En Cuenca será ya siempre el Fran el de MasterChef, por su carismática participación en el concurso culinario de Televisión Española, donde alcanzó la final y logró al cuarto puesto. Y en Masterchef era «Fran …el de Cuenca». Francisco Martínez, como recoge su DNI, ha construido este jueves su pregón de la Fiestas y Feria de San Julián 2021 sobre esa doble condición de conquense y cocinero. Sobre dos amores, su tierra natal y la cocina, que no se excluyen sino que se retroalimentan, como bien quiso dejar claro ante el público que se congregó en el parque dedicado al patrón de Cuenca. El escueto aforo de butacas dispuesto en el recinto pronto se completó y se complementó con la presencia -de pie y con mayoritaria de vecinos- de decenas de espectadores no quisieron perderse la inauguración de la celebración.
«Nunca antes había tenido ocasión de representar a nuestra tierra en nada, pero, cada vez que cocinaba en aquellas pruebas me volcaba con todas mis fuerzas para dar lo mejor de mí mismo, porque no sólo cocinaba Fran, es que cocinaba Fran… el de Cuenca, ¡qué honor y cuánta responsabilidad! pero acudía a mí la cocina de mi abuela, la cocina de la sierra y la del campo, la de los pastores y la de los antiguos señores, la cocina de nuestros ancestros y la de los cocineros de nuestra ciudad que luchan hoy para que nuestra gastronomía sea valorada por los visitantes y los de casa, siempre lo más difícil de conseguir», evocó no sin antes dar muestra de su proverbial naturalidad y conquensismo verbal: «¡Ea, pues eso, que soy de Cuenca!».
Fran reivindicó los productos de la tierra: de las carnes de la Sierra a los quesos de Villarejo de Fuentes o las patatas de Mariana, entre otros. Y como ya hiciera una de las predecesoras en las tareas de pregonar las fiestas agosteñas, Susana Pérez (Webos Fritos), puso especial énfasis «en las verduras y hortalizas de nuestros hortelanos, que saben de verdad a lo que tienen que saber».
Un «sinnúmero de productos que debemos valorar y, casi diría, rescatar, para sostener su producción y para darlos a conocer, porque ellos nos proporcionan aquellos platos que hemos heredado a lo largo de los siglos».
El camarero se ufanó de sus orígenes en el barrio de la Fuente del Oro y recuperó algunos de sus recuerdos de la Feria («Noches de llevarse a casa un perrito piloto, una planta para mi madre o un pececillo rojo»), de San Mateo, Semana Santa o de «ese sabor a libertad que tenían mis vacaciones de niño en Cañizares».
Vivencias ligadas a una ciudad que «se ve con otros ojos cuando te alejas»; a una Cuenca «que es ese amor que te llena el corazón cuando la miras».
El lugar donde, compartió, quiere desarrollar sus proyectos vitales y profesionales, las oportunidades que se abren tras su exposición televisiva. «Donde quiero dejarme la piel trabajando, donde quiero darlo todo y ser un referente para los que vengan a disfrutar de nuestra tierra, nuestra cultura y nuestra gastronomía». Un empeño para el que reclamó «ese apoyo que no me ha faltado durante la aventura de MasterChef y que espero seguir teniendo porque si entre nosotros no nos apoyamos, es muy difícil que salgamos adelante tal y como están las cosas actualmente».
Para terminar, justo antes de los vítores de rigor a San Julián, las Fiestas y Cuenca, instó a «disfrutar mucho de esta Feria valiente en tiempos de pandemia» y pidió contribuir «a que la economía vaya resurgiendo porque así todos resurgiremos también».
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