Radiografía post-COVID en pacientes conquenses: Diagnóstico variable en secuelas y anticuerpos

Los testimonios recogidos del paso del coronavirus por la provincia de Cuenca revelan la inexistencia de patrones comunes para las personas que han superado una enfermedad que hace de la versatilidad una de sus señas de identidad

Pilar García, durante la etapa de confinamiento domiciliario

El COVID-19 no tiene reglas claras. En unos pacientes hay secuelas, en otros no. Algunos mantienen los anticuerpos, otros los pierden. Hay familias con contagios en todos sus miembros, en otras la infección es parcial. Síntomas extremos, parciales o casi nulos. Desde el pasado mes de marzo, fecha de inicio de la crisis sanitaria, el número acumulado de casos en la provincia de Cuenca desde el inicio de la pandemia es de 3.422, según las últimas cifras aportadas por la Consejería de Sanidad.

El testimonio de los y las conquenses que han pasado esta enfermedad deja constancia de que no hay reglas uniformes. Cada caso es un mundo que, aunque pueda tener rasgos similares a otros, no se pueden extrapolar. Las propias secuelas no suponen un territorio uniforme aunque, en el caso de las personas consultadas, no parecen haber quedado consecuencias graves.

En cualquier caso, sí queda constancia de la importancia de respetar las medidas de seguridad e higiene para frenar los contagios y el avance de la enfermedad que, aunque resulta invisible, es una realidad como pueden certificar estos cinco conquenses que conocen de primera mano al visitante que llegó a principios de año y que todavía no se ha conseguido erradicar de los hogares conquenses.

Óscar Huete fue uno de los primeros pacientes en recibir el alta en el Virgen de la Luz, el 1 de abril tras diez días ingresado. Después de varios meses de seguimiento asegura que «estoy perfectamente. No tengo ninguna secuela y toco madera porque sé de conocidos que lo han pasado y han estado bastante fastidiados. A finales de agosto me llamaron, por si quería volver a repetir la prueba. Me la repitieron y todo muy bien». En su caso, ha confirmado incluso el aumento de los anticuerpos. «Tras esas pruebas que me realizaron vieron que aún tenía más anticuerpos. Creo que soy de los agraciados, entre comillas, aunque poco te puedes fiar porque poco sabemos de la enfermedad». 

Huete ha dejado constancia del exhaustivo proceso que ha seguido para conocer su evolución. «Desde el 1 de abril, cuando me dieron el alta en el hospital, hasta el 31 de julio o así me han estado haciendo pruebas, dos veces al mes, más o menos. Me hacían PCR y serología y, alternativamente, placas de la zona torácica. Todas han dado perfecto. Me llamaron y me dijeron que, después de tres meses, me daban el alta del estudio. Incluso me volvieron a llamar después de un tiempo para ver qué tal iba. Y nada, todo perfecto. Por parte de médicos, enfermeras, médico de cabecera…muy contento. 

En su caso, el contagio ha afectado a esposa e hijos y los anticuerpos han pasado a ser uno más de la unidad familiar. «Mi mujer también dio positivo en el análisis porque lo había pasado y a los dos niños les hicieron la serología y dieron que lo habían pasado y que tenían anticuerpos. Sí es verdad que he oído caso de gente que luego desaparecen los anticuerpos».

Esther Priego es una de las conquenses que ha ‘perdido’ los anticuerpos tras pasar el coronavirus. «En mi caso no tengo anticuerpos pero es algo que resulta relativamente común. Por lo que sé es algo que le ha ocurrido a gente que conozco y que hemos pasado el COVID. Pero hay que tener en cuenta que la irregularidad es total en torno al coronavirus. En diferentes ámbitos. Lo más habitual parece que es que se vayan los anticuerpos y lo raro es que permanezcan».

Esta conquense es de las pacientes a las que no les ha quedado secuelas. «Nada, en absoluto. No me ha quedado tos, ni falta de olfato….aunque sí es cierto que hay personas que sí les ha quedado secuelas como la pérdida de olfato o anosmia, incluso algunas más severas. En mi caso, fenomenal».

Pilar García, por su parte, posee una amplia experiencia de su convivencia con el coronavirus tras 42 días confinada en su domicilio y 5 PCRs positivas. «El olfato y el gusto los fui recuperando a los veintitantos días. Sí es cierto que estuve una semana bastante fastidiada, con dolor en el pecho…pero, afortunadamente, no me han quedados secuelas serias. Quizás se puede notar algo de pérdida de cabello…pero poca cosa. Importante, nada. Sí es verdad que te queda ahí dentro una sensación de…no sé cómo explicarlo, porque se ha pasado mal».

Pilar mantiene los anticuerpos y considera que, en esta variable, influye la sintomatología de cada paciente. » Parece que la gente que ha sido asintomática pierde los anticuerpos».

El fotógrafo Julio Palencia reconoce que «he quedado bien. Ya me he hecho 2.500 kilómetros en bicicleta así que….Sin embargo, mi padre y mi hermano estuvieron ingresados y lo notan en el sistema respiratorio, notan que se asfixian más en las cuestas. En mi familia lo hemos pasado todos, en mi caso con mi madre confinados en casa». Palencia no llegó a estar ingresado «aunque estuve diez o doce días bastante malo con fiebre y, sobre todo, mucho dolor de cabeza. También perdí el gusto y el olfato, totalmente. Una sensación muy desagradable y que nunca me había pasado hasta ese punto.

En cuanto a los anticuerpos, «me dijeron que sí tenía pero, claro, eso era en abril. Ahora ya no sé. Mi hermana, por su parte, sí se ha hecho prueba y le han salido bastante altos».

Ricardo Olmeda estuvo ingresado cinco días y 40 días en aislamiento. «Me ha quedado un poco de fatiga en el pecho aunque, claro, llevar la mascarilla todo el día tampoco ayuda. Pero, en general, bien. Respondí desde el primer momento al tratamiento aunque llegué a estar con oxígeno en el hospital. Pero luego me recuperé». Una vez superada la experiencia, Ricardo ha expresado su profundo agradecimiento al personal por el trato recibido. «El trato no pudo ser mejor. Estaré agradecido para siempre a todo el personal sanitario de la séptima planta».

En su caso, «tengo anticuerpos pero el médico me dijo que no sabía cuanto durarían». Su peor recuerdo como paciente afectado por coronavirus con las consecuencias derivadas para la familia. «Eso es lo peor. Que no les contagies, evitar que se preocupen…por suerte, a mi mujer le hicieron la prueba de sangre y dio negativo».