Vivir en Cuenca y trabajar en Madrid, cada vez más difícil por la degradación de la oferta de bonos Avant

El AVE que sale de Atocha a las 14:10 y el Alvia que lo hace 16:12 horas no están desde esta semana disponibles en esa tarifa bonificada para viajeros recurrentes.

Residentes en Cuenca que se desplazan a diario en Alta Velocidad a Madrid para trabajar lamentan que desde esta semana Renfe haya eliminado la posibilidad de viajar con bonos Avant en dos de los trenes que unen ambas ciudades, los que salen de la madrileña estación de Puerta de Atocha a las 14:10 (AVE) y a las 16:12 horas (Alvia). Los dos convoyes siguen circulando y parando en Fernando Zóbel, pero no forman parte ya de la oferta disponible con esta tarifa bonificada.

Se trata de servicios, sobre todo el segundo, especialmente propicios para los profesionales cuya jornada laboral es únicamente matutina y no pueden o quieren regresar a su domicilio conquense demasiado tarde. Tras estas supresiones, y según refleja la web de la operadora ferroviaria, hay cuatro servicios de Alta Velocidad en la relación Madrid-Cuenca a los que se puede acceder con los abonos Avant. Sus horas de partida son las 6:45, 13:40, 19:40 y 21:10 horas. Una cantidad y distribución que obligan a aquellos que salgan de su puesto de trabajo después de las dos o las tres de la tarde a coger un billete más caro. O a esperar en la capital de España hasta las ocho menos veinte, llegando a la estación de Cuenca a las nueve menos veinticinco de la noche. Y a todo ello hay que añadir el tiempo que se tarde en llegar al casco urbano.

La única excepción que facilita las agendas es la de la viernes, cuando sí está disponible el Intercity de las 14:55 horas.

En la dirección inversa, la que va de Cuenca-Madrid, hay tres trenes a los que se puede subir con este tipo de bonos, los de las 7:45, 8:12 y 16:07 horas. Los dos primeros llegan hasta la megaurbe madrileña a las 8:45 y 9:06 horas respectivamente, una hora demasiado tardía para muchos que comienzan antes su jornada laboral o que, una vez allí, tienen todavía que gastar minutos, kilómetros y otros trasportes hasta acceder a la sede de sus trabajo, algo muy habitual en las grandes ciudades.

Los usuarios de Avant que viven en Madrid y trabajan en Cuenca lo tienen algo más fácil, pero solamente si sus horarios son matutinos. Pueden estar en la ciudad de Júcar y Huécar a las 7:39 horas e iniciar su regreso a las 16:07.

El año pasado el primer tren salía de Cuenca a las 7:28 horas y otro que salía de Madrid a las 15:25, con tarifas Avant, por lo que sí era mucho más fácil conseguir la cuadratura del círculo de mantener el domicilio en la capital conquense y la actividad profesional en Madrid, aunque sea a costa de un notable -pero asumible para muchos por sus nóminas- esfuerzo económico.

Un Avant distinto al de Toledo y Segovia

Los trenes y/o tarifas Avant, también conocidos popularmente todavía como ‘lanzaderas’, son servicios de Alta Velocidad que Renfe oferta en las líneas o tramos que el Gobierno de España ha declarado de obligatorio servicio público (OSP), como la Madrid-Cuenca. En otras conexiones que disfrutan de ellas desde hace años, como las de Segovia y Toledo, se fletan trenes específicos con esta marca en los que se pueden viajar con bonos o con billetes sueltos muchos más baratos que los de AVE y Alvia, a pesar de que los tiempos de viaje son idénticos o muy similares. En el caso de la línea conquense es distinto: no hay vehículos diferenciados sino que se reserva un porcentaje de asientos en otros servicios de Alta Velocidad de la misma línea, no en todos, que están disponibles únicamente para los pasajeros que tengan abonos Avant. Ese es el único título que habilita para viajar de esta manera, no se pueden comprar tickets para un único desplazamiento.

Hay diferentes formatos disponibles de abonos Avant (Tarjeta Plus 10, Tarjeta Plus 30-50 viajes, Tarjeta Plus Estudiantes) en función del número de viajes que se realicen, el tiempo disponible para hacerlo o las características del usuario. Los precios varían por esos factores pero, como referencia orientativa, el precio medio de cada trayecto se queda en el rango de los 11,9-21,2 euros, que puede ser menos para colectivos como las familias numerosas.

El pasado 17 de octubre Renfe varió las condiciones, otorgando extraordinariamente más tiempo desde la primera formalización para gastar los viajes adquiridos, lo que elevó el atractivo y utilidad de estos abonos para aquellos que no van y vienen todos los días pero sí que lo hacen varias veces en una semana o una quincena. Una gracia vinculada inicialmente a la pandemiay sus consecuencias y que se revertiría cuando acabe.

