenos de este inicio de la ASOBAL: solidez defensiva, juego coral y mucha concentración. Así, y gracias a las individualidades de Ante y el hípergoleador Nazaré (9 se marcó este vez), entre otros, llegaron ventajas de tres goles como la de 16-19 en el minuto 38 o 18-21 en el 44.

Cuando el partido parecía encarrilado, que no sentenciado, llegó una jugada que marcó su destino. Una doble expulsión de Pozzer en el 46, la segunda de ellas por protestar. Una vehemencia mal canalizada que el Cuenca pagó cara porque los navarros reaccionaron con un Cancio enorme en la portería y llegaron a empatar el partido a 22 a diez minutos del final.

Lidio tiró de tiempo muerto para sosegar a los suyos, y a los contrarios, y lo consiguió a medias. Dos goles consecutivos de Fede Pizarro dieron otra vez aire a los castellanos pero los locales no querían renunciar tan pronto a la opción de puntuar. Cuando otros dos tantos consecutivos, en esta ocasión de Nazaré, parecían inclinar la balanza para el Rebi, una sucesión de errores en los pases y mucho pundonor navarro llevaron el partido a su escenario final, el del primer párrafo de esta crónica. Y este equipo demostró que también sabe ganar con épica.

ESTADÍSTICA COMPLETA DEL PARTIDO