El calendario de los días de generosidad y talento colectivo o cómo lucharon los makers contra el virus

Los makers conquenses, coordinados por FabLab Cuenca, fueron uno de los colectivos conquenses que más activa e inteligentememente lucharon contra las consecuencias y la expansión del coronavirus. Este es el calendario con los hitos de su trabajo:


14 de marzo. «Ayudar con la fabricación local de cualquier objetivo que se necesitara y escaseara en los centros sanitarios cercanos» 

El 14 de marzo de 2020 es una esas fechas que caerán en los exámenes de historia, que los estudiantes habrán de memorizar. Ese día se declaraba el Estado de Alarma, una medida excepcional para confinar a la población y tratar de combatir la expansión de un coronavirus que comenzaba ya con sus estragos. En esa misma jornada el equipo de FabLab Cuenca, un laboratorio de fabricación digital, tomaba nota de las noticias que llegaban desde Italia advirtiendo de falta de equipos de protección individual (EPIS) para sanitarios y decían unirse a otros ‘makers’ de España que se estaban organizando contra las consecuencias de la COVID-19. 

«Quisimos contribuir de manera totalmente desinteresada para poder apoyar aportando nuestro conocimiento y herramientas de fabricación al servicio de la sociedad. El único objetivo estaba claro, ayudar en la lucha mediante la fabricación local de cualquier objeto o dispositivo que se requería y que comenzase a escasear en nuestros centros sanitarios más cercanos», explica Delia Millán, gerente del centro FabLab Cuenca. Desde ese momento comenzó una intensa aventura por el calendario y una historia de generosidad e inteligencia colectiva que demostró el vigor de la sociedad civil conquense en unos momentos críticos. 

«Si quieres ayudar o tienes una impresora 3D en casa, no dudes en ponerte en contacto con nosotros y te conectamos a los grupos de trabajo, no recibimos dinero, solo materiales”, fue el sencillo texto que consiguió una implicación mayúscula y tejer una red para proteger a los que protegen.

Las líneas principales de trabajo se centraron en la fabricación de las viseras de protección individual -tanto impresas en 3D como para su procesado mediante corte láser- además de diseños de “salvaorejas” y otros utensilios como “abrepuertas”.

«Los días pasaban rápido, la situación era cada vez más desesperada, recibíamos más llamadas y contactaban con nosotros más personas pidiendo ayuda frente a la dura situación que tenían que combatir sin ningún equipo de protección o con algunos insuficientes. Estábamos ante una cuestión de vida o muerte, muchos de nuestros sanitarios en primera línea corrían el riesgo de contagio, posicionándose en pocos días como el colectivo de mayor transmisión del virus al estar en constante contacto con él. Gestionábamos las peticiones de sanitarios y organizábamos las entregas y recogidas acorde a ellas», evocan.

20 de marzo. Llamada de Miguel Ángel Valero

El 20 de marzo en FabLab recibieron la llamada de Miguel Ángel Valero, concejal y diputado provincial, ofreciendo la colaboración del Ayuntamiento y la Diputación de Cuenca. «Enseguida coordinamos esfuerzos para fortalecer los esfuerzos que entre todos estábamos haciendo con el respaldo de las instituciones públicas en nuestra provincia. Ante la falta de materiales enseguida compraron filamentos de impresión 3D y planchas de corte laser para apoyar el movimiento», explican.

Fue un apoyo institucional que se sumó a la abrumadora respuesta de la comunidad maker, «que no dudó en ningún momento en encender su máquina 3D». A ellos se les fueron sumando progresivamente otros colectivos como empresas o la Delegación de Educación, movilizando a los docentes que podían fabricar viseras mediante la impresión 3D o a través de plastificadores de manera casera.

22 de marzo Nacen los grupos regionales

El 22 de marzo se crearon los grupos regionales de makers contra la enfermedad. El equipo de FabLab Cuenca, coordinado con sus homólogos del resto de Castilla-La Mancha, centró sus esfuerzos en muy pocos días para gestionar la producción del grupo de Makers Cuenca, que llegó a aglutinar a 140 participantes. La meta era establecer una red logística eficiente para llevar a cabo los objetos fabricados lo más rápidamente posible a los centros médicos, residencias de ancianos, trabajadores sociales, el hospital Virgen de la Luz «y allá donde más falta hacían». Se puso en marcha también en esa época la página www.makerscuenca.es, que recoge todos los diseños y archivos del trabajo de la comunidad local. «Están recopilados todos los recursos abiertos de los proyectos en los que centramos nuestros esfuerzos de acuerdo a lo que el personal sanitario nos demandada en cada momento».