Cuentas que no salen

Esa era una de las grandes casus belli de los viajeros recurrentes. Los otros son los precios y, sobre todo, la cantidad de frecuencias y sus horarios. Una situación que ha empeorado con las recientes supresiones. Rosa, una de las viajeras afectadas, explica a Voces de Cuenca que ella se desplaza diariamente a Madrid por trabajo. Entre el abono Avant, el del transporte público de la comunidad madrileña y el del parking de la Estación Fernando Zóbel se gasta alrededor de 600 euros mensuales. «Si me quitan trenes Avant y tengo que coger los más caros, es que directamente me interesa quedarme en Cuenca».

Ella tiene ganada una plaza del Estado en Madrid, pero no le interesa vivir allí. «Tengo buen horario y me gusta donde trabajo. El AVE me da la posibilidad de trabajar allí y vivir aquí, el año pasado había buenos horarios y con los bonos Avant, aunque te dejas un dineral, te lo podías permitir», detalla. Tras los últimos cambios y supresiones todo se complica. «Yo estoy pensando en pedir destino aquí aunque aquí no sería en mi plaza», anuncia.

La situación, relata, todavía fue peor hasta el comienzo del otoño. «El primer tren que paraba en Cuenca salía a las 9:10 horas con lo que no se podía llegar a trabajar hasta las 10:30 aproximadamente. Para volver, o te venías a las 16:15 horas (algo completamente imposible llegando al trabajo a las 10’30 cómo pronto) o cogías el de Gijón que salía de Madrid a las 17:15 y que siempre llegaba con retraso, con lo cual había veces que no llegabas antes de las siete de la tarde».

Combinaciones y circunstancias que disuadieron a gran parte de los integrantes del grupo de alrededor de 50 o 60 personas que cada mañana cogían su tren en la Estación Fernando Zóbel para desarrollar su jornada laboral a 160 kilómetros. Muchos de ellos han tenido que acoplarse en coches o han optado por otras alternativas.

Otros usuarios con los que ha hablado el periódico han optado por trasladar su residencia al menos algunos días en Madrid, han conseguido aumentar los días de teletrabajo o se plantean el traslado definitivo a la ‘Villa y Corte’ al que hasta ahora se había resistido. Comparten la percepción de Rosa. «Cuanto más se engorde la factura menos atractivo resulta el teórico ahorro en vivienda y otros gastos que implica seguir residiendo en Cuenca». Los vínculos familiares y sentimentales pesan, como también lo hacen compromisos económicos como las hipotecas en la ciudad de origen, pero las cuentas no salen.

“No puedes demandar algo que no existe”

Fuentes de Renfe explicaban a este periódico esta semana que la reordenación de frecuencias y horarios estaba motivada por la reducción de la demanda de viajeros tras la pandemia que cifraban en un 80%. Los cierres perimetrales de comunidades y ciudades, el miedo a transporte colectivo, el aumento del trabajo a distancia y la reducción de reuniones y eventos lastran la compra de abonos y billetes.

A juicio de los viajeros esa falta de oferta también funciona como elemento disuasorio, en una pescadilla que se muerde su cola. «No puedes demandar algo que no existe», resalta Rosa, ante el compromiso de la operadora ferroviaria de aumentar más servicios si aumenta la demanda y de ir recuperando gradualmente la oferta prepandémica.

Desde la compañía resaltan que se han recuperado alrededor del 55% de los servicios que existían antes de la declaración del primer Estado de Alarma y que quedaron reducidos a la mínima expresión durante las semanas del confinamiento más duro. 

Actualidad semanal centrada en la gestión de la Alta Velocidad

La política de Renfe con la ciudad ha marcado esta semana buena parte de la agenda de la actualidad conquense precisamente cuando se conmemoraba el décimo aniversario de la llegada de la Alta Velocidad a Cuenca con la puesta en marcha de la línea Madrid-Valencia. Tras informar Voces de Cuenca de la supresión de la parada en la ciudad del AVE que más tarde sale de Valencia dentro de una reordenación de servicios, se han sucedido las reacciones y noticias. Formaciones como el Partido Popular y Ciudadanos han criticado la medida y han demandado la restitución de toda las frecuencias que había antes del primer Estado de Alarma. Desde la operadora pública se reaccionó añadiendo dos servicios diarios, uno en cada dirección. Un Madrid-Cuenca a las 11:40 horas y un Valencia-Madrid a las 17:05, ahora el último del día, además de otro en fin de semana. Una actuación que fue puesta como ejemplo por el PSOE de soluciones a las reivindicaciones sobre la línea.