Jueves Lardero: La responsabilidad de los conquenses gana la batalla al coronavirus

Lugares de concentración en los que se agolpan tradicionalmente cientos de jóvenes han estado este año vacíos ante la necesidad de respetar las medidas de protección frente a la pandemia. Este año, el menú de Jueves Lardero en casa y con la familia o amigos

Explanadas bajo el Cerro Socorro esta tarde, donde otros años se concentran cientos de jóvenes

La responsabilidad de los conquenses, en especial de los más jóvenes, ha sumado una nueva victoria ante el coronavirus con motivo de Jueves Lardero. Esta celebración, tradicionalmente masiva y multitudinaria, se ha visto recluida a los hogares prácticamente como consecuencia de la necesidad de respetar las medidas de protección frente a la pandemia.

Lugares habituales de concentración de cientos de personas, como las explanadas bajo el Cerro Socorro, se encontraban este jueves vacías al igual que otros emplazamientos utilizados por los jóvenes para compartir ‘bocata’, bebida y un rato de diversión. No ha sido una jornada especialmente apacible desde un punto de vista meteorológico. Sin embargo, está demostrado que la climatología no ha sido obstáculo para la celebración de Jueves Lardero por todo lo alto al aire libre. De hecho, el año 2018 cientos de jóvenes de concentraron en el monte sobre la calle Francisco Suay con viento, frío y la nieve aún en el suelo. Fuentes municipales han informado que el dispositivo integrado por Policía Local, Agentes de Movilidad y Protección Civil no había constatado ninguna incidencia hasta las 20:00 horas con motivo de Jueves Lardero.

En esta ocasión, como ha ocurrido con otras fiestas y conmemoraciones, ha tocado adaptar y modificar el guión. Incluso por partida doble ya que últimamente parecía en auge la costumbre de comer en restaurantes y este año tampoco ha podido ser ya que los establecimientos han estado cerrados por las restricciones vinculadas al sector hostelero.

Así, este año la vivienda particular ha sido el refugio para los ‘jueveslarderistas’ más empedernidos. Querer es poder y hoy no ha faltado un huevo, chorizos, una ‘tajá’ de lomo, un trozo de tortilla con un pedazo de pan y un trago de vino o cerveza por parte de todos aquellos y aquellas que resisten frente al enemigo epidemiológico sin perder de vista el respeto a las costumbres y tradiciones más apreciadas.