24 de marzo. Primera entrega de material

Los makers de Cuenca no dudan en nombrar a Cruz Roja y a sus voluntarios entre los principales aliados en estas semanas intensad de trabajo. Con ellos se hicieron los primeros repartos de material. También Agentes de Movilidad, Protección Civil y ambulancias brindaron sus recursos para poder llegar elementos o materiales a todos los que lo necesitaran.

Desde tres días después se intensificó la colaboración con las instituciones. «Nos coordinábamos gestionando las listas de recogidas de viseras que los makers conquenses registraban en los formularios que habilitamos para el sistema y los implicados en la recogida se encargan de recolectarlas en los domicilios de la gente». Después las llevaban al Centro Joven para su “desinfección a través de las máquinas de ozono”. Posteriormente se repartían equitativamente a todos los centros de la provincia o donde más urgencia se registraba.

27 de marzo. Pruebas de máscaras

Desde FabLab Cuenca con la colaboración del personal médico del hospital, también se creó otro grupo más experimentado de diseño y desarrollo, centrado en la fabricación y testeo de piezas adaptadas para las máscaras de buceo, ya probadas en Italia. Se trabajó para asegurarse de de que todo funcionaría para que, en situación de emergencia y ante una falta de aparatos, pudiesen servir como máscaras de oxigenación y remedio salvavidas. La primera prueba, que aglutinó a makers junto a profesionales de Neumología, Cardiología y Pediatría se desarrollo el 27 de marzo en el Hospital Virgen de la Luz. Y fue posible también gracias a la masiva donación de los conquenses de estas piezas deportivas.

El equipo reducido de Cuenca que está realizando las pruebas con el hospital para la adaptación de las máscaras de respiración sigue activo, no por necesidad local, pero con el fin de poder finalizar la validación de las piezas y la documentación necesaria para transferir el conocimiento desarrollado de manera abierta y que puedan ser utilizadas en otros países donde puedan ser una opción si fuera necesario. El equipo se encuentra liderado por Mickael Pitarresi, y en el trabajan rigurosamente Daniele Padovano, Angel Esteban Rubio. Han contado también con la colaboración de Miguel Poyatos y Diego Millán y se coordinan con el equipo médico a través de la doctora Elisa Cueto, jefa de Pediatría.

1 de abril. Transferencia logística y primera reunión con la empresa de fabricación

«El equipo de FabLab Cuenca trabajaba sin descanso entre 15 y 16 horas al día para poder coordinar esa red provincial creada dando respuesta a Makers, instituciones, ciudadanía y sanitarios. Había que tomar decisiones rápidas y decisiones válidas en cada momento», recuerdan los promotores.

Comenzaron a comprender que el ritmo de fabricación no era suficiente para poder proveer a toda la provincia con la protección necesaria y que había que movilizar las fábricas locales para poder realmente hacer una producción masiva, tal y como se requería en esos momentos.

Se inició así la mediación a través de Miguel Ángel Valero para contactar con las fabricas locales y poder aumentar la producción para la fabricación de viseras.

«Tras conseguir que la fábrica multinacional MAHLE Nagares de motilla del Palancar de Cuenca, confirmara que podría fabricarlas con su máquina de inyección, nos quedaba conseguir el diseño de un molde para poder producirlas e iniciar la producción contra reloj que la situación cada vez más dura demandaba. Fue así como decidieron con su red de Fablabs con Espacio Open que a través de Covideuskadi ayudaron a ponerse en contacto con la fábrica @Maier en Bilbao, que ya había iniciado la producción de viseras a partir del diseño realizado por la comunidad de makers y Fablabs. «De esta manera en menos de 24 horas los técnicos de la fábrica de Motilla, contaban con el diseño del molde para comenzar la adaptación del modelo y la preparación», indican.

17 de abril. Comienza la fabricación industrial

La Diputación Provincial de Cuenca apoyó la acción y compraron el molde y los materiales necesarios para fabricar las viseras mediante técnicas de inyección, mucho más rápidas y eficientes para fabricar a gran escala. Más 40.000 viseras para cubrir la demanda de viseras de protección para los ciudadanos que los precisen que se suman a las 8.000 producidas por la comunidad makers en siete semanas de trabajo voluntario tanto en la capital como en la provincia. Uno de los pocos ejemplos en España, según destacan desde FabLab Cuenca, de colaboración entre makers, instituciones y empresas.