Fallece el maestro de periodistas Tico Medina, «un enconquensado de convicción y vocación»

Definió el morteruelo como "un paté a lo bestia" y pregonó las Fiestas de San Julián, la Semana Santa y la Feria Internacional del Ajo.

El periodista, guionista y escritor Escolástico Medina, más conocido como Tico Medina, ha fallecido este lunes a los 86 años de edad, según ha confirmado el locutor Carlos Herrera, de cuyo programa radiofónico en la cadena COPE era colaborador. Nacido en 1934 en Piñar (Granada), Medina está considerado como un maestro de reporteros y un pionero en los formatos y enfoques tanto de la prensa escrita como de la televisión.

En su haber figuran galardones como el premio Ondas, la Antena de Oro, el Nacional de Periodismo Pedro Antonio de Alarcón, la Medalla de Andalucía y la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo. Trabajó en medios como Radio Granada, diario Ideal, Pueblo o la revista ¡Hola!, de la que fue redactor jefe. También en Televisión Española, Antena 3 y Telemadrid. A lo largo de su carrera entrevistó a personalidades como Richard Nixon, el papa Pablo VI, al Che Guevara, Fidel Castro y Salvador Dalí.

Amante del periodismo de viajes y de gastronomía y amigo de conquenses como el hostelero Pedro Torres y el escritor Raúl Torres, su camino se entrelazó en numerosas ocasiones con Cuenca donde «coleccionaba asombros» y a punto estaba de comprarse casa, muy cerca de la Plaza Mayor. Contaba que en su mesa de trabajo tenía una de las primeras cerámicas de Pedro Mercedes y «un dibujo precioso» de Lorenzo Goñi y que en su alacena tenían espacio reservado el resoli y un aceite de oliva de la provincia que incluía entre los mejores del planeta.

Pregonó las Fiestas y Feria de San Julián en los años 1974 y en 1995 y el 15 de abril de 2011 la Semana Santa de la capital conquense. «Aquí el grito de dolor se convierte en un desgarrado clarín que ahoga una lágrima a base de hacer sonar el ronco tambor», dijo en aquella Cuaresma en la que ensalzó «el rigor y amor con el que los conquenses sienten su Semana Santa». La Junta de Cofradías ya ha expresado sus condolencias por la muerte del veterano periodista.

Participó también en actos y días de exaltación y homenaje al morteruelo, ese plato típico que definió como «un paté a lo bestia» y en 1973 pregonó el Día Internacional del Ajo de Las Pedroñeras. Además, fue una de las figuras que respaldó la fallida candidatura de Cuenca a Capital Española de la Gastronomía de 2018. En su palmarés figuran galardones conquenses como el ‘Áspid de Oro’ o el ‘Alonso de Ojeda’.

«El corazón tiene muchas ‘patrias’ y, si se me permite decirlo, en un gran porcentaje del mío figura el nombre de Cuenca. Soy, por tanto, un enconquensado de convicción y vocación», manifestó en una entrevista en 2011 en la revista Clariná de Voces de Cuenca.

En aquella charla señalaba que «cuando fallezca tal vez quienes me quieren, me recuerden como alguien que trato de ser él mismo, que luchó y peleó con la palabra».

Fragmentos del pregón

El pregón que Tico Medina ofreció a la Semana Santa de Cuenca de 2011 fue breve, pero intenso. En una iglesia de San Miguel a rebosar, el periodista recordó todas las tragedias del mundo desde la primera y dejó claro que, como la Semana Santa de Cuenca, ninguna. El periodista, que reconoció haber leído todos los pregones anteriores al suyo para quedarse con las palabras esenciales que a día de hoy no han perdido su sentido, dejó en su pregón frases para el recuerdo. Vaya una selección de ellas a modo de homenaje:

«Qué gran milagro todos los años cuando Cuenca se une»

«He oído muchos tambores y he visto muchos morados, pero ninguno como los de Cuenca»

«Nunca Cuenca en vano, no. Siempre ya para mí Cuenca en vena»

«El mundo es una turba, pero no como la vuestra. La vuestra no me turba, porque lo que quiere es tapar la otra burla, la que cada día se hace en el mundo»

«Hoy quisiera yo que reventaran palabras mías como si fueran piedras, las piedras del cantero de San Miguel con las que se hicieron estos nueve muros»

«Quiero ser el cofrade que tronchó su capirote del sur para hacer penitencia verdadera con su capuz»