La Vaquilla reconquista la Plaza Mayor tras una larga espera

La jornada inaugural de San Mateo se ha saldado con once atenciones sanitarias durante la tarde. Los Arcos del Ayuntamiento han sido testigos de los acordes de los primeros pasodobles de unos festejos recuperados

Por fin. Después de casi tres años las vaquillas han vuelto a recorrer la Plaza Mayor y zonas aledañas. Había ganas y mucho personal para recibir a unos astados a quienes se echaba de menos tras una espera que resultaba excesiva para los corazones mateos que habitan la capital conquense.

El retorno de la festividad de San Mateo ha traído aparejado el retorno de su símbolo, la vaca, y de otras costumbres como los pasodobles en la anteplaza que suenan a gloria con la interpretación de la Banda de Música de Cuenca. El maestro Juan Carlos Aguilar ha dado el ‘batutazo’ de salida que ha sido inmortalizado por decenas de teléfonos moviles ávidos de captar la vuelta de esos momentos mágicos.

El inicio de las vaquilas, con un cohete lanzado al alimón por Julio y el alcalde Darío Dolz, se ha retrasado unos minutos para garantizar la seguridad del personal dado que aún quedaban efectivos de limpieza y algún carrito con niños en el recorrido. Una vez que ha sonado el estallido pirotécnico, la primera vaquilla ha salido a las calles del Casco Antiguo sin poder evitar a algún ‘metepatas’, todos los años hay alguno, empeñado en tocarle los cuernos y a quien ha habido que recordar que el animal sabe correr solo.

La pimera jornada de San mateo se ha saldado, según fuentes municipales, con once atenciones durante tarde: dos mareos, un lesión en ojo, una fractura de muñeca, cuatro heridas incisocontusos, una abrasión, una contusión nasal y un etilismo.

Las condiciones meteorológicas han acompañado durante la tarde en este inicio de periodo festivo que resultará más prolongado al durar cinco días, uno más que de costumbre. El pregonro, Fernando Herranz, ya se ha encargado de recordar : «Que conceden cinco días para celebrar festejos. Dosificar el esfuerzo, que cinco días son muchos. Que tranquilos, que hay tiempo. Que las prisas no son buenas».