Un innovador proyecto ‘made in Cuenca’ quiere explorar los beneficios de los hongos para usos medicinales

Se trata de un proyecto que sitúa a Cuenca en el hepicentro de la investigación y la experimentación científica sobre hongos

El inicio del mes de noviembre puso encima de la mesa el valor del emprendimiento en la provincia de Cuenca. Jaime Carrasco es uno de los doce conquenses galardonados por la Diputación Provincial en el concurso ‘Integra 4.0’, en el que la institución concedió unas ayudas económicas que oscilaban entre los 18.000 y los 100.000 euros.

‘HeliosFun’ es el proyecto presentado por el investigador conquense junto a su equipo, conformado por Cristina Carrasco y Rubén Sánchez, cuyo principal objetivo es la innovación comercial en setas cultivadas para la producción de Agaricus Subrufescen y que además busca diversificar la producción de hongos en Castilla-La Mancha, la principal región productora, desde Cuenca.

El proyecto logró la tercera posición del concurso, el cual tiene como objetivo afrontar el reto demográfico en la provincia generando oportunidades a través de potenciar el talento que hay en el medio rural conquense. Entre los sectores a los que pertenecen los proyectos presentados se encuentran vinculados a servicios, logística o agricultura, como es el caso de Jaime Carrasco.

«Lo que nos proponemos es adaptar los sustratos de cultivo que se están adaptando para el cultivo del champiñón común actualmente en la provincia para el posterior cultivo comercial del ‘champiñón del Sol'», explica el emprendedor que también señala se encuentra buscando la mejor ubicación en la comarca de la Alcarria Conquense, concretamente en el municipio de Villar de Domingo García, de unos 200 habitantes.

«La vocación de la empresa es diversificar la producción de hongos que existen actualmente en la provincia. Castilla-La Mancha es el primer productor de hongos de España, pero su producción está pobremente diversificada. Se produce champiñón común, seta de ostra y algo de la variedad shiitake. Además, queremos abrir el mercado hacia los hongos medicinales aprovechando el largo recorrido de investigación que hay en el Centro de Investigación, Experimentación y Servicios del Champiñón, situado en Quintanar del Rey, para emprender esta experiencia y dirigirla hacia la empresa agraria», explica el investigador conquense.

Conectar el sector agrario de la provincia a la innovación de la medicina es el objetivo que mueve HeliosFun, el hongo que estos emprendedores conquenses producen tiene unas propiedades bioactivas que genera interés a la industria farmacéutica o aquellas dedicadas a la producción de ingredientes para alimentos. «Este hongo es rico en antioxidantes, polisacáridos de interés o, incluso, presenta moléculas con propiedades antitumorales; lo que les hace ser muy interesantes».

Esta aventura empresarial se nutre del conocimiento adquirido a lo largo de los últimos doce años en la investigación dentro del campo de las setas comestibles, anterior a HeliosFun existe otros proyectos que Jaime Carrasco ha desarrollado como ‘BiosChamp’, enfocado a la producción de un sustrato específico para el champiñón común. Cuyo germen fue la tesis doctoral que desencadenó esta aventura empresarial.

«En realidad lo que vamos a generar es una inquietud para otros emprendedores que quieren acercarse a este cultivo o a otros cultivos de setas comestibles y nosotros poder ejercer esa tarea para futuros emprendedores. Nuestra vocación no solo es comercializar sino servir de ejemplo a otros emprendedores hacia un cultivo como este, tan novedoso en la provincia», señala Carrasco.

Consciente de que hay muchas familias que viven gracias a estos cultivos, Jaime se siente dispuesto a mejorar los rendimientos y revitalizar la economía de locales a través de los avances que va logrando junto a su equipo. Algo que puede «generar generar población en zonas de baja densidad, como puede ser la Alcarria. El cultivo del champiñón necesita mano de obra porque es un cultivo intensivo y las operacioens agronómicas se realizan a mano. Además el proyecto se alinea con los principios de la economia circular, es decir, se utilizan residuos generados por otras industrias para generar el sustrato en el que luego nosotros producimos un producto», explica.

El champiñón se ha convertido para este grupo de investigadores en una oportunidad para que, además de emprender, consigan situar a la provincia a la vanguardia de la investigación y la experimentación científica en pos de la sociedad